“¿Y TU NOVIA?”
El jefe de Jorge de Lara siempre le hacía la misma pregunta. Sin importarle dónde o con quién estuvieran, el director general de la aerolínea donde trabajaba a inicios de los 90 lo cuestionaba respecto de su pareja. “Era un trabajo que me gustaba mucho, pero sentía que tenía que esconder mi orientación sexual para poder seguir creciendo en la empresa”, recuerda. La presión lo orilló a inventar una doble vida: a la boda de la hija de su jefe llevó a una mujer a la que hizo pasar por su novia. No fue suficiente. Después de eso, la pregunta era “¿cuándo te casas?”. “Hasta que un buen día hice dos cosas, primero, dije que ya había tronado con mi novia, entonces maté a ese personaje ficticio. Después, poco a poco, empecé a presentarle a mi pareja a todos mis colegas”, cuenta De Lara, actual general manager y vicepresidente de Servicios Comerciales Globales de American Express para Latinoamérica. En México, cinco de cada 10 personas lesbianas, gays, bisexuales y trans (LGBT) no hablan abiertamente de su identidad de género u orientación sexual en su lugar de trabajo, según la Encuesta sobre Diversidad y Talento LGBT en México, realizada por la Alianza por la Diversidad e Inclusión Laboral (ADIL) en 2018. La mayoría lo hace como un escudo contra la no contratación, los despidos injustificados o el acoso laboral que se puede desatar tras informar sobre su orientación sexual. El Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (Copred) ha iniciado 112 investigaciones por presuntos actos de discriminación en contra de miembros de la comunidad LGBT desde 2013. Del total, 52% han sido ejercidos en el ámbito empresarial. La situación es más complicada para las personas trans. “Una persona gay podría decir o no su orientación sexual, es su decisión. Pero cuando hablamos de una persona transgénero es diferente, porque no se trata de que diga hacia quién se siente atraído, sino de la expresión de género. Las empresas deben tener prácticas inclusivas”, dice César Casas Ferrer, cofundador y presidente de la Federación Mexicana de Empresarios LGBT. Las compañías están evolucionando. Francisco Robledo, socio fundador de ADIL, afirma que cada vez son más las compañías que implementan prácticas a favor de esta comunidad, como políticas y procedimientos, programas de capacitación, redes de empleados y consejos que fomentan la inclusión y no