El brasileño Stefan Lepecki
lleva más de 30 años en la industria petroquímica –ha trabajado en las áreas de ingeniería, planeación, finanzas y tecnologías de la información–, pero esta experiencia no le ha hecho perder la capacidad para sorprenderse. Según afirma, todavía se asombra ante la magnitud del proyecto que hoy dirige en México: el complejo petroquímico de Braskem Idesa en Nanchital de Lázaro Cárdenas, Veracruz, que inició operaciones en 2016, tras una inversión de 5,200 millones de dólares.
“Es la inversión industrial privada más grande en México de los últimos 20 años, al menos. Y fue el mayor proyecto petroquímico hecho de una sola vez en América Latina”, destaca el directivo.
La planta es el resultado de una asociación entre la brasileña Braskem (con el 75% de la participación) y la mexicana Idesa (25%) y un contrato con Pemex por 20 años para recibir el gas etano de la petrolera, que esta compañía transforma en polietileno, una materia prima empleada por múltiples industrias, de donde salen productos tan variados como bolsas de supermercado, cables, tuberías, juguetes, botellas y un largo etcétera.
EXPANSIÓN: ¿Cuál es la situación actual del proyecto?
STEFAN LEPECKI: Estamos celebrando tres años de operación y a punto de alcanzar tres millones de toneladas producidas de polietileno. Yo diría que ha sido una historia de éxito, no sólo de Braskem y de Idesa, sino de México, porque muchos dudaron de que un país en Latinoamérica tuviera las condiciones de soportar un proyecto y una inversión de esta magnitud. En el pico de la construcción, tuvimos cerca de 7,000 personas trabajando, era como una ciudad, con una logística enorme, y ha sido una demostración para la comunidad internacional de que sí se puede hacer una implementación de esta naturaleza en Veracruz.
E: El joint venture entre Braskem e Idesa nació para este proyecto. ¿Se plantean desarrollar otros negocios?
SL: Nuestra inversión es muy reciente y ahora necesitamos regresarla a los accionistas y pagar una deuda enorme, que ya estamos pagando de manera muy disciplinada. El project finance, que fue el esquema financiero para
de la capacidad instalada de la fábrica se utiliza actualmente, por la falta de materia prima.
sustentar el proyecto, fue muy complejo, pero logramos apoyo de un conjunto de seis bancos de desarrollo o agencias multilaterales, más otros 10 bancos comerciales. El objetivo ahora es operar bien, tener resuelta nuestra situación de abasto de materia prima y, sin duda, a partir de esto, nuestra visión es crecer.
E: ¿Cuál es la situación con Pemex? La petrolera es su proveedor de etano, pero parece que tiene problemas para cumplir al máximo con el suministro.
SL: Hoy tenemos una limitación, que es que no recibimos el 100% del etano por parte de Pemex. El promedio de producción el año pasado se quedó alrededor del 78% de nuestra capacidad y en 2017 estuvo un poco por arriba. Nuestras plantas están listas para trabajar al 100% y por varios momentos hemos trabajado al 100%, pero tenemos este tema por resolver. Tenemos mucha confianza en que vamos, junto con Pemex, a subsanarlo.
E: ¿Cuáles son las posibles soluciones? ¿El apoyo a Pemex del gobierno de AMLO les ayudará?
SL: Hay puntos muy importantes y positivos (en el plan del gobierno). Hay una voluntad, una acción clara de recuperar Pemex. Tener un Pemex fuerte es fundamental para el país, para la iniciativa privada y para nosotros, porque es nuestro gran proveedor. Yo me enfocaría en qué podemos hacer para contribuir, con diálogo y con algún tipo de trabajo coordinado entre Pemex y la iniciativa privada, para recuperar la producción. Sabemos que no es una tarea sencilla y está claro que, con algunas de estas materias primas, la solución a corto plazo pasa por la importación, como ocurre con el gas natural. En el caso del etano, yo creo que la solución pasa por importarlo, en cuanto no logremos, como industria y como país, recuperar su producción local. Pero la importación depende de la infraestructura, el transporte es muy complejo. Pese a ello, hubo una evolución en los últimos años, Brasil e India ya importan etano, y hay un exceso enorme en Estados Unidos. Es cuestión de implementar la infraestructura. Estamos abiertos a desarrollarla y trabajar con Pemex.
E: Algunos expertos dicen que Pemex debería abandonar la petroquímica para enfocarse en la exploración y producción de petróleo. ¿Qué opina? ¿Es posible tener una petroquímica mexicana competitiva?
SL: Vamos a hablar independientemente de si es privado o público. El potencial, y la realidad, del mercado petroquímico en México es enorme. Primero, es una industria de capital intensivo, son inversiones muy altas y con nuestro proyecto demostramos que es posible lograrlo a cifras muy competitivas, en comparación con complejos similares en Estados Unidos. La segunda ventaja es el acceso a la materia prima: aunque sabemos que Pemex pasa por algunas dificultades en su producción de crudo y gas natural, y como consecuencia, de etano, el potencial energético de México es todavía muy grande. Y en tercer lugar, el mercado. México tiene una gran oportunidad de crecimiento en el consumo de polietileno. Nuestro producto ha tenido una penetración muy rápida en el país, y el 65% de lo que producimos ya está destinado al mercado doméstico, donde tenemos más de 250 clientes.
E: Braskem es filial de la polémica Odebrecht (aunque el consorcio brasileño busca su venta). ¿Esta relación ha afectado su reputación?
SL: El tema de imagen es muy importante, no sólo en los medios, sino con la sociedad, con los proveedores, incluso con nuestras familias y colaboradores, y hemos tenido diálogos con todos ellos para aclarar sus dudas. Hemos tomado las acciones necesarias, incluyendo investigaciones independientes, para garantizar que no tenemos ninguna relación con los hechos confesos de Odebrecht. Tenemos la seguridad de que hemos logrado un trabajo muy bien hecho.