Experiencia inolvidable
En 2015, el equipo Biik Kazygurt FC significó una experiencia única para Desirée Monsiváis. Y es que a sus 25 años emigró para jugar con dicho club en Kazajistán, donde permaneció por un año y no se arrepiente, pues aseguró que su hambre de triunfar y el deseo de seguir jugando futbol, la llevó a cruzar el mundo y vivir una de las mejores aventuras de su vida. “Llegué por hambre y miedo. Miedo porque estaba extendiendo mis grados académicos, porque tenía miedo a la vida real de qué iba a hacer, pero no quería dejar el futbol y un entrenador en el Tec de Monterrey me dijo que por qué no buscaba a Fátima Leyva que conocía a un entrenador que tomaría a un equipo en Kazajistán, pregunté, lo busqué, hicimos la negociación por videollamada.
“Me mandó los requisitos, el sueldo, un sueldo que no había ganado en mí vida, saqué la visa en Nueva York, de ahí viajé a Moscú y de ahí a Kazajistán, entré a Afganistán. Hablan ruso, kazajo; investigué si existía el club, el técnico, me gradué y en 2015 viajé. Nunca dejé que el miedo me rebasará, pero mi hambre me llevó a jugar futbol profesional”, dijo a ESTO.
Dentro de la experiencia que vivió Desireé, estuvo la preparación a la que fue sometida, y que a pesar de que fue muy fuerte, le sirvió para destacar incluso en la Selección Mexicana. “Vivía en una jaula de oro. Había un hotel, la cancha abajo, sauna, gimnasio, comedor y ese era mi ciclo, mi físico cambió y en la Selección me di cuenta cuando estuve en el Preolímpico donde fui titular con Maribel Domínguez, ahí me di cuenta lo que es ser profesional”, señaló. /