16 NOTAS DE LA INFANCIA
Algunos encontraron su camino hacia la música fácilmente y desde pequeños; otros enfrentaron obstáculos, pero todos hicieron sus sueños realidad.
A propósito del Día del Niño, ¿cómo fue la infancia en algunos de los músicos más relevantes de nuestros tiempos? Sorpresas.
JOHN LENNON
El dibujo era uno de sus pasatiempos favoritos, de ahí que los trazos sencillos pero ingeniosos de las tiras cómicas que creaba no tenían que ver con las escuálidas calificaciones que promediaba en la primaria. Un rebelde cuyas travesuras fueron producto de “la envidia por no tener eso que llaman hogar”, según la biografía escrita por Philip Norman. Aunque después se daría cuenta que lo rodeaban “cinco mujeres inteligentes, fuertes y fantásticas”, entre ellas su tía Mimi, quien le regaló cuentos mientras aprendía a tocar la armónica. También, por supuesto, a Julia (su madre), con quien tomó las primeras lecciones de banjo. Mientras tanto, Elvis aparecía como un modelo a seguir.
PAUL MCCARTNEY
Los cómics fueron una de sus actividades favoritas además escuchar a su padre tocar el piano durante horas. Él mismo se convirtió en el guía y motivador para resolver crucigramas juntos con la intención de enriquecer su léxico, mientras que su madre leía poesía en voz alta como parte del impulso que ejerció en torno al arte. Sus buenas calificaciones le consiguieron una beca para estudiar en el entonces Liverpool Institute, donde también sería aceptado George Harrison.
MICK JAGGER
En realidad quería ser político o periodista, con intereses y una formación en el ámbito de los negocios, al tiempo que su padre procuró encaminarlo por el deporte debido a que era un connotado profesor de básquetbol. Sin embargo, la música siempre mantuvo un lugar especial en él: participaba en el coro de la iglesia, entreteniéndose por las tardes escuchando la radio y sintonizando programas musicales en la televisión. Durante la primaria conocería a Keith Richards, reencontrándose un tiempo después y fortaleciendo así su amistad, además de generar una notable sociedad al compartir su devoción por el R&B.
BONO
A los 11 años parte de su concentración se había volcado sobre el ajedrez. Más tarde descubrió que la música era una forma de pasarla bien y que representaba la posibilidad de inventarse un personaje mientras aprendía a cantar. Así fue como Paul David Hewson adoptaría el seudónimo de Bono Vox, tomado de una tienda que vendía aparatos auditivos cerca de su casa en Dublín. Uno de sus compañeros lo llamó así porque cantaba tan fuerte que parecía que lo estaba haciendo para sordos.
MORRISSEY
Hijo de inmigrantes irlandeses y residente en Mánchester, en varias ocasiones experimentó la xenofobia por parte de ingleses. Consideraba que la escuela era parte de un sistema de educación “malvada y brutal”, un ambiente en el que “solo aprendí a no tener autoestima y sentir vergüenza”, comenta en Autobiografía quien se perfiló como un personaje solitario que encontró en la música pop uno de sus refu
gios hasta convertirse en un ícono. Con todo, destacaría en atletismo y sociología. Su madre, como bibliotecaria, lo condujo hacia la lectura, haciéndose admirador de la literatura feminista y de Oscar Wilde.
ROD STEWART
El menor de cinco de una familia escocesa y único hijo nacido en Inglaterra. Gracias a sus padres se acercó al modelismo de trenes, el futbol y la música. Dejó el colegio a los 15 y, tras no tener éxito como aspirante a jugador en tercera división, terminó por ser un crack del escenario. Simultáneo a transmisiones de futbol, definiría su futuro un concierto televisado de Bill Haley & His Comets. Su padre, exempleado de la construcción, le regaló su primera guitarra con todo y el deseo para que su hijo se convirtiera en un célebre deportista.
ROBERT SMITH
Se crió en una familia de clase trabajadora, sólida y amorosa que se convertiría más tarde en clase media. Se inclinó por una música melancólica y hasta cierto punto oscura, formando su primer grupo a los 14 con sus hermanos Janet y Richard, llamado The Crawley Goat Band. Su primera guitarra eléctrica la recibió como un regalo de navidad que marcaría el resto de su vida al frente de The Cure.
THOM YORKE
Una parálisis facial lo aquejó de recién nacido y una intervención quirúrgica fallida ocasionaría que uno de sus párpados se mantuviera caído. Además, desarrolló una debilidad visual como producto de la falta de sensibilidad en la retina. A los 7 tendría su primera guitarra y aprendió a tocarla inspirado por su ídolo Brian May (de Queen). Tres años más tarde intentó construir una guitarra casera, un experimento que no arrojó buenos resultados técnicamente pero que sería la base para empezar a componer. Saliendo de clases se quedaba varias horas en el colegio ensayando con sus amigos, con quienes trazaría el futuro en Radiohead.
