Papá, el primer amor

Es el que abre la pauta en el corazón de una hija, los ojos del mundo a través de él y la confianza absoluta en sus palabras.

Lo es todo para ella, lo idealiza, lo protege, lo cela, le encanta”, así define la relación padre e hija Dora Machado. La psicóloga infantil destacó que los padres son la primera relación masculina que las niñas tienen, un parte aguas en sus vidas que definirá como ellas podrían relacionarse más adelante. Un padre, dijo, representa un lazo de gran ternura para su princesa, de protección y de darle toda la felicidad posible haciéndole un castillo de color de rosa. “Por lo regular todo lo que la niña hace, no tiene un nivel de exigencia a diferencia de la que podrían tener sus hermanos, y siempre, casi siempre, son más expuestos al aplauso que el resto”, puntualizó.

Ahora bien, agregó Machado, no se trata de cuando la niña es pequeña solamente, conforme va creciendo y entra a otras etapas, las reservas salen a flote.

“La niña crece y es entonces cuando el padre saca el escudo y nada le parece, le busca todos los defectos, no hay una solidez, no estudia algo propositivo, aunque no sea así, simplemente busca que sea el que realmente la merece”, indicó.

Es un estira y afloje, la hija le sabe como dicen el modo al papá y éste en el afán de estar consintiéndola, le acepta todo.

“Es el privilegio de ser la princesa, alguien que desde niña tuvo el poder de elegir sin ser cuestionada, de tomar sus decisiones, de cumplir sus caprichos”, recalcó.

Los frutos que se verán de esta relación en la hija son mayor seguridad, asertividad cuando tenga problemas, comunicación, siempre y cuando, el padre en su crecimiento le haya dejado en claro que la vida no es fácil, pero tampoco imposible.