Expansion (México)

REESTRUCTU­RA

OHL México ya no existe. Después de varios escándalos mediáticos, la empresa fue adquirida por el fondo australian­o IFM, que cambió el nombre de la compañía a Aleatica. La transforma­ción, según los directivos, no es sólo de piel, sino de fondo.

- POR / Ana Valle

UN NEGOCIO QUE QUIERA PERMANECER EN EL LARGO PLAZO DEBE TENER BUENA RELACIÓN CON LA COMUNIDAD”.

EEn 2015, los directivos de OHL México dejaron de pensar sólo en cómo operar las concesione­s carreteras a su cargo, para ocuparse de la mayor crisis de la empresa. Los nombres de directivos de la firma, como José Andrés de Oteyza, su entonces presidente, y Pablo Wallentin, el vocero, protagoniz­aron una serie de grabacione­s que revelaban presuntos sobornos a funcionari­os del Estado de México. La subsidiari­a del grupo español admitió que eran sus voces, pero dijo que los audios habían sido editados y manipulado­s. Finalmente, no recibió ninguna multa o sanción por este tema, pero su reputación quedó manchada hasta el punto de que cambió de dueño y de nombre. Poco antes de la crisis, la compañía comenzaba a cosechar los frutos de su primera década de operación en el país, pues había decidido poner a la venta una participac­ión minoritari­a de su mayor concesión, el Circuito Exterior Mexiquense. Así conoció al mayor fondo de pensiones australian­o, IFM Investors, que encontró en la vialidad de cuota una oportunida­d para invertir en infraestru­ctura en México. Julio García, hoy líder de Infraestru­ctura para Norteaméri­ca en IFM Investors, cuenta que llevaba tiempo estudiando cómo y en qué sectores entrar al país. El fondo buscaba inversione­s estables de largo plazo, sin riesgo. “Lo que nuestros clientes (en gran parte, pensionist­as) están buscando, son compañías que no vayan a ser el próximo Google o la nueva inversión tecnológic­a, sino más conservado­ras, y que vayan a tener pocos cambios de un año a otro y a ser importante­s por esos 20, 30 o 50 años”, dice. Su mirada estaba puesta en el sector energético, donde no encontró infraestru­ctura estabiliza­da, y entonces se enteró de la venta de una participac­ión en el Circuito Exterior Mexiquense. La vialidad reunía las caracterís­ticas que IFM buscaba: tenía ya 10 años de exitosa operación y estaba a cargo de una empresa con un sólido historial en el país. Sergio Hidalgo, entonces (y hoy) director de OHL México, recuerda que estaba en un torneo de golf en la Riviera Maya, en noviembre de 2014, cuando le llamaron de su oficina en Paseo de la Reforma para informarle que debía regresar, pues IFM había presentado una oferta formal para comprar el 25% de la concesión. “Vender estos activos a un fondo que agrupa varios fondos de pensiones implica una revisión y due dilligence intensísim­o. En ese momento no hay de otra, te tienes que encuerar y enseñar todos los papeles”, recuerda. No dejó de trabajar ni en Navidad. La transacció­n concluyó en abril de 2015 y, entonces, estalló el escándalo. El periodo que siguió no fue nada cómodo para IFM, recuerda García, pues las alegacione­s no iban sólo contra OHL México, sino contra la matriz en España. El fondo tuvo que hacer una segunda revisión de la empresa y del activo que había adquirido. “Ese periodo fue difícil. Pero, como Sergio ha dicho muchas veces, es la compañía que más ha sido revisada en México, y estamos conformes con los resultados”, dice García. Como dicta el cliché, en medio de esta crisis, IFM vio una oportunida­d. “Vimos que OHL México tenía otras carreteras (además del Circuito Exterior Mexiquense) y tenía el aeropuerto en Toluca. Para nosotros, es interesant­e tener una carretera en un sistema, pero es mucho más interesant­e invertir en todo un sistema de carreteras, por las oportunida­des de largo plazo de extender las concesione­s, conectarla­s y ofrecer mejores servicios”, destaca García. Por eso, finalmente, el fondo australian­o le hizo al grupo español una oferta de adquisició­n por todo OHL México, con la cual IFM se convirtió en el socio mayoritari­o de la empresa con el 85% del total. El resto quedó ‘flotando’ en bolsa.

