COSMOVITRAL
La naturaleza en dos mundos, reinterpretando el existir del hombre y la mujer en vidrio soplado.
Descubriendo el existir de los seres humanos al son de los colores y especies que cobran nueva vida, el Jardín Botánico de Toluca resulta una escala obligatoria en el centro histórico de la capital mexiquense para los amantes de la naturaleza. Asentando en el corazón del que fuese el tradicional mercado 16 de septiembre, y a unos pasos de la imponente catedral toluqueña, el espacio se viste de fiesta con un cosmovitral de 75 toneladas, donde el arte en vidrio soplado, así como los materiales de ocho países convergen en una sinfonía de historias, ciclos y utopías. De las orquídeas mexicanas, hasta las aves de paraíso, haciendo escala en las rosas,
helechos, árboles naturales con esencia del Brasil, Chile o China y mucho más, se funden con los 71 módulos vitrales expuestos como cielo a lo largo del recorrido. El Jardín Botánico, entre sus breves caminos, revela dos historias para un mismo mundo: por su parte, las 400 especies abrazadas a México, Centroamérica, Sudamérica, África y Asia entretejen el coexistir de la madre naturaleza y las diversas etapas que la mano del hombre ha propiciado con el pasar de los años. Custodiado por cactus y bambús, el centro se transforma en un área dedicada a la protección y exposición de especies endémicas con el objetivo de preservar la riqueza natural de distintas latitudes para las generaciones por venir.
Sin embargo, desde otra esfera que pareciera lejana, el recinto permite a los visitantes encontrarse con la historia cósmica que reinterpretaeta el existir
del hombre y la mujer a través de la mano de 60 artesanos, quienes unificaran 28 colores de vidrio en el imponente cosmovitral. Con el susurro del agua corriendo entre fuentes y canales, las piezas desnudan a la nebulosa de Andrómeda transformada en cuerpos terrenales, mismos que guían la mirada de manera lenta hasta el centro de un universo anclado a la Vía Láctea.
De dualidades, como el mismo ser humano, la instalación se encuentra a su vez con la noche y sus matices de sensualidad, misterio e intimidad matizada por tonos morados, negros y azules; en tanto, la calidez de los amarillos, naranja y tonos tierra exponen al día; la muerte y la vida; la búsqueda y el encuentro; todos ellos reflejados en 3 mil 500 metros cuadrados de vitral.