L OS NUEVOS RETOS DEL ABOGADO
Los cambios siempre traen retos y oportunidades. En este país, cada seis años se renuevan muchas cosas con motivo del cambio en los poderes federales y locales. Estos cambios alteran el mundo de la asesoría legal, y, en esta ocasión, parece que el cambio será aún mayor. Los ganadores de la contienda electoral de este año han dejado ver, de manera muy clara, sus prioridades. Sin duda, son grandes proyectos de transformación de muchas áreas, que impactan la regulación económica. Si bien estos proyectos normalmente requerirían impactar el arreglo normativo, de lo manifestado por el presidente electo y sus colaboradores, parecería haber una intención de reformar lo menos posible las normas. Esto parece obedecer a los antecedentes de tantas reformas constitucionales y legales en el país. Si en el siguiente sexenio no se cae en esa tentación reformista, entonces lo que veremos será una alteración en la implementación y operación de la regulación económica, y en la forma en la que se relaciona el gobierno con el sector privado en general. Además, derivado de los grandes cambios que se pretenden introducir en el sistema de compensación a los funcionarios, es previsible que la mayoría de los altos funcionarios cambien, lo que representará un reto de aprendizaje. Considero que el efecto que pudiera ser más significativo del cambio en el poder es una renovada intervención estatal. Anticipo que, en el ámbito económico, habrá mayor intervención directa y, además, se debiera pedir a los órganos reguladores que actúen de forma más decidida y eficaz. Por ejemplo, creo que este gobierno hará uso de sus facultades para solicitar el inicio de investigaciones a la Comisión Federal de Competencia Económica, el Instituto Federal de Telecomunicaciones, el Banco de México y la Comisión Reguladora de Energía, entre otros. También existen amenazas externas y oportunidades adicionales para los abogados: la posible entrada en vigor de un nuevo acuerdo comercial, el surgimiento de regulación y restricciones populistas en otros países y el crecimiento de herramientas tecnológicas, como la inteligencia artificial, aplicadas a la práctica profesional de los abogados son más importantes que los cambios en el ámbito interno. En este nuevo entorno, el abogado tendrá que servir de puente de comunicación con la nueva administración y deberá ser un defensor de los derechos de la empresa y del individuo, y asegurar el debido proceso en estos esfuerzos del gobierno. Veo la importantísima oportunidad (diría yo, obligación, que no hemos cumplido) de que los abogados nos convirtamos cada día más en artífices del Estado de derecho, en defensores reales y muy vocales de la aplicación de la ley en todos los ámbitos de regulación económica, para evitar corrupción, privilegios indebidos y arbitrariedades. El poder requiere contrapesos fuertes y este esfuerzo debe empezar por los profesionales del derecho.