Organismo de la mano amiga EL APUNTE
No es trillar la significativa frase “lo Hecho en México está bien hecho” al evocar que el Consejo Mundial de Boxeo nació en nuestro país, concretamente en nuestra caótica pero muy querida Ciudad de México, sino remarcar un hecho reconocido en todas partes.
Con motivo de un aniversario más a partir de su creación en 1963, con el apoyo del entonces presidente Adolfo López Mateos, el Consejo Mundial de Boxeo encabezado por su titular, Mauricio Sulaimán Saldívar, ofrecerá un desayuno este lunes en el Centro de Convenciones de Tlatelolco.
Desde diciembre de 1975, cuando el tamaulipeco José Sulaimán Chagnón fue elevado a la presidencia de la entidad verde y oro, en Túnez, las oportunidades para boxeadores mexicanos aumentaron de manera considerable.
También crecieron las medidas de protección para los pugilistas en activo e incluso en retiro. Hubo insultos para don José por parte de un sector de la prensa estadounidense, básicamente la del este de aquel país, cuando “le quitó a la TV norteamericana tres valiosos rounds” por aquello de los comerciales, al reducir las peleas de campeonato de 15 a 12 asaltos Don José Sulaimán Chagnón solía expresar que “el que no vive para servir, no sirve para vivir”. Esas palabras supo llevarlas al terreno de los hechos durante su prolífica existencia (1931-2014).
giles una mayor recuperación y la indispensable rehidratación, esta última considerada vital sobre todo en lo que se refiere al cerebro.
La institución de divisiones intermedias (qué no hubiese dado el inmortal campeón gallo “Ratón” Macías porque en sus tiempos existiera el peso supergallo, algo manifestado por el propio icono tepiteño), fue recibida con alivio y alegría por los combatientes.
Haber establecido la división paja hizo posible el surgimiento de un peleador histórico como Ricardo “Finito” López y evitó que los llamados “pesos chicos” dieran ventajas en la báscula. De la misma manera emergió el supergallo Wilfredo Gómez, ídolo máximo de la isla de Borinquen.
EJEMPLOS DIARIOS
Con don Pepe al timón, se registraron incontables innovaciones, como el guante con el pulgar adherido que terminó con los piquetes de ojos, o el aumento de peso (dos onzas) de los guantes para amortiguar el impacto de los golpes. Aunado a ello apareció el fondo de pensiones para peleadores que cayeron enfermos o en desgracia económica de alrededor del mundo.
No hay peleador o miembro de la familia pugilística que caiga enfermo y que no reciba apoyo del WBC. El caso más reciente es el del ex boxeador Ernesto Carmona, que sufrió un derrame cerebral al caer de un transporte público y gracias a la rápida intervención del organismo verde y oro, fue sometido a cirugía por uno de los mejores neurólogos del país y ha vuelto a caminar por las calles sin dejar de recibir la ayuda necesaria para sus tratamientos y terapias. El WBC contribuyó a producir un verdadero milagro.
El Consejo Mundial de Boxeo siempre estuvo al pendiente del cubano-mexicano Ultiminio Ramos, el querido Sugar que pasó a la historia como el primer monarca reconocido por la entidad verde y oro y que partió de este mundo en fecha reciente tras pasar sus últimos años bajo los cuidados del WBC.
Los grandiosos campeones JC Chávez y Carlos Zárate expresan en sus pláticas de motivación a jóvenes que el WBC fue fundamental para que pudieran escapar del infierno del alcohol y las drogas.
Ocuparíamos páginas enteras para hablar de las bondades de tener la sede del WBC en México.
Lo importante es que hay motivos de sobra para festejar un aniversario más de su fundación.
Luis Camarillo)