Tiempos de cambio en Baselworld
Este año, la feria más importante de relojería sufrió modificaciones importantes. Sin embargo, no dejó de presentar novedades increíbles.
atmósfera que se vivió en los seis días de duración de Baselworld fue muy distinta en relación con años anteriores. La razón principal fue la ausencia del –hasta ahora– cliente más grande de la feria, Swatch Group, dueño de importantes firmas, como Omega, Breguet, Blancpain, Harry Winston, Longines, Mido, Tissot, Rado y, desde luego, Swatch. Anualmente, el grupo gastaba más de 50 millones de euros en este evento, por lo que su CEO, Nick Hayek, decidió dar un paso atrás en la edición 2019, como parte de su programa de recorte de gastos. El anuncio, lanzado a mediados del año pasado, causó conmoción en la industria, pero, sobre todo, disparó la curiosidad entre aquellos que viajaríamos a Basilea en marzo para la reunión anual del sector. Llegó el día de la cita. En términos prácticos, el primer gran cambio fue, obviamente, en la distribución de las áreas. En el edificio principal, ante la ausencia de las marcas arriba mencionadas, los pasillos resultaron más amplios y cómodos. Se abrieron, además, espacios interesantes para completar la experiencia, como una muestra fotográfica que quedó a deber, o la posibilidad para ciertas marcas de extender sus áreas, como Porsche Design, que aprovechó para mostrar tres autos impecables de la firma alemana. El área de prensa, insuficiente en años anteriores, resultó más cómoda y con mejor ubicación. También se eliminó uno de los tres pisos que, en años recientes, era tema de conversación por la escasa circulación que tenía en sus corredores. Con todo y que –además de Swatch– en los últimos años han abandonado la feria más de 850 firmas –la mayoría pequeñas casas que no afectan su funcionamiento–, el roster de Baselworld sigue siendo impresionante. Siempre es un deleite ver bajo un mismo techo a grandes nombres, como Rolex, Patek Philippe, TAG Heuer, Hublot, Zenith, Bvlgari, Chopard, Breitling, Tudor y Chanel, entre otros. Es evidente que Baselworld se está transformando. A tal grado de que su feria rival, el Salon International de la Haute Horlogerie (SIHH), ha dejado de ser enemigo para convertirse en aliado: a partir del próximo año, de común acuerdo, ambas ferias se celebrarán en semanas consecutivas. Primero será el turno del SIHH, en Ginebra, encabezado por las marcas de Grupo Richemont –Cartier, IWC, Jaeger-lecoultre, Vacheron Constantin, Piaget, Panerai, etc.–, del 26 al 29 de abril, seguido por Baselworld, en Basilea, del 30 de abril al 5 de mayo de 2020. Será importante que los organizadores revisen la dinámica de cada evento para que el objetivo se cumpla: revelar novedades, descubrir tendencias, cerrar negocios y, por supuesto, fortalecer el sector. Pero una cosa son todos estos cambios y otra, los relojes que se presentaron. En ese sentido, quedamos satisfechos con los esfuerzos de cada marca por sorprendernos. Elegimos así nuestros 42 modelos favoritos, expuestos en orden alfabético.
EL RITMO DE LAS NOVEDADES
Una de las marcas que ganaron mayor visibilidad en la feria con la nueva distribución fue Bell & Ross. Este año, nos cautivó el BR 03-92 por su irresistible combinación de la caja de bronce con el bisel color verde militar. También realizó un homenaje a la clásica chamarra M-1A para pilotos de guerra con la pieza BR03-92 MA-1 e introdujo la cerámica negra en su colección Diver. Bomberg, favorita de varios por su relación calidadprecio, presentó el BB-01 Automatic, un reloj mecánico de diseño provocador –basta ver la posición de su corona–, que también integra a las mujeres, con el nuevo BB-01 Lady Skylighter.