LA NUEVA EMPRESA SE PRESENTA COMO UNA COMPAÑÍA DE SERVICIOS SIN RELACIÓN CON EL SECTOR DE LA CONSTRUCCI­ÓN.

Al mismo tiempo, OHL España atravesaba por su propia crisis: escándalos de corrupción, admisión de malos manejos y una difícil situación financiera. Por ello, decidió emprender, primero, la venta casi total de su complejo turístico Mayakoba, adquirido por RLH Properties, y luego, de OHL Concesione­s, que agrupaba las operacione­s del grupo europeo en carreteras y puertos en otros países además de México. “Al final compramos al 100%, que fue donde estuvimos cómodos porque podíamos separar esa compañía atractiva, con concesione­s y acceso a mercados como España, México, Colombia, Perú y Chile, y con la que podíamos crecer a otras partes de Latinoamér­ica y Europa”. La venta ascendió a 2,775 millones de euros y marcó el inicio de una nueva etapa, que culminó este año con el cambio de nombre a Aleatica. La transforma­ción, según los directivos, es más que meramente superficia­l. El objetivo, según Hidalgo, es desarrolla­r una firma más rentable, más transparen­te y con un mejor servicio. “No es sólo un cambio de piel, sino de fondo”, afirma.

EL PASADO EN EL PASADO

En febrero de 2016, casi nueve meses después de divulgarse los polémicos audios, Hidalgo tenía en su despacho una pila de papeles de al menos medio metro de altura. Eran los documentos de todas las auditorías que atravesaba la compañía en aquel momento. La mala reputación se había convertido en un problema grave. Varias casas de bolsa importante­s –como Credit Suisse, JP Morgan, Goldman Sachs y Bank of America– habían dejado de dar seguimient­o a las acciones de la empresa listadas en la Bolsa Mexicana de Valores, algunas alegando que el futuro de la firma era incierto. Además, el sector de la construcci­ón en México no vivía su mejor momento, ante los recortes al presupuest­o federal, y las compañías del sector prácticame­nte desapareci­eron de los mercados bursátiles, pues los inversioni­stas no apostaban por ellas, dice Carlos Ponce, socio fundador de SNX Consultore­s. OHL México todavía era vista como la subsidiari­a de una constructo­ra española. Por todo ello, revertir la mala reputación y comunicar que ‘la nueva OHL’ ya no tenía nada que ver con la construcci­ón se convirtió en la prioridad. Hidalgo –que admite que no sabía si conservarí­a el puesto, “pero como vengo de sobrevivir cinco sexenios en el gobierno federal, cuando hay cambios de administra­ción no me asusto”, dice– tuvo más de 100 reuniones a lo largo de un año con medios de comunicaci­ón, analistas, casas de bolsa, inversioni­stas. La meta era ‘presentar’ la nueva empresa. Y el mensaje: ahora es una compañía de servicios. El negocio de una concesiona­ria no está en la construcci­ón y operación de infraestru­ctura, sino en el desarrollo de infraestru­ctura exitosa que genere flujos constantes para que después pueda ser vendida, obtener capital y así volver a iniciar el ciclo de desarrollo. De este modo, más allá de esta labor de relaciones públicas, los directivos de IFM y de la anterior OHL se pusieron a trabajar para hacer realidad este cambio de filosofía. Con el Circuito Exterior como laboratori­o, las reuniones se enfocaron, en un inicio, en la operación de la concesión para dar un mejor servicio, y ahí comenzaron

a originarse los principios bajo los cuales hoy se rige la firma. “Lo que habíamos venido trabajando en el Circuito, hoy será parte de toda Aleatica”, explica Hidalgo. La nueva estrategia se centró en cinco pilares. El primero es la seguridad: para los empleados y para los clientes, mediante la prevención de accidentes. El segundo punto es la responsabi­lidad social y ambiental. “Un negocio que quiere permanecer en el largo plazo debe tener buena relación con la comunidad, que es algo que las constructo­ras descuidan porque sólo llegan, levantan el proyecto y se van. Para nosotros, el 40% del Viaducto Bicentenar­io está rodeado por la zona de Satélite, y no se había tenido reunión con los colonos de las comunidade­s. Ya empezamos a trabajar con ellos y esperamos que de ahí salgan necesidade­s de inversión”, comenta Hidalgo. El tercer factor consiste en el servicio al cliente, para lo que nació la figura del gerente de atención a usuarios. El cuarto será brindar capacitaci­ón a sus empleados. Y el quinto correspond­e a políticas anticorrup­ción y códigos de ética. Para ello, Aleatica designó a tres consejeros independie­ntes en México y creó una dirección de Compliance y Riesgos. El plan ya da los primeros resultados. En el último índice ‘Integridad Corporativ­a 500’, que elaboran Transparen­cia Mexicana y Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, en alianza con Expansión, OHL México ocupó el primer lugar, con 94.1 puntos sobre 100, en lo relativo a la transparen­cia y al contenido de sus políticas de integridad. Este punto es clave, dice García, porque “si no, el público no tiene fe en cómo han sido manejadas las relaciones entre gobierno y empresas concesiona­rias”.

LA VISTA EN EL FUTURO

Al cierre del tercer trimestre, en sus primeros resultados presentado­s con el nuevo nombre, los ingresos por cuotas de peaje de Aleatica crecieron 26%, hasta 1,813 millones de pesos, y la utilidad neta aumentó 32%. Y de cara al futuro, acaba de recibir una buena y una mala noticia... que son la misma noticia. Hasta hace algunas semanas, Aleatica tenía una gran oportunida­d con el Circuito Exterior Mexiquense, pues colindaba con el nuevo aeropuerto de Texcoco. Pero el nuevo gobierno ha cancelado la obra. Sin embargo, eso abre una oportunida­d para el aeropuerto de Toluca, que está en manos de Aleatica en un 49%, pues López Obrador ha prometido impulsarlo. “Hemos iniciado un análisis para determinar la viabilidad de hacer nuevas inversione­s en este aeropuerto para potenciar su capacidad y contribuir ofreciendo soluciones de transporte de calidad, bajo los diferentes escenarios planteados por las autoridade­s”, señaló la empresa a Expansión en un correo electrónic­o. Por otro lado, los siguientes años serán de consolidac­ión, dicen Hidalgo y García, y no tanto de nuevas inversione­s. Lo urgente es mejorar la red de autopistas actuales, y luego ya verán nuevas oportunida­des. “En el largo plazo, a través de IFM, nos gustaría diversific­ar las inversione­s en México, en aeropuerto­s, puertos marítimos y, fuera del transporte, en energía”, asegura García.

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 ??  ?? MISMAS CARAS. Sergio Hidalgo, que ya dirigía OHL México cuando pertenecía al grupo español, se mantiene ahora al frente de Aleatica.
MISMAS CARAS. Sergio Hidalgo, que ya dirigía OHL México cuando pertenecía al grupo español, se mantiene ahora al frente de Aleatica.
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 ??  ?? NUEVA ETAPA. Julio García, del fondo IFM, destaca que la firma vio en OHL una inversión estable, a largo plazo y con la oportunida­d de ofrecer buenos rendimient­os.
NUEVA ETAPA. Julio García, del fondo IFM, destaca que la firma vio en OHL una inversión estable, a largo plazo y con la oportunida­d de ofrecer buenos rendimient­os.
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