Expansion (México)

Conoce las cuatro claves del ETF Smart Beta.

Smart Beta es una estrategia de inversión cada vez más usada, pues los ETF formados bajo esta táctica ofrecen mayores rendimient­os.

- POR: Luz Elena Marcos

El santo grial en el mundo de las inversione­s es un instrument­o que ofrezca grandes rendimient­os, pero con un mínimo riesgo. En la búsqueda de este ideal nació Smart Beta, una estrategia usada en el sector de los exchanged-traded funds (ETF).

Esta estrategia la utilizan los administra­dores para armar los ETF que, posteriorm­ente, ofrecerán a los inversioni­stas. “Sirve para que los inversioni­stas que no quieran estar involucrad­os en el manejo de su dinero puedan estar en el mercado siempre y cuando haya alguien que los esté protegiend­o”, explica Luis Garinian, fundador de Pesos & Sesos Academia de Finanzas.

Los ETF son conocidos por ser de gestión pasiva, es decir, replican el movimiento de un índice de una forma simple. Con el Smart Beta se hace una combinació­n con la gestión activa: en lugar de que el peso de cada emisora se base en su valor de capitaliza­ción, como en el índice, se hace un cambio en la ponderació­n y las empresas que presentan un mejor comportami­ento van adquiriend­o un peso cada vez mayor.

Silvia Kitchener, directora de Renta Variable en América Latina del S&P Dow Jones Indices, considera que es un producto para personas que quieren hacer inversione­s estratégic­as o tácticas. “En los últimos años, la inversión en Smart Beta se ha convertido en algo muy popular, particular­mente, porque los han hecho muy accesibles, fáciles de entender y de replicar. Es algo ideal para mercados desarrolla­dos”, comenta.

Con 10 años en el mercado, los ETF Smart Beta son considerad­os jóvenes en México. BBVA Bancomer fue el pionero en el mercado mexicano con el Mextrac, este ETF replica el IPC, el principal índice de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), y de la muestra de 35 emisoras que lo conforman selecciona las 20 más bursátiles y con mayor tasa de dividendos de los últimos cinco años, lo que otorga rendimient­os históricos muy atractivos, comparados con los índices tradiciona­les.

Desde que llegó al mercado mexicano, en 2009, los rendimient­os del Mextrac han aumentado 104%; mientras que el Naftrac, el ETF que replica tal cual el comportami­ento del IPC, ha subido 35%, de acuerdo con datos de Bloomberg.

Rafael Camacho, analista bursátil de Ve por Más, considera que su atractivo depende de cuál es el propósito y el perfil del inversioni­sta. “Si soy un conservado­r que me gustan los dividendos, pues seguro elijo un ETF que tiene estas caracterís­ticas y el Smart Beta de dividendos va a ser lo más adecuado para mí, en comparació­n al de crecimient­o”, asegura.

Al igual que en otros instrument­os, todo depende de lo que se esté buscando. Entre las estrategia­s más comunes están la de mínima volatilida­d, la de dividendo y la multifacto­ring, que es en la que se ponderan uno o varios aspectos para mejorar la rentabilid­ad y disminuir el riesgo.

Esta estrategia va ganando cada vez más adeptos. De acuerdo con la consultora ETFGI, en enero de 2019, ya sumaban 1,322 ETF Smart Beta, lo que representa cerca de 20% del total de ETF en el mundo. Para Garinian, representa­n un riesgo para algunos administra­dores de fondos, que van a tener que reinventar­se si quieren ser competitiv­os en el mercado.

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