Desbielado
Quedé de ver a mi amigo “Bamby del área” por el sur de la capital del país de la patada; había prometido darme una noticia enorme del mundo balompédico. Llegué unos minutos antes al lugar de la cita, un restaurante cuya especialidad son las alitas de pollo que van de la “dulce Poly” hasta la “TNT”, la más picosa.
Me pedí una cebada embotellada para bajarme la calor (unos le dicen “el” calor porque no son incluyentes), y el Bamby no llegaba.
Al rato me llamó para decirme que iba tarde porque pasó a recoger a Carlito, un amigo (literalmente) de pelos; de él les cuento una anécdota, pero les voy a pedir que no salga de aquí, que quede en familia. Resulta que cuando nació, le dijo su papá: “Un mes más y naces de peluche”.
Para ese momento le dije al mesero que me trajera una ensalada y otra risa embotellada con sabor a cebada; le envié un mensaje al Bamby y no me respondió, supuse que estaba a punto de arribar al lugar… pero no, pasaron los minutos y ni sus luces de mis carnales.
Di cuenta de la ensalada y los encargados del lugar ya me veían feo porque no pedía otra cosa; total que les ordené el “mega paquete”, ese que se compone de: deditos de queso, trozos de pechuga empanizada, ensalada, verduras y papas fritas, imaginando que de un momento a otro aterrizarían el Bamby y Carlito, pero no, no llegaban.
Sonó el teléfono; del otro lado escuché al del área diciéndome que se le había olvidado ponerle aceite al patas de hule desde hace cinco meses, que comenzó a hacer un ruido muy raro, un “kiigggg”, luego un “tactactac” y luego la nave dejó de caminar porque se desbieló, como sabía que no iban a llegar, apurado me comento: “Lo que quería decirte es que la final Francia contra Croacia es la final inesperada por el universo y nadie apostó por ella”.
Cierro con una obra titulada “Sin motor”
Perdieron los favoritos, Con descarado cinismo,
Los verdes fueron chiquitos, resultaron Espejismo.
Y si no, quéjense a la FIFA