Otro pabellón que se benefició con la ausencia de Swatch fue el de Breitling, que decidió renovar colecciones clásicas, como Navitimer, con piezas que hacen homenaje a líneas aéreas de antaño, como Swiss Air, Pan Am y TWA. También rejuveneció los Superocean –¡incluido uno en titanio!–, ideales para deportes acuáticos, y presentó un ejemplar en alianza con Bentley, la armadora de lujo. Las sonrisas fueron una constante en Bvlgari, gracias al nuevo récord mundial que lograron con el Octo Finissimo Chronograph GMT, el cronógrafo GMT automático más delgado del mundo, con apenas 6.9 mm de grosor. También introdujeron innovaciones en materiales, como el Octo Finissimo Skeleton Ceramic, un reloj esqueletado en cerámica negra mate. Para las mujeres, el Serpenti Spiga robó miradas por su combinación de cerámica marrón y oro rosa con acabado metálico que se acompaña con diamantes.
En el tema de innovación, los japoneses de Casio no se quedaron atrás. El nuevo Gravitymaster tiene una combinación de carbono que lo vuelve prácticamente resistente a lo que sea y le aumentaron decenas de funciones que se registran a través de una moderna aplicación. De regreso a las marcas de abolengo, Chanel aprovechó el 20 aniversario del modelo J12 para presentar la nueva versión con varios detalles que confirman su estatus de ícono, como las menciones “Automatic” y “Swiss Made” ahora en la tipografía de la maison. Chopard, otra autoridad en el universo relojero, recibió ovaciones con el L.U.C Quattro y su elegante esfera satinada, así como con el L.U.C Chrono One Flyback, una obra de arte concebida, fabricada y ensamblada en la manufactura de Fleurier. No podían faltar las piezas-homenaje a la Mille Miglia con su toque vintage –obvio– en versiones limitadas.
Otra marca con clientes cautivos es Chronoswiss, que dio a conocer otra edición limitada del Flying Regulator Night and Day, así como nuevos colores para el ya legendario Flying Grand Regulator. Por su parte, Ferdinand Berthoud continúa ganado terreno entre la élite relojera. Este año, presentó el impresionante modelo Chronomètre FB 1L, que muestra una visualización inédita –y muy original– de la edad y de las fases de la luna. Llega en dos versiones de 10 ejemplares cada una, en oro gris y en titanio cerámico. Gracias a la calidad de sus relojes mecánicos y a sus precios competitivos, Frédérique Constant sigue destacando con sus colecciones, como la nueva gama Manufacture Slimline, que ofrece 50 horas de reserva de marcha. Uno de los sitios más concurridos siempre es el de Hublot, gracias a piezas como el nuevo Big Bang que celebra
90 años de Scuderia Ferrari, así como el Big Bang Sang Bleu II, una obra maestra de la relojería arquitectónica creada con el artista del tatuaje Maxime Plescia-buchi. Otro que acaparó miradas fue el Spirit of Big Bang Tourbillon, en caja tipo tonneau –no tan común en Hublot– de fibra de carbono con incrustaciones azules y correas intercambiables. En cuanto a creaciones singulares, dos casas se llevaron las palmas: Jacob & Co. y MB&F. El primero, con el Astronomia Casino Double Axis Tourbillon, que integra una ruleta en miniatura para los fans de los casinos y el juego, mientras que Maximilian Büsser y sus amigos lanzaron el Legacy Machine Flyingt, su primera pieza tridimensional dedicada a las mujeres, disponible en tres versiones. Otra que no quedó a deber es Oris, que siempre presenta un sinfín de novedades. Este año, nos quedamos con el Great Barrier Reef Limited Edition III, la nueva joya de bu
ceo, y el Divers Sixty-five con su insuperable caja verde y bisel negro. El Big Crown Pointer Date, con aires vintage y correa de piel desgastada, es otro ejemplar ganador. Los maestros de Patek Philippe anunciaron con