EL RETO DE EXXON
Aunque, en el papel, la reforma energética cumple cinco años, la iniciativa privada no lleva ni tres trabajando con las nuevas reglas, matiza Enrique Hidalgo, presidente de Exxonmobil Ventures México. Los contratos de las primeras licitaciones se firmaron en 2016, y los trabajos sobre el terreno no comenzaron hasta mediados de ese año. Y para Exxonmobil, su verdadera entrada al mercado empezó con la adjudicación de un bloque de aguas profundas en el golfo de México, en asociación con Total, en la Ronda 1.4 de finales de ese año. “No han pasado dos años de la firma del contrato, se cumple en marzo. Para entonces, lo más seguro es que ya estemos terminando de perforar nuestro primero pozo”, dice Hidalgo. La empresa estadounidense, la mayor petrolera privada del mundo, lleva cerca de 130 años en México, en los que ha apro- vechado este espacio para incrustarse en otras áreas del sector energético, como el almacenamiento, el transporte y la comercialización de combustibles. Ahora, mudará sus oficinas a un centro de operaciones más grande, en Torre Reforma, y promete que instalará equipo de tecnología avanzada para sus operaciones. “Nosotros generamos más valor en los proyectos de mayor complejidad, que requieren mayor disciplina financiera y tecnología. El bloque 2 (el que se adjudicó) es todo esto”, dice el ejecutivo. Exxonmobil y Total tienen el récord de profundidad de perforación de pozos en el mar en Uruguay, con un tirante de 3,600 metros desde el lecho marino hasta la superficie. Hidalgo espera que los trabajos en su bloque del golfo de México ronden los 3,000 metros, y que se convierta, a su vez, en el más profundo perforado a lo largo de Norteamérica. Es una distancia a la que Pemex no tiene la capacidad de operar. El directivo también destaca la tecnología de Exxonmobil para analizar información: ostenta otro récord mundial de la industria, con 716,800 procesadores que permiten hacer simulaciones de perforación de pozos, con el fin de tener más certeza al momento de cavar. “Pero la única manera de confirmar las hipótesis es perforar, y es lo que haremos”, asegura. Hasta ahora, la apuesta de Exxonmobil en las rondas se ha limitado a este bloque. Hidalgo reconoce que se ha generado un discurso contrario a la reforma energética por sus escasos resultados hasta la fecha, pero defiende que, además del corto periodo que lleva en marcha, los problemas del sector energético mexicano se remontan a más atrás. “Estamos hoy en esta situación porque, en los últimos 20 o 30 años, el sector energético mexicano no le ha mantenido el ritmo al resto de la economía”, dice. El directivo espera que el nuevo gobierno haga el diagnóstico correcto de lo que se necesita para avanzar en esta industria, y vea en el sector petrolero a un aliado, y no a un enemigo.