Esto

CONTRA LAS OLAS

LOS DEPORTISTA­S LO PRACTICAN SIN TABLA USANDO SOLAMENTE UN TRAJE DE BAÑO

- POR GERSENDE RAMBOURG / AFP

Ciudad del Cabo.- Se hace de día a medida que se aproximan a la playa. En el aparcamien­to aparecen con el torso desnudo y con el traje de baño. Algunos llevan una tabla y otros no llevan nada porque van a practicar el bodysurf.

"Howzit, bru? (¿Qué tal hermano?)", pregunta Anthony en esa mañana de lunes, pasadas las 6h00. Se da prisa porque tiene que trabajar, al contrario que Neels, que investiga plataforma­s 'offshore' y que cuando no está en misión tiene todo el tiempo a su disposició­n.

El nadador Analiza la espuma, busca las condicione­s ideales y se aleja de la multitud de surfistas.

"A veces me dirijo hacia olas menos buenas", explica. "Me acercó quizás a ser un viejo gruñón, pero evito totalmente las multitudes", reconoce este nadador de 45 años de edad, que considera que ha superado ya la edad para estar peleando por una mejor situación.

En las rocas, aficionado­s observan a los valientes que se enfrentan al mar.

A la izquierda están los que llevan sus tablas y un poco más lejos los que no llevan tabla, los que se enfrentan a las olas directamen­te adoptando posturas con su cuerpo, en una disciplina quizás menos espectacul­ar pero más pura y física.

"Tu caja torácica se convierte en el casco de un barco", cuenta Cobus Joubert, de 50 años. Pequeñas tablas para las manos o aletas pueden ayudar a mejorar el deslizamie­nto y la estabilida­d, pero también los 'bodysurfis­tas' se aventuran en las olas a manos desnudas, adoptando posiciones estudiadas para limitar el contacto con el agua que pueda suponer un freno.

El bodysurf es algo "que practicas siendo muy joven, de manera intuitiva, antes de saber incluso que tiene un nombre", dice "Todos lo hemos hecho. Es divertido y no puedes hacerte daño", cuenta Liam Kilbride (19 años), que creció a veinte minutos de la playa.

Cobus dice sentirse "más relajado" sin tabla. "Salgo de las situacione­s peligrosas fácilmente, me basta con pasar por debajo de la gran ola, bajar en el agua. Tienes más movilidad" que con una plancha, que te une a la superficie.

Para practicar este deporte hay que ser buen nadador y estar dispuesto a dar patadas enérgicas "como en el vientre de tu madre", bromea Cobus, descendien­te de franceses. "Esto te lleva a la infancia, no hay nada serio en el bodysurf, se trata simplement­e de disfrutar".

Para Neels, permite tener "la impresión de volar en el agua, de sentirte muy vivo".

Sin tabla "interesas mucho menos a las chicas", bromea, admitiendo que es una práctica más de "solitarios".

"La libertad absoluta" es lo que siente Anthony al salir del agua. "Tomar las olas, unirte al movimiento. Nada técnico, te posicionas y disfrutas", explica.

La libertad absoluta es lo que sientes al salir del agua. Tomar las olas, unirte al movimiento. Nada técnico, te posicionas y disfrutas"

ANTHONY

SURFISTA

Esto te lleva a la infancia, no hay nada serio en el bodysurf, se trata simplement­e de disfrutar. Tu caja torácica se convierte en el casco de un barco"

COBUS JOUBERT

DEPORTISTA

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FOTOS: AFP Neels es uno de los entusiasta­s nadadores que practican el bodysurf en las playas de Ciudad del Cabo. /

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