UN JUEGO ESPECIAL
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Para mí no es un clásico. Aunque reconozco que los duelos entre Pumas y América están cargados de gran rivalidad a partir de una animadversión que incluso ha rebasado la cancha.
Y podríamos ir desde el primer juego entre ellos, en julio de 1962, cuando los universitarios se presentaron en el máximo circuito y los azulcremas ganaron 2-0 en CU, que era la casa de los dos.
Luego, cuando los millonetas le quitaron a su goleador Enrique Borja; y años más tarde, con las transmisiones de televisión que hicieron crecer el antagonismo
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Ya sabemos que la familia Azcárraga compró a su equipo para rivalizar con las Chivas, que en esos años era el consentido de las mayorías, pero después la Universidad se convirtió poco a poco en un rival especial, y mucho tuvo que ver la televisión.
Y es que en 1974 el canal 13 comenzó a transmitir a la UNAM, y José Ramón tomó la bandera del antiamericanismo para a cambio enaltecer todo lo que hiciera ese gran equipo de Cabinho, Spencer, Cuellar, Muñante, Vázquez Ayala, Sanabria, y años después el mismo Hugo Sánchez.
Esperar Deportv para ver cómo se criticaba al América fue una constante en aquella década y eso incrementó la rivalidad.
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Luego vinieron las finales y aquel polémico tercer partido de 1985 en Querétaro, donde siempre quedó la duda sobre decisiones arbitrales que favorecieron al América.
Más tarde, en 1988, otro título para las Águilas, hasta que en 1991 los Pumas de Mejía Barón se quedaron con el trofeo luego del tiro libre que cobró Ferretti.
Adicionalmente los duelos de canteras se han calentado de más, las aficiones no se quieren, los medios de comunicación encienden mechas y todo eso ha llevado al derbi capitalino a ser un juego diferente. CONCLUSIÓN: Un partido que se marca en el calendario.