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El aguacate mexicano tiene un gran éxito en Estados Unidos. El reto es la diversificación para no depender de ese mercado.
Hace 40 años, Rodrigo Becerril no se imaginó que su huerto de 30 hectáreas de cultivo de aguacate –en Ario de Rosales, a unos 100 kilómetros de la capital de Michoacán– tendría a los estadounidenses entre sus mejores clientes. Becerril exporta a Estados Unidos entre 120 y 200 toneladas al año, 70% de su producción, y el resto lo comercializa para consumo nacional. Por eso no se muestra preocupado ante la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, que mantiene en la incertidumbre al sector agroindustrial. “El peor de los casos es que pusieran aranceles, pero eso perjudicaría al consumidor estadounidense”. Este mercado abrió sus puertas al aguacate mexicano en 1997. Una década después, ya llegaba a todo el país, y el consumo es ahora de casi 3.5 kilogramos por persona al año, según la Asociación de Productores y Empacadores Exportadores de Aguacate de México (APEAM), que agrupa a 20,000 productores y 46 empacadoras. “No hay ningún país sustituto para México que le pueda dar estas grandes cantidades a Estados Unidos. Ocho de cada 10 aguacates en ese país son mexicanos”, comenta Ramón Paz, asesor del consejo directivo de la APEAM. Incluso, la fruta comenzó a producirse en el sur de California, donde hoy representa cerca de 19,000 empleos. “Pero la producción en California es pequeña comparada con la de México. Nosotros exportamos 790,000 toneladas en 2016 y California no produce más de 250,000”, explica Paz. Además, los productores estadounidenses lo venden un 40% más caro que los mexicanos, y sólo pueden surtir durante una breve temporada, agrega Becerril. El aguacate ocupa el segundo lugar de las exportaciones mexicanas después de la cerveza, según datos de Banxico. El reto ahora es diversificar los mercados para no depender de un Estados Unidos que está virando hacia un mayor proteccionismo. A Europa ya se envían cerca de 30,000 toneladas anuales y, desde hace cuatro años, la APEAM se encarga de promocionar el producto en Japón, donde el consumo de aguacate creció 24% el año pasado, y en Canadá, donde subió 17%. “También estamos empezando ir a China: apenas mandamos 14,000 toneladas, pero hace cuatro años eran 400”, dice Paz. De todos modos, los esfuerzos de los productores seguirán enfocados en Estados Unidos, pues tienen poca competencia. “Están Perú y Chile, pero apenas suman un 20% del mercado”, destaca Becerril.