Criptomonedas respaldadas por inmuebles, ¿cómo participar?
El blockchain ofrece nuevas posibilidades para colocar tu dinero, como la inversión en bienes raíces a través de monedas digitales.
La innovación tecnológica abre las puertas a nuevas formas de inversión. El blockchain ha permitido la proliferación de criptomonedas, como el bitcoin; pero, para entrar en este mundo, es necesario conocer el funcionamiento y los riesgos que implican. En el mercado existen más de 1,500 monedas digitales, cada una con su cotización, que depende, básicamente, de la oferta, la demanda y la especulación. Aunque nacieron como una forma de pago, se han convertido también en una manera de invertir. Y una de estas nuevas opciones es hacerlo en bienes raíces a través de los tokens o certificados respaldados por activos inmobiliarios. Las plataformas en las que el usuario puede adquirir criptomonedas con fracciones de propiedades, locales comerciales u oficinas es una opción incipiente en el país, explica Tomás Álvarez Melis, director de Volabit, plataforma de intercambio de criptodivisas. Por ello, antes de lanzarse a esta opción hay que analizar bien dónde pondremos nuestro dinero. El modelo es similar al de los Fideicomisos de Infraestructura y Bienes Raíces (Fibras): los activos adquiridos tendrán como destino un fideicomiso, que servirá para comprar inmuebles que generarán rendimientos a través de rentas. Cuando el usuario lo desee, puede vender sus criptodivisas. Eso sí, siempre debe cerciorarse de que la plataforma emita Certificados de Participación Inmobiliarios (CPI), que garantice la tenencia de la tierra. “La clave está en cómo las plataformas amarren legalmente las propiedades a las cripto. Si no está bien estipulado, la propiedad no es tuya”, aclara Álvarez Melis. Guillermo Flores, director regional de Promoción de Finamex Casa de Bolsa, recomienda analizar el verdadero beneficio de adquirir estas divisas. “Cuando mezclas los bienes raíces con una criptomoneda tendrías, como inversionista, que asegurar que el valor de esta divisa no se vea afectado por una cosa distinta al mismo proyecto de inversión –especulación, oferta o demanda–. (…) Si es así, puede ser un buen vehículo”, acota Flores.