¿Inteligencia heredada?
Es quizá lo que más nos identifica como humanos, pero aún nos hace falta mucho por conocer.
“La vida es una prueba de inteligencia”, señalan Sophie von Stumm, experta en estudios de inteligencia de la London School of Economics and Political Science, y Robert Plomin, pionero de la neurogenómica del King’s College London. Al parecer, la inteligencia se hereda de padres a hijos y está relacionada con el desempeño educativo y profesional. En términos simples, la inteligencia es la habilidad de aprender, razonar y solucionar problemas. Es el rasgo psicológico más estable a lo largo de la vida y la razón por la cual algunos alumnos destacan más que otros. Sin embargo, hasta hace unos años se sabía muy poco acerca de qué tanto está influenciada por los genes. Se ha propuesto que se deriva de la interconexión de áreas cerebrales, así como de su plasticidad. Hoy, gracias a estudios genéticos con gemelos, sabemos que tiene 50% de heredabilidad. Recientes estudios de asociación del genoma completo –técnica revolucionaria en la que se analiza la variación genética del genoma humano completo con respecto a algún rasgo específico– han identificado secuencias genéticas que son responsables de hasta 20% de la heredabilidad de la inteligencia.
En un estudio de 2018 se analizó el genoma de 270,000 personas e identificó 1,016 genes relacionados con la inteligencia. La mayoría de los genes identificados se expresan altamente en el cerebro –sobre todo, en neuronas del estriado y del hipocampo–, pero la función de algunos de éstos aún no se sabe bien. En conjunto, los genes que se identificaron están implicados en el desarrollo del sistema nervioso y la estructura sináptica, y parece ser que tienen efectos protectores contra el Alzheimer y el trastorno por déficit de atención e hiperactividad. Otro estudio europeo del mismo año, realizado en 1,475 adolescentes, identificó que la inteligencia está asociada con la activación y la densidad de la materia gris del estriado, implicado en el circuito de recompensa. También, a factores genéticos y variantes epigenéticas del gen del receptor de dopamina D2, implicado en procesos de memoria y recompensas. Queda mucho por explorar para saber qué genes están implicados en la inteligencia, pero las nuevas tecnologías nos ayudan a entender este fenómeno tan humano que hasta hace poco parecía abstracto y subjetivo. “Con estos avances, la inteligencia sale de las sombras y toma la delantera en la investigación genómica”, dice Von Stumm.