Cirujano de vocación
Guadalajara.- Muy clara quedó la idea que Rafael Ortega siempre tuvo de dedicarse a la medicina; sin embargo, la profesión es muy amplia y con diversos campos para ejercerla, por lo que fue durante su estancia en la Cruz Verde, cuando reafirmó su deseo de ser cirujano, ya que en el hospital se familiarizó con las intervenciones quirúrgicas de urgencia, aunque a decir suyo, el futbol terminó por influir en su deseo de especializarse en ortopedia, esto cuando se dio cuenta de que podía ayudar a sus entonces compañeros de profesión, quienes sufrían lesiones de seriedad.
“Cuando yo estaba iniciando mi carrera tenía la idea de ser cirujano. Eso me gustaba y yo convivía con muchos en la Cruz Verde que operaban a pacientes que llegaban con heridas de arma punzocortante, accidentes automovilísticos, entre otras cosas. Veía cómo hacían laparotomías y pensaba en ser cirujano. Pero cuando empecé a jugar y veía cómo se lesionaban mis compañeros y los operaban, pensé en hacer esa especialidad y ser ortopedista”, comentó el doctor desde su consultorio para el Diario de los Deportistas.
Hoy, el “Atotonilco” es reconocido como el médico de los futbolistas, esto debido a la gran cantidad de jugadores que ha operado, pero toda historia tiene un comienzo, y la de este mote nació cuando trabajó en León, primer club que le dio la oportunidad de ser jefe de servicios médicos y donde practicó su primera cirugía a un futbolista, Marco Benatto.
“Cuando me fui a León, me contrató el señor Valente Aguirre, con quien estoy eternamente agradecido, me puso como jefe de servicios médicos. Hubo una lesión en la rodilla de Marco Benatto, compañero de ‘Tita’ en ese tiempo; me preguntó Valente que a dónde se iba a operar y le contesté que ahí mismo lo haría, porque para eso estaba. Marquinho fue el primero que operé, una reparación de menisco de la rodilla izquierda. Poco a poco los futbolistas corrieron la voz, quizá me ayudó haber jugado y ser parte de la familia futbolera”, relató el especialista, al tiempo de agregar que siempre quiso ser alguien útil desde que se decantó por ser ortopedista.
“Yo pensaba en ser de utilidad y para eso me preparé. No escatimé ningún esfuerzo, desde mi residencia como médico ortopedista no conocí la palabra cansancio, fue entrega total. Siempre estuve con trabajo y operaciones de forma constante”, aseveró sonriente.
RAFA MÁRQUEZ, PARTEAGUAS
En medio de tantas operaciones que Ortega ha realizado en toda su trayectoria, hay una que recordó con particular gusto. Se trata de la que le aplicó a Rafael Márquez en el año 2002. Incluso recordó el encabezado de una nota publicada en ESTO, en aquel entonces.
“Recuerdo cuando me empezaban a llegar jugadores de Chivas, operé a Mariano Varela, luego a Emilio Mora, que era amigo de Rafael Márquez. Rafa se lesionó la rodilla en Corea en 2002, vino Emilio y me trajo a Márquez, lo revisé y le dije lo que tenía, que necesitaba operarse; volvió a Mónaco, en donde le dijeron que no requería cirugía, por lo que entrenó, jugó un ratito y se volvió a lastimar.
Después de eso me contactó y me dijo que si lo podía operar en Guadalajara. Se vino y el periódico ESTO sacó una nota muy simpática que decía ‘De Mónaco a Atotonilco’”, compartió Rafael Ortega, risueño, al tiempo de destacar, emocionado, cómo vivió esa intervención histórica para él.