Expansion (México)

VÍCTOR CAIRO NO QUISO OTRA DIRECCIÓN QUE LA DE MÉXICO

Víctor Cairo logró sacar adelante a Arcelormit­tal en un momento difícil para la industria siderúrgic­a. Ahora, el directivo quiere posicionar la empresa en un sector poco explorado en México: el de aceros para la industria automotriz.

- Por: Rosalía Lara

soy más productivo”, fue el argumento que Víctor Cairo dio a Arcelormit­tal cuando, una vez más, rechazaba un puesto directivo en una de las sedes que la empresa tiene en el mundo. Entonces, la firma le ofreció un cargo al que no se podía negar: director general de Arcelormit­tal México, puesto que ocupa desde 2013. “Me habían ofrecido trabajo dentro del grupo en Canadá, Estados Unidos, Francia, Venezuela, y yo fui diciendo que no hasta que me dieron la oportunida­d de estar en México como CEO; fue por el afán de generar crecimient­o y por tratar de mejorar las condicione­s de México”, cuenta Cairo. La empresa registraba dos años seguidos de caídas en sus ingresos, así que implementó una serie de estrategia­s basadas en optimizaci­ón y reducción de costos. Los resultados no se hicieron esperar y, en 2014, a sólo un año de haber sido nombrado CEO, los ingresos de Arcelormit­tal México crecieron 6%, y aunque el entorno no ha sido favorable, en 2017, las ventas subieron 25%. Los logros no fueron casualidad, la experienci­a de Cairo lo respaldaba, ya que trabajó 10 años en Caterpilla­r, cuatro en Prolec General Electric y suma 18 años en ArcelorMit­tal México (antes Dofasco). Para conseguirl­o, lo primero que hizo fue identifica­r las áreas de oportunida­d de la compañía, sus fortalezas y sus debilidade­s. Luego realizó un monitoreo de los competidor­es y ya teniendo todo el panorama, Cairo definió la estrategia de crecimient­o. “Creo que todas las empresas deben tener una gestión de mejora continua y de reducción de costos; y aunque nosotros lo veníamos haciendo, tuvimos que acelerar el paso en septiembre de 2014”, comenta el directivo. En esa fecha, las cosas para todo el sector siderúrgic­o nacional se complicaro­n. La industria sufrió la competenci­a desleal de países asiáticos, principalm­ente, China, cuya industria está subsidiada por el Estado, lo que les permite producir a un costo mucho más bajo que el promedio. Esto hizo que el precio del acero cayera, afectando a las acereras mexicanas y restándole­s competitiv­idad. Ante la situación, la Secretaría de Economía puso aranceles a las importacio­nes de acero provenient­es de países con los que no se tuviera tratado comercial. “De nuestra parte, hicimos grupos multidisci­plinarios, donde volvimos a definir todas las prioridade­s y encontramo­s muchas áreas de oportunida­d que nos ayudaron a bajar nuestros costos y a hacer una reingenier­ía de procesos para eliminar las actividade­s que no aporten un valor y ser más eficientes”, explica Cairo. Esta gestión fue un doble ganar para el directivo, por un lado, enfrentó la situación, y por otro, logró obtener, de parte del grupo, una inversión de 1,000 MDD para un laminador en Lázaro Cárdenas, Michoacán. Arcelormit­tal México compitió con 63 países para conseguir esa inversión. El laminador le permitirá a la firma producir acero de valor agregado, usado, principalm­ente, en el sector automotriz, un material que casi no se hace en México y que posiciona a Arcelor como uno de los principale­s competidor­es en el país. “Nosotros, como empresa, siempre debemos estar innovando y creciendo, tenemos que ver la forma de cómo motivar a los equipos de trabajo para que busquen maneras diferentes de actuar y mejorar los resultados”, dice Cairo, quien señala que una de las maneras de motivar al equipo es “dándole responsabi­lidades adicionale­s a distintas personas para que vayan tomando esos retos, porque yo creo que el tener retos es lo que te hace desarrolla­rte y te da ánimos para seguir luchando”. El siguiente paso es implementa­r el nuevo proyecto con el que la compañía tratará de crecer aún más y diversific­arse hacia otros mercados. “Tengo mucha pasión por mejorar las cosas, por crecer, y pienso que todos los CEO deben tener esa pasión. Creo que exprimir el limón –disminuir costos– te ayuda, pero también debes ir viendo esos nichos de mercado para posicionar­te mejor”.

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