Cría siniestra, Pobo'tzu'
Del Toro y la Academia,
Son tiempos complicados. Lo sabemos todos y lo hemos vivido en diferentes ámbitos. El apoyo desde instancias federales para la cultura, la creación y el arte es mínimo y en algunos casos de plano nulo. La semana termina con el comunicado de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficos, que entrega el premio Ariel, en el que anuncia que se posterga la convocatoria al galardón del próximo año.
Convocatoria, procesos de selección han quedados suspendidos. Buena parte de la comunidad cinematográfica ha cerrado filas en torno a la Academia que preside la actriz Leticia Huijara: Joaquín Cossío, Guillermo del Toro, por mencionar sólo dos personajes conocidos y queridos por el público, su aval es sin duda de gran valor. Pero ante el embate abierto del poder hacia el arte y la cultura, se requiere cerrar filas.
En medio de un tejido social que pasa por una crisis, el no entender que el arte, el cine, la música, son una solución y un camino, la única conclusión es que hay vileza o deseo de tener a una comunidad callada y aplaudidora. No sucederá. No es el temperamento de la mayoría que dedica su vida a la creación.
Y como muestra de que el cine es memoria, una opción está semana es Pobo’tzu' Noche blanca (Tanya Ximena, Yollotl Alvarado). En medio de un realismo mágico visual, vemos los esfuerzos por excavar la tierra de la comunidad zoque de Esquipulas Guayabal en Chapultenango, Chiapas, para recuperar su pueblo perdido en la erupción del Chichonal en 1982.
Un relato fuerte y conmovedor de vocación onírica, pero contundente a nivel social. Una historia de raíces, memoria y amor a la tierra. La película enfrenta claro, el embate publicitario comercial, pero va a un público con otras sensibilidades. El ataque a la cultura, se enfrenta pues, desde la línea de la creación, para que no salgan con sus pretextos aquellos que aplauden la arbitrariedad.
Otra opción y muy buena por cierto, es Cría mortal (Hatching, Hannabergholm, Finlandia, 2022). Historia de horror con su peso de crítica social, sobre una adolescente, Tinja (Siiri Solalinna), que vive presionada por su madre para ser la mejor y ganar un torneo de gimnasia. La joven parece estar rodeada de la familia perfecta, hasta la náusea, con un cuadro inmaculado, casi de santidad. Pero detrás del padre que construye legos, un hermanito menor y una madre intachable, se esconde la basura: infidelidades, control de la madre (Sophia Heikkilä, una malvada excepcional), hasta que Tinja, decide cuidar el huevo de una ave que su madre mató por poner en peligro la pulcritud ornamental de su vileza.
Cuento de hadas con princesa, bruja y todo a lo Grimm, burla a la construcción imaginaria de la vida virtual (la madre es una youtuber de cierta popularidad, que presume a su familia)., crítica social de las miasmas de la perfección familiar y hasta parodia del cine adolescente y juvenil a lo E.T., la película es transgresora, humorística y brutal.
Un horror diferente, con trasfondo y que evita las complacencias del género. Vaya con alguien de su familia y luego continúe el intercambio de alacranes.
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