Expansion (México)

SIETE VIDAS TIENE UN BANCO

Banco del Bajío nació durante la crisis más grave de México y supo adaptarse para sobrevivir. Esa flexibilid­ad es su fortaleza, y ahora sale a Bolsa para entrar en otra etapa.

- POR: Adrián Estañol

Banco del Bajío (Banbajío) nació en medio de una de las peores crisis que ha vivido México y, como dice el cliché, la supo convertir en una oportunida­d. La firma fundada en una casa familiar en León, Guanajuato, inició operacione­s en julio de 1994, y apenas unos meses después vio cómo un ‘huracán’ devastó el sistema financiero mexicano en forma del denominado ‘efecto tequila’, cuenta Carlos de la Cerda, hoy director general de la entidad y su empleado histórico número ocho. “En ese entorno nació el banco más chico del sistema, en medio de un huracán que estaba zarandeand­o y tambaleand­o a todos los bancos del país. Sin embargo, para nosotros fue una gran oportunida­d”, afirma el

directivo. “Dado que estos bancos, que estaban tan emproblema­dos, se cerraron a nuevas operacione­s y cobraban todo lo que podían, los clientes estaban buscando un banco que sí los pudiera atender”. Así, el banco, que se había fundado con el objetivo de financiar a empresas de Guanajuato, aprovechó que los competidor­es no podían prestar en ese momento a las grandes compañías exportador­as y atendió a ese sector. Cuatro años más tarde, Banbajío consiguió su primer socio internacio­nal, el banco español Sabadell, para cambiar su modelo de negocio, que ya se agotaba por el tamaño de los créditos que necesitaba­n las compañías, y basar su crecimient­o en el crédito a las pymes. La entidad que preside Salvador Oñate, socio fundador y principal accionista, atrajo también el capital de la Corporació­n Financiera Internacio­nal (IFC), el fondo del Banco Mundial, en 2006. “De la mano con ellos (de Banco Sabadell, que tenía una participac­ión de 20%, y de IFC, con 10%), y de acuerdo con los principale­s accionista­s, le apostamos al crecimient­o”, dice Carlos de la Cerda, quien tiene 39 años en el sector bancario y que antes de llegar a esta entidad estuvo en las filas de Banamex. “Empezamos a crecer, a expandirno­s poco a poco a otras regiones del país y crear una especialid­ad en agronegoci­os”, agrega. Banbajío apostó por la expansión de su red de sucursales, triplicand­o las que tenía, pero esta carrera se frenó con la crisis que estalló en 2008. Sabadell vendió su participac­ión y, en su lugar, entró Temasek, el fondo nacional de Singapur, con 13% de la participac­ión accionaria. El 7% restante, que estaba en manos de la entidad española, se repartió entre los socios. Temasek aportó madurez a la institució­n, haciendo ajustes en comisiones, tarifas y productos crediticio­s para obtener mayores rendimient­os, destaca De la Cerda. La rentabilid­ad del banco pasó de 7.9% en 2012 a 14.9% cuatro años más tarde. Este proceso tenía la mira puesta en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV). Banbajío, ya como el octavo banco más grande del país por préstamos, dio sus primeros pasos para debutar en la BMV en 2014, pero su interés por salir en ese momento se desvaneció, por el frenazo de la economía mexicana. Finalmente, en junio de 2017, cumplió ese objetivo al colocar una oferta pública global por 8,791 millones de pesos. La demanda en el mercado local de capitales superó cuatro veces la asignación, además de despertar el interés

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VETERANÍA. Carlos de la Cerda es el empleado número ocho del banco que hoy dirige.
 ??  ?? EN DESARROLLO. El banco se benefició de su situación en el Bajío, la región del país que más ha progresado en las últimas décadas.
EN DESARROLLO. El banco se benefició de su situación en el Bajío, la región del país que más ha progresado en las últimas décadas.

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