La empresa crea nuevos servicios de interacción entre usuarios.
A 20 años de su nacimiento, Google poco tiene que ver con lo que concibieron sus fundadores.
Hoy, Google es todo menos un buscador web. La empresa de Larry Page y Sergey Brin que nació en 1998 en un garaje en Palo Alto, California, con la idea de indexar mejor las páginas de internet, ahora pretende convertirse en el centro de todas las interacciones humanas entre el mundo físico y digital.
Desde cómo nos desplazamos en una ciudad, tomamos una fotografía o video hasta la manera en la que buscamos información, controlamos nuestro hogar o pedimos café, Google quiere mantener su dominancia digital al crear una capa de servicios impulsados por inteligencia artificial (IA) de los cuales no podamos prescindir.
Hacia la siguiente década, la compañía tiene un solo objetivo: dejar que cada servicio o producto que desarrolle esté impulsado por IA.
“Ya creamos los cimientos de nuestra siguiente década, a medida que transitamos a convertirnos en una compañía de inteligencia artificial primero, en todos nuestros productos y como ejemplo claro está Google Assistant”, dijo el CEO de Google, Sundar Pichai durante una llamada con inversionistas.
Hoy, no existe equipo de trabajo dentro de Google que no busque cómo incoporar IA para crear nuevos servicios. En el centro de esa transformación, explicó Pichai, está Google Assistant, pues gracias a la capacidad que tiene para entender el lenguaje humano, la compañía planea detonar allí la mayoría de sus servicios.
“Google Assistant ya está disponible en más de 400 millones de dispositivos, como teléfonos, tablets, audífonos, televisores y hasta relojes”, comentó el directivo. Para finales de 2018, Google planea que el asistente tenga disponibilidad en 30 idiomas y más de 80 países.
“Queremos ser una empresa de inteligencia artificial, pero una que ofrezca IA que sí dé valor y ayude al usuario, no que sólo la tenga por tenerla”, explica a Expansión Mario Queiroz, vicepresidente de Product Management de Hardware de la compañía. Así, para Google lo que antes se hacía al escribir en el buscador, ahora pretende que se le pida a su asistente sin importar el dispositivo del usuario.
“La idea es construir una plataforma agnóstica a internet que, sin importar la forma de cómputo o dispositivo en la que surja –realidad virtual o aumentada, móviles, voz y los aún no inventados–, el usuario pueda acceder al contenido”, explica a Expansión Rahul Roy-chowdhury, vicepresidente de Chrome.
Aunque la compañía no dejará de vender publicidad digital en sus plataformas, pues casi 9 de cada 10 dólares que factura provienen de este sector, hacia la siguiente década, Google Assistant le ayudará a aumentar su presencia dentro del comercio electrónico.
“El valor de estos asistentes no es que te digan la hora, el clima o pongan alarmas, es la posibilidad que tienen de dejarte comprar lo que necesitas con sólo decirlo”, explica Gonzalo Rojón, analista The CIU. Aunque la firma ha dicho, en varias ocasiones, que no planea competir directamente contra Amazon, sí ve como parte de su futuro que la IA ayude a sus usuarios a comprar a través de Google.
“Tenemos integración en Estados Unidos con Walmart y, seguramente, lo estaremos extendiendo con otros socios de negocio y a otros mercados. Todavía no es algo que mucha gente vea como algo práctico, pero estamos en las primeras etapas, dice Suveer Kothari, vicepresidente de Google Home y Nest, y presume:
“Lo que sí ya puedes hacer es pedirle a Google tu café de Starbucks y sólo pasar a recogerlo”, explica.