El sueño se mantiene
EL ESGRIMISTA POBLANO, ESPECIALISTA EN ESPADA, HA APROVECHADO SU FORMACIÓN EN ITALIA
Apenas unos días después de lograr su clasificación a los Juegos Olímpicos de París 2024, el esgrimista Gibrán Zea volvió a ver la competencia que le permitió cumplir el sueño de su vida. La perspectiva, desde fuera de la pista, le permitió ver la valentía con la que enfrentó al puertorriqueño Rafael Western, en la final del Preolímpico Panamericano, y la sensación de haberlo logrado.
“Fue una emoción grandísima, creo que se llega a captar en algunas imágenes que nada más estoy gritando, nada más me tiro al piso y nada más. La cara de alegría, las lágrimas, en ese momento no te la crees exactamente, como que dices ‘por fin, llegué, gané, estuve bien’, no podría describir todas las emociones”, dijo el esgrimista, en entrevista con ESTO.
El paso de las horas le ha permitido dimensionar lo ocurrido y resignificar el sueño que supone competir en unos Juegos Olímpicos. “Conforme van pasando los días te das cuenta de lo que has creado, ser el segundo esgrimista poblano en clasificarme y ahorita ser el único representante en esgrima, es algo muy padre, pero al mismo tiempo me estoy dando cuenta de que hay que trabajar para tener el mejor desempeño en la competencia. No es que aquí acabe el sueño. Sí, fue muy padre y estoy muy contento, pero también llega el afrontar la competencia y afrontarla de la mejor manera posible”.
Las palabras de Gibrán reflejan su perseverancia, esa cualidad que le ha permitido clasificar a sus primeros olímpicos, el sueño que tenía de niño, cuando aún estaba indeciso de pelear con la espada o patear un balón. Cuando era apenas un adolescente, sin embargo, tomó la decisión de viajar a Alemania para elevar su nivel, poco después se asentó en Italia, donde desde hace seis años trabaja de la mano del entrenador italiano Alberto Coltorti, el hombre que confió en él y en su talento, más allá de que Gibrán había perdido el rumbo a consecuencia de las lesiones. “No fue nada fácil. Desde los 17 años que dejé el país, aprender nuevos idiomas, aprender nuevas técnicas, llegar a aprender nuevas culturas de cada lugar, fue muy retador. Aparte de lo retadora que es la esgrima, la vida en sí es muy retadora. Y en cada momento llegas a tener altas y bajas”.
Gibrán, quien siempre ha contado con el apoyo de su madre y de su abuela, encara la recta final de su preparación rumbo a París con la motivación de los buenos resultados. El objetivo es dar lo mejor de sí ese 27 de julio, cuando tenga su anhelado debut. “No podría decir un resultado fijo o un número en sí, pero lo que a mí más me gustaría sería dar lo mejor, dar el mejor resultado que yo pueda dar, pero sobre todo poderme expresar de la mejor manera posible en esta competencia”, dijo. “Si se llega a dar una medalla, si se llega a avanzar una o dos rondas. Creo que eso es de segundo plano, pero sobre todo creo que lo más importante no es pensar en eso, sino dar lo mejor de mí. Y si ya se llega a dar algo más, encantado”.
Al esgrimista le gusta imaginar lo que será la atmósfera del Grand Palais, sede de la esgrima.“no sé cómo va a ser esa atmósfera. He competido en Francia y sé que la afición es muy apasionada por la esgrima. Entonces estoy convencido que el resultado va a ser espectacular, debemos dar un buen espectáculo”. Fuera de la pista, le emociona la posibilidad de compartir la Villa con figuras como el tenista Novak Djokovic o los jugadores de la NBA.
Aunque los compromisos en México abundan, el esgrimista no ve la hora de volver a Italia para ponerse a tope. “Hay una competencia a mediados de mayo en Madrid. Continuamos en junio con el Campeonato Panamericano a finales de mes. Luego regresamos a Italia para ya después salir el 20 ó 21 de julio a París”.
6 AÑOS LLEVA EL ESGRIMISTA POBLANO GIBRÁN ZEA RADICANDO EN ITALIA