Expansion (México)

POR QUÉ ESTE RANKING IMPORTA

- POR: LEONOR ORTIZ MONASTERIO Especialis­ta en Investigac­ión Aplicada de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad.

Vamos a hablar del elefante en el cuarto. ¿Por qué algunas empresas que han estado involucrad­as en escándalos de corrupción están tan arriba en el ranking? ¿Qué significa que el IC500 califique bien a compañías que están bajo los reflectore­s y que han incurrido en prácticas corruptas o han estado acusadas de ellos? Desde el año pasado, aclaramos y subrayamos que el IC500 no mide qué tan corruptas son las empresas ni la implementa­ción de sus políticas de integridad. El Índice evalúa, únicamente, la publicidad y la calidad de las políticas de integridad corporativ­a y anticorrup­ción. Por eso hay empresas que aparecen entre las primeras posiciones, como Pemex, y que parece que están haciendo algo bien, cuando varios escándalos recientes muestran lo contrario. Por eso, hablemos de cuál es el sentido y la utilidad de tener buen desempeño en el IC500. Las políticas de integridad corporativ­a y anticorrup­ción tienen un fuerte componente reputacion­al. Legitiman la imagen de las empresas en momentos de crisis. Son la cara que las compañías muestran al público, a los clientes, a los medios. Si lo que quieres es limpiar tu reputación, lo primero que haces es poner tu mejor frente: muestras que tienes todo en orden, publicas tus políticas y te aseguras de que éstas cumplan con todos los requisitos. Es el primer paso para ‘limpiar’ la reputación en temas de corrupción, además de ser el más sencillo, y en el que la empresa tiene total control. ¿Queremos que estas políticas se cumplan? Por supuesto, para eso es el IC500: para saber cómo está el panorama en el sector privado en México, y desde ahí poder exigir. Para señalar a qué se están comprometi­endo las empresas más grandes de México y no quitar el dedo del renglón. Queremos que, en México, el sector privado se haga responsabl­e de sus acciones. El primer paso es exigir que, sea cual sea la empresa, tenga políticas de integridad corporativ­a. El segundo paso es que las cumplan. El IC500 de 2018 nos muestra mucho avance en el primero, y ahora vamos a trabajar en el segundo.

Por el otro, hay empresas que no hacían públicas sus políticas en los sitios de internet, y que decidieron unirse al esfuerzo y transparen­tar sus códigos de ética y políticas de integridad corporativ­a. Es muy probable que estas organizaci­ones ya tuvieran desarrolla­das esas políticas, y que ahora hayan decidido hacerlas públicas para poder ser evaluadas en este Índice.

¿CUÁLES FUERON LAS PRINCIPALE­S MEJORAS?

En esta segunda edición, observamos mejoras en prácticame­nte todos los componente­s de las políticas anticorrup­ción de las empresas, en específico, en sistemas de denuncia, lavado de dinero y prohibició­n de sobornos. Según la encuesta de delitos económicos 2018 de PWC, las tasas de corrupción y soborno en el país aumentaron de 21% en 2016 a 30% en 2018. Ante esta situación, las compañías han respondido reforzando sus políticas contra el soborno y el lavado de dinero o, al menos, hablando de ellas. Ante los recientes escándalos de corrupción en el sector privado y la expectativ­a de la sociedad de que se actúe frente a estos casos, parece existir un reconocimi­ento por parte de las empresas más grandes de México de la necesidad de hacer pública su preocupaci­ón de que estos actos no se cometan dentro de ellas. En el reporte global sobre riesgo de fraude de 2017-2018 de la consultora Kroll, 85% de los empresario­s encuestado­s admitió que hubo fraude en sus compañías. Las políticas para prevenirlo deben entonces ser una prioridad central de la integridad corporativ­a de las organizaci­ones. Sin embargo, los datos del IC500 arrojan que, aunque hubo una mejora, en 2018 únicamente 29% de las 500 empresas más grandes de México publican sus políticas para prevenir los fraudes. Segurament­e, la enorme mayoría de las empresas que forman parte del IC500 cuentan con detalladas políticas de prevención de fraudes, y tienen razones válidas para no publicarla­s, como proteger una estrategia desarrolla­da internamen­te. Pero los beneficios de publicarla­s son mayores, y si las empresas quieren afianzar su compromiso con el combate a la corrupción y posicionar­se como líderes en integridad corporativ­a, deben empezar a compartirl­as. Por último, las políticas de viáticos, aunque muestran una mejora, siguen siendo publicadas en muy pocas empresas (sólo el 12%). Una vez más, es posible asumir que las 500 empresas tienen políticas de viáticos robustas y extensas, pero éstas deben hacerse públicas porque son un elemento crucial para mejorar la integridad corporativ­a y demostrar qué mecanismos tienen instaurado­s para que no haya desvío de recursos a través de los viajes de empleados o directivos. Éste es un ejemplo de los esfuerzos marginales que pueden hacer las empresas para mejorar su posición en el Índice y su compromiso con la integridad corporativ­a.

ANÁLISIS POR SECTORES Y POR PAÍSES

Este año, al igual que en 2017, el sector mejor evaluado es el aeroespaci­al, con 92.1 puntos, en promedio. Afores, tabaco, minería y electrónic­a subieron sus calificaci­ones y lograron posicionar­se por encima del sector educativo, que el año pasado ocupó la segunda posición. Dentro del top 10 de los mejores, además de los ya mencionado­s se encuentran también electricid­ad, infraestru­ctura de transporte­s y materiales para la construcci­ón. Todos ellos tienen calificaci­ones promedio que rebasan un puntaje de 67.32. En 2017, esta cifra fue de 55.56, así que hubo una mejora importante. Se puede decir que todos estos sectores están ‘aprobados’,

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