¿DÓNDE ESTÁN LOS JACK MA MEXICANOS?
Los planes de sucesión son inusuales en las compañías del país y la mayoría de los empresarios alarga lo más posible su gestión.
l 7 de septiembre comenzó a circular un mensaje inesperado: Jack Ma, cofundador y presidente de la compañía china de comercio electrónico Alibaba, se retiraba para dedicarse a la filantropía. En una carta enviada el 10 de septiembre a sus clientes, empleados y accionistas, el empresario –de 54 años– confirmó la noticia y reveló que su salida no sería inminente. Durante un año trabajaría con su sucesor, Daniel Zhang, para asegurar una “transición fluida y exitosa”. El retiro de Ma se contrapone a la cultura empresarial
Een México, donde –según reportes realizados por el Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa (IPADE) y la Universidad de Monterrey (UDEM)– los planes de sucesión son inusuales en las compañías y la mayoría de los empresarios alarga lo más posible su periodo de gestión al frente de las organizaciones. “Este tema debiera ser común, pero no lo es”, dice Siegfried Seedorf, académico de la Universidad La Salle. De acuerdo con José Ángel Vázquez, director del Centro de Empresas Familiares de la UDEM, solamente 23% de las empresas familiares tiene un plan de sucesión. Ricardo Aparicio, director del Centro de Investigación para Familias de Empresarios|bbva Bancomer, del IPADE, asegura que su último reporte reveló que 66.6% de los empresarios admitió que piensa retirarse después de los 65 años o ni siquiera lo habían considerado. No hay receta infalible para un exitoso plan de sucesión, pero el académico de la UDEM recomienda seguir estas cuatro etapas: iniciar el diseño de un plan de sucesión, identificar a futuros sucesores, establecer un programa de desarrollo y crecimiento de los sucesores y comenzar con el traspaso de liderazgo de la gestión del negocio. El momento perfecto para iniciar la sucesión no existe, pero los académicos recomiendan tomarlo con calma, pues todas las etapas pueden llevar entre siete y ocho años. “Todo mundo llega a su nivel de incapacidad. Entonces, tarde temprano, la empresa rebasa al líder y si no es capaz de renovar la dirección, puede caer en deficiencias o en malas decisiones estratégicas”, advierte Aparicio.