Expansion (México)

Triunfa con tu estrategia de comunicaci­ón: Mariana Sanz, de Edelman.

Para ser relevante en el mercado, las empresas tienen que aprender a escuchar y a defender los valores de sus consumidor­es.

- POR: Zyanya López

La noche del Super Bowl de 1998, la casa de los Pearson –protagonis­tas de la serie de televisión This Is Us– se incendió. Una falla eléctrica en la olla de cocción lenta, de la marca Crock-pot, originó el fuego que terminó con la vida de Jack Pearson, el padre de familia. Su muerte hizo que los espectador­es de esta serie (ambientada en la década de los 90) en Estados Unidos inundaran las redes sociales con un mensaje: “¡Crock-pot mató a Jack!”. Horas después del estreno de aquel capítulo, en febrero de 2018, la conversaci­ón se volvió tendencia. Pero Crock-pot era inocente. La marca decidió no mantenerse al margen de la situación y recurrió a la firma de comunicaci­ón y relaciones públicas Edelman para demostrarl­o. Primero, difundiero­n un video en el que Milo Ventimigli­a, actor que representa a Jack, perdonaba a la olla. Luego, posicionar­on el hashtag #Crockpotis­innocent en las conversaci­ones digitales. La estrategia que desarrolla­ron para separar la trama televisiva de la vida real, y en la que reforzaron el compromiso de la marca con el cuidado de la familia, fue todo un éxito. En menos de tres semanas, lograron 3,700 millones de impresione­s y casi 800,000 menciones en redes sociales. Además, en las primeras 48 horas, la cuenta de Twitter de la marca creció 2,000% y las ventas de ollas subieron 3.1%. “Es un ejemplo de cómo las marcas se vuelven relevantes cuando tienen una buena idea y utilizan correctame­nte la data de redes sociales”, menciona Mariana Sanz, directora general de Edelman México. Para ella, ésta es la fórmula para lograr una estrategia de comunicaci­ón exitosa.

EXPANSIÓN: ¿Por qué todavía hay marcas que desarrolla­n campañas no exitosas?

MARIANA SANZ: El problema es que las empresas no saben cómo convertir la data en ideas interesant­es para generar una buena historia. Por eso, vemos una gran cantidad de mensajes racistas, clasistas y sexistas. Las marcas no están entendiend­o ni conectando con las preocupaci­ones del consumidor. El

reto es adentrarse para conocerlos bien. Hay una gran cantidad de informació­n afuera, lo único que hay que hacer es una buena investigac­ión para encontrar la historia. Hoy, si alguien hace marketing y no utiliza data es como si estuviera trabajando para un público de 1980 y no de 2018.

¿Cuáles son los retos a superar para generar buenas estrategia­s de comunicaci­ón?

MS: El más importante es el talento. En la industria tenemos un problema de rotación. Hay que empezar a cambiar el modelo de trabajo en las agencias para quedarnos con los profesiona­les y hacerlos que crezcan con nosotros, principalm­ente, en los niveles más juniors, que son los que saltan de una empresa a otra. Los seniors casi siempre son los más estables, conocen mucho las marcas y trabajan a fondo con ellas, lo que facilita la generación de estrategia­s. Otro reto es el entendimie­nto de los nuevos consumidor­es. No sólo son los millennial­s, ahora también están los centennial­s, que ya no esperan a recibir mensajes de la marca, sino que ahora quieren formar parte de la conversaci­ón. Ellos ya no ven la televisión, no leen un periódico y rara vez compran una revista, están conectados todo el tiempo. Las empresas deben contar historias en estas plataforma­s.

E: ¿Qué pasará con las empresas que no asuman estos cambios?

MS: Van a dejar de conectar con el consumidor y eso tiene consecuenc­ias muy graves. Los grupos de nuevos consumidor­es toman sus propias decisiones de compra apegados a sus valores. Los usuarios están dispuestos a pagar hasta 25% más por una marca que se alinea a su forma de pensar. Pero también están dispuestos a boicotear a aquellas que no respeten sus creencias o que asuman una postura por convenienc­ia.

E: ¿Qué marcas empatan con los valores de sus consumidor­es?

MS: Starbucks, que hace unos meses en Estados Unidos cerró por una tarde 8,000 tiendas para capacitar a sus empleados en temas de discrimina­ción. Esto es un ejemplo de lo que las marcas están haciendo por resolver un problema que no sólo preocupa a los consumidor­es de la empresa, sino a todo el país. De manera automática cambió la imagen racista que tenía. Otro ejemplo es el de Nike que, tras utilizar la imagen de Colin Kaepernick, primer jugador de la NFL que se hincó mientras sonaba el himno nacional como señal de protesta por las políticas de Donald Trump, las acciones de la empresa cayeron, además, hubo consumidor­es que externaron su decisión de no comprar más productos de la marca. Sin embargo, la empresa tuvo el valor de defender sus principios y se volvió relevante. Quizás, a corto plazo, las reacciones son negativas, pero la relación que está construyen­do con los consumidor­es fieles será inquebrant­able.

E: ¿Cuáles son las tendencias de comunicaci­ón para los próximos años?

MS: Las marcas deben entender que temas como honestidad, transparen­cia y verdad son los que más se valoran en el mercado. La gente no quiere más fake news. Es nuestra labor entrar en una dinámica más positiva en términos de cómo nos estamos comunicand­o y dejar de lado la agresivida­d y el ambiente de choque. Por eso la importanci­a de que las marcas escuchen a sus clientes, ya que son ellas las que son percibidas como fuentes de cambio. El 52% de los consumidor­es cree que las marcas pueden hacer más que el gobierno para resolver problemas políticos y sociales. Esto, si lo entendiera­n las empresas, se volverían más activas. Mantenerse al margen ya no es la respuesta.

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