KURT COBAIN
A los 9, su sensibilidad fue como un tobogán para su corazón, roto e invadido por la ira tras el divorcio de sus padres. No solo escuchaba punk, sino que además le resultaban extraordinariamente bellas las canciones como “Hey Jude” y “Seasons in the Sun”. Lo molestaban en el colegio e incluso en la calle por tener un amigo gay. A los 14 años, uno de sus tíos, en lugar de regalarle una bicicleta, le obsequió su primera guitarra.
JIMMY PAGE
Hijo único y autodidacta, le bastó un año, tras recibir su primera guitarra, para participar en un programa de televisión que exponía nuevos talentos. Obsesionado con el instrumento, lo llevaba al colegio sin importarle su confiscación la mayoría de las ocasiones. Las ciencias y la pintura eran otras de sus pasiones, pero las dejaría a un lado para edificar ese monumento sonoro llamado Led Zeppelin.
BOB DYLAN
La vida aburrida de pueblo lo despertó. El blues, la música country y el rock and roll expandirían su mente a través de la radio. Con un grupo colegial comenzó a hacer ruido, literalmente. Durante un concurso de talento en la escuela, su director los desenchufaría debido a lo estridente de su presentación. Vagabundear en el bosque le hizo reflexionar sobre sus gustos, desvaneciéndose en su interior el rock mientras se acercaba a los sentimientos mas profundos expresados por el folk.
ANTHONY KIEDIS
Conocería la decadencia y el libertinaje de la mano de su padre. Tocar fondo y ser un “paria social”, como él mismo reconoce, le hizo encontrarse con Flea, su amigo entrañable e insigne bajista de Red Hot Chili Peppers, la banda con la cual conquistaría el mundo. “Nos unieron las fuerzas del dolor y el amor”, recuerda para quien los excesos traerían consigo duras lecciones, la oscuridad que antecede la luz. Tras estudiar actuación y haciendo algunos trabajos en el ámbito de la comicidad, hallaría su verdadera vocación al acudir a conciertos de bandas de punk californiano en clubes de Sunset Boulevard. Una experiencia que vivió siendo menor de edad y llevado por su padre.
PHIL COLLINS
La batería de juguete que recibió como regalo de navidad a los 5 años definió su vida. Programas de radio y televisión le sirvieron como tutoriales para aprender a tocarla, al tiempo de improvisar con utensilios de cocina. Si bien a los 14 perfilaría una carrera como actor y modelo, se notó que nada se comparaba con el hecho de hacer música.
BRUCE SPRINGSTEEN
Si bien la esquizofrenia que sufrió su padre afectó su salud mental, el temperamento se mantuvo a flote, haciéndolo estrellar con la estricta moral del colegio. La inconformidad pasó a otro terreno cuando vió a Elvis en el show de Ed Sullivan. No tardaría mucho en comprar su primera guitarra, a los 13 y por menos de 20 dólares.
ELTON JOHN
Niño prodigio descubierto por su madre cuando notó cómo, a los 4 años, reproducía en el piano una canción que recién había escuchado en la radio. Su abuela lo incentivó para tomar lecciones y pronto comenzaría a tocar en fiestas familiares. Se formó en la Royal Academy of Music debido a la beca que consiguió cuando tenía 11. Más tarde abandonaría esa formación clásica para dedicarse al pop mientras trabajaba como pianista en un pub cercano siendo aún menor de edad.
BILLIE JOE ARMSTRONG
El menor de seis hermanos de una familia de clase trabajadora que admiraba a su padre, un camionero y baterista de jazz en su tiempo libre. Su pérdida, cuando tenía 10 años, le causó un profundo dolor que lo llevó a escribir “Wake Me Up When September Ends”, una de las mejores canciones de Green Day. Entonces tocaba canciones de Van Halen, Ozzy Osbourne y Queen con su banda Sweet Children. Sería a los 14 cuando el punk lo flechó al encontrarse con el emblemático debut de Sex Pistols.
ELVIS PRESLEY
Debutaría en un concurso de canto en la primaria y gracias a una maestra que reconoció sus dotes vocales durante la ceremonia religiosa matutina. Ya tenía 10 cuando participó en un encuentro de country, vestido de vaquero y subido a una silla para alcanzar el micrófono. Fue venciendo la timidez y aprendiendo a repeler las burlas cuando, en el colegio, interpretaba clásicos sureños durante el recreo.
FRANK SINATRA
Como “fanfarrón y revoltoso” lo recuerdan quienes lo conocieron en el barrio donde se crió en Hoboken, Nueva Jersey. Esa pose tenía que ver con su padre, boxeador profesional y dueño de una taberna, sitio donde comenzó a cantar alrededor de los 8 años y acompañado de una pianola e imitando a Bing Crosby. El atletismo y la natación quedarían como recuerdo de esos días en los que también vendió periódico.