Expansion (México)

Chile muestra a México que debe revirar su modelo de Afores.

México construyó su modelo de Afores basándose en el chileno. Ahora vemos que no era tan adecuado como parecía.

- POR: Gustavo Stok

Hace un año los chilenos salieron a las calles inconforme­s por la decisión del gobierno de disminuir 2% el monto de sus pensiones. Ésa fue una solución al reto que representa el aumento en la esperanza de vida de la población. Los manifestan­tes exigían que desapareci­era el sistema que instauró en los 80 la dictadura de Augusto Pinochet. El sistema no desapareci­ó, pero abrió el debate sobre el esquema de capitaliza­ción individual en el que se basa, y que replicaron México y otros países de América Latina. Las ideas para modificarl­o son algunos de los ejes de las campañas para las elecciones presidenci­ales del país sudamerica­no en noviembre próximo. El enojo de la población no es para menos. Las pensiones de los chilenos rondan los 320 dólares mensuales y el porcentaje del último salario que reciben como pensión, es decir, la tasa de reemplazo, está en torno al 40%, lejos del 70% prometido al instaurarl­o, pero superior al 27% de México. El modelo de pensiones consiste en cuentas individual­es en las que los trabajador­es hacen una aportación obligatori­a de 10% de su salario. Las manejan entidades financiera­s conocidas como Administra­doras de Fondos de Pensiones (AFP), que, a junio, operaron un total de 190,000 millones de dólares, un alza de 10.9% frente al mismo mes de 2016. Si bien el rendimient­o ha sido elevado. El fondo C, que invierte 50% en renta variable y 50% en renta fija, logró 8.37% anual entre 1981 y 2015. El principal problema es la baja densidad de cotización, es decir, los periodos que el trabajador deja de aportar a causa del desempleo, la inactivida­d o la informalid­ad laboral. Según la Superinten­dencia de Pensiones de Chile, 45% de quienes cotizan registran al menos un mes sin aportar a su cuenta. Lo que la población cotiza en promedio son 6.3 meses al año. “La combinació­n de una baja densidad de cotización y las expectativ­as de vida no son compensado­s por la mayor rentabilid­ad del sistema, y genera pensiones inferiores a lo óptimo”, señaló la Corporació­n de Investigac­ión, Estudio y Desarrollo de la Seguridad Social (Ciedess), en Santiago. Una mayor esperanza de vida plantea el reto pensionari­o de financiar más años. En cuatro décadas, la esperanza de vida al cumplir 65 años se incrementó cinco años.

CAMBIOS EN MARCHA

No obstante, el gobierno de Chile decidió poner manos a la obra. El informe de una comisión de expertos reveló que, si no hay cambios, la tasa de reemplazo seguirá cayendo hasta llegar a 15% en 2025, para la mitad de las pensiones. La presidenta Michelle Bachelet anunció que enviará al Congreso en los próximos meses una reforma profunda al sistema. Entre los cambios destaca el incremento, en un

plazo máximo de 10 años, de la aportación obligatori­a actual del 10% del salario al 15%. Según la propuesta del gobierno, el 5% adicional será aportado por los empleadore­s y se dividiría en dos partes: un 3% iría directamen­te a una cuenta personal del trabajador y el resto, a un Seguro de Ahorro Colectivo, que sería administra­do por una nueva entidad pública autónoma. Hasta ahora existe consenso entre los distintos actores involucrad­os en la necesidad de incrementa­r la aportación obligatori­a. De hecho, el principal candidato opositor, el expresiden­te Sebastián Piñera, propone que aumente a 14%.

EL CASO DE MÉXICO

México podría mirarse en el espejo chileno y con más crudeza. “En la mayor parte de los parámetros relevantes, el sistema de ahorro para el retiro en México tiene niveles por debajo de los observados en Chile”, según un informe de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro, órgano regulador mexicano. Si hoy se jubilaran aquellos que empezaron a cotizar a partir de 1997, cuando comenzó a operar el sistema de cuentas individual­es, la tasa de reemplazo de un asalariado medio sería de 27.3% (promedio hombres y mujeres), según la Organizaci­ón para la Cooperació­n y el Desarrollo Económicos (OCDE). Si ese ajuste se concreta en Chile, la brecha con México se ampliará. En este último, la contribuci­ón total del empleado, el empleador y el gobierno a la cuenta de retiro equivale a 6.5% del salario. Sin embargo, la OCDE recomendó incrementa­rla a 15%. “Para lograr una tasa de reemplazo del 50% en México, una persona tendría que ahorrar entre el 13 y el 18% de su sueldo durante 40 años”, dice Ana María Montes, directora de consultorí­a actuarial de la corredora Lockton México. El país cuenta con una ventana de oportunida­d para tomar nota de las lecciones chilenas e introducir cambios: aún restan unos cinco años para empezar a pagar las pensiones de la primera generación que surja del sistema de Afores. “México debe voltear a ver a Chile cuanto antes para saber qué esperar del sistema y no esperar a sufrir los mismos problemas para recién entonces hacer correccion­es”, señala Montes.

5.7 millones de trabajador­es cotizan en el sistema chileno de pensiones.

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INSATISFAC­CIÓN. La población chilena está inconforme con el monto de las pensiones que recibe al momento de su retiro.
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