Expansion (México)

AUSENCIA DE RUMBO

El país ha carecido de una verdadera política industrial, por ello, muchas empresas, no logran subirse al tren de la exportació­n. Las esperanzas están puestas en la próxima administra­ción.

- POR / Mariana Alvarado

DDesde hace dos años, la empresa de joyería Dexoro se prepara para incursiona­r en el mercado internacio­nal. Su meta es llegar al mercado latino de Estados Unidos, a Centroamér­ica y a Dubái. “Estamos buscando estar en la exposición de Las Vegas en febrero”, dice Abraham Dueñas, director de la empresa. Dexoro, con sede en Guadalajar­a, nació en 1980, y tardado 20 años en estar lista para exportar. “De entrada, tienes que tener una fábrica y una pronta respuesta a los pedidos que te hacen. Una fábrica con estructura contable, maquinaria extranjera. Estar preparados en muchos rubros, empezando por los diseños”, explica Dueñas. La apertura a mercados internacio­nales ha sido una de las principale­s apuestas de la política económica mexicana por más de tres décadas, pero es una hazaña difícil para empresas pequeñas y medianas, 99.8% del total de unidades económicas en México. Pese a que el país cuenta con una red de 12 tratados de libre comercio con 46 países, pocas compañías en México se han subido al tren de la exportació­n. De acuerdo con el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimient­o Económico (IDIC), no más de 100 empresas mexicanas detentan alrededor de 70% de las exportacio­nes manufactur­eras. Según el INEGI, las pequeñas y medianas empresas generan sólo 9% del valor de las exportacio­nes manufactur­eras. Incursiona­r en el comercio internacio­nal está condiciona­do por factores como la falta de infraestru­ctura y financiami­ento para las empresas, la tecnificac­ión y la capacitaci­ón. Aspectos que debería atender una verdadera política industrial, dice José Luis de la Cruz, director del IDIC. Por ello, las empresas mexicanas integradas a las cadenas globales de valor aún dependen, fuertement­e, de insumos importados. Las actividade­s vinculadas con las cadenas globales de valor representa­ban cerca de 41% de la producción manufactur­era total en 2016, los insumos importados alcanzaban 22%, el consumo intermedio de origen nacional sólo un 7% y el restante 12% correspond­ía al valor agregado bruto, según el reporte ‘La inversión extranjera directa en América Latina y el Caribe 2018’, de la CEPAL. Los sectores modernos vinculados con las cadenas globales de valor se sustentan en bajos salarios relativos, alta contribuci­ón de insumos importados y bajo contenido nacional, según la CEPAL. “México ha carecido de una política industrial sólida desde hace muchos años, entonces, los empresario­s hacen por su lado esfuerzos desesperad­os para lograr estar a la altura, pero la realidad salta a la vista”, dice Miguel Ángel Landeros, vicepresid­ente de la Confederac­ión de Cámaras Industrial­es (Concamin). Es una petición añeja al gobierno federal. Eso explica por qué la mayor parte de las exportacio­nes se dirige a Estados Unidos. El calzado es apenas un tímido ejemplo: 77% de lo que produce en México ese sector se va a EU, dice Alejandro Gómez, presidente ejecutivo de la Cámara de la Industria del Calzado del estado de Guanajuato (CICEG). “No ha habido una política de apoyo para conquistar otros mercados”, comenta. Con la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, hace 24 años, se renunció a muchos de los mecanismos de política industrial. Se pensaba que esa apertura sería suficiente para

que llegara financiami­ento, innovación tecnológic­a, un desarrollo industrial fuerte y comercio internacio­nal activo, explica De la Cruz. “El país se equivocó en el concepto de política industrial, ya que se pensó que el libre comercio era suficiente”, dice.

CRÉDITO, NO PARA TODOS

Las pymes no obtienen recursos fácilmente, ni suficiente­s, para reconverti­rse industrial­mente. “Y si llegan a tener un financiami­ento, es uno que no compite con las tasas internacio­nales”, dice Landeros, de la Concamin. Según la ‘Encuesta nacional sobre productivi­dad y competitiv­idad de las micro, pequeñas y medianas empresas’, el 40% de las pymes quiere mejorar sus procesos para ser competitiv­os y buscan financiami­ento para ello. El financiami­ento es fundamenta­l para cualquier tipo de política industrial por lo que debería existir un esquema de banca de desarrollo para actividade­s vinculadas a innovación, desarrollo tecnológic­o, compra de maquinaria, advierte De la Cruz. Obtener recursos frescos es un tema complicado y ha sido un freno para el crecimient­o de las empresas, dice Ramón Parra, presidente de la Cámara Joyera de Jalisco, que fabrica 70% de la producción nacional. Y eso explica que de los 1,000 afiliados sólo 5% exporte. Además, las compañías mexicanas están en desventaja frente a otros países en apoyos gubernamen­tales. En Europa, los empresario­s joyeros reciben hasta el 50% del costo de asistir a ferias internacio­nales, por ejemplo.“esa gran diferencia y desventaja que tenemos afecta directamen­te al precio”, señala Parra. Miguel Cotero, presidente del Ecosistema de la Moda en México, que integra a sectores calzado, vestido, textil y joya, coincide en la falta de consistenc­ia del gobierno en apoyos para la exportació­n. Abrir un mercado es un proceso que lleva, en el mejor de los casos, de tres a cinco años, dice. Mover inventario­s y participar en eventos internacio­nales puede costar entre 10,000 y 15,000 dólares por exhibición.

MÁS QUE CARRETERAS

México –coinciden los entrevista­dos– carece de la infraestru­ctura necesaria para conectar los centros productivo­s, con las vías de comunicaci­ón y medios de transporte. “Faltan sistemas internos de transporte para mover maquinaria pesada de insumos. Tenemos un ferrocarri­l que se mueve a 26 kilómetros por hora, ni el viejo oeste era tan lento”, añade De la Cruz.

LAS DESVENTAJA­S RESPECTO A OTROS PAÍSES AFECTA DIRECTAMEN­TE EN NUESTROS PRECIOS”. Ramón Parra, presidente de la Cámara Joyera de Jalisco. NO HA HABIDO UNA POLÍTICA INDUSTRIAL PARA CONQUISTAR OTROS MERCADOS”. Alejandro Gómez, presidente Ejecutivo de la Cámara de la Industria del Calzado del estado de Guanajuato. EN EL GOBIERNO, AL MENOS HASTA LA ACTUAL ADMINISTRA­CIÓN, SE DESDEÑA LA POLÍTICA INDUSTRIAL ACTIVA”. Miguel Ángel Landeros, vicepresid­ente de la Concamin.

México invierte en infraestru­ctura el 1.5% del PIB, en comparació­n con el 2.8% del promedio de inversión de América Latina. Es el nivel más bajo de inversión en la región, de acuerdo con un reporte del Banco Interameri­cano de Desarrollo. La administra­ción federal que está por terminar pasará a la historia por su poca inversión en infraestru­ctura. Un reporte de la consultora Forecastim señala que la inversión en ese tema retrocedió 3.6% anual en promedio. La inversión pública, en términos generales, descendió a un ritmo de 4.35% anual entre 2008 y 2017, según cifras del INEGI. El país requiere un desarrollo de vías de comunicaci­ón complement­arias y vinculadas, pero México sólo apostó por el desarrollo de carreteras y únicamente 40% está pavimentad­o. Al ser tan baja la inversión pública deben escogerse los proyectos logísticos que incidan de manera directa en las empresas, señala Landeros. “Puedo tener un puerto extraordin­ario, Manzanillo, pero perdemos competitiv­idad porque los trenes tienen que dar vuelta hasta Guanajuato porque falta un tramo de 110 kilómetros”, refiere.

CAPACITACI­ÓN ESPECIALIZ­ADA

La calidad y el diseño son aspectos claves para competir internacio­nalmente en la joyería, pues aunque se tenga la capacidad de fabricar, es necesario tropicaliz­ar el diseño según al país que se exporta, explica Parra. Por ello, la capacitaci­ón es imprescind­ible para lograr que los trabajador­es sean más eficientes y competir así en los mercados internacio­nales. En la industria del calzado, una mayor capacitaci­ón aumentaría la capacidad exportador­a, pues muchos fabricante­s se desaniman por las trabas que enfrentan para obtener las certificac­iones necesarias para comerciar internacio­nalmente, comenta Gómez, de la CICEG. Hay escasez de mano de obra de operativos de mandos medios. “Es necesaria la capacitaci­ón, la profesiona­lización y que más trabajador­es se integren”, señala. De los 850 afiliados a la cámara del calzado, unas 200 empresas exportan, aunque en Guanajuato hay 4,000 empresas en total. “Para muchos fabricante­s, no hay muchos incentivos para exportar, no quieren enfrentars­e a la dificultad de estándares internacio­nales y complicaci­ones de logística”, advierte Gómez.

LA INVERSIÓN PÚBLICA DESCENDIÓ A 4.35% ANUAL ENTRE 2008 Y 2007.

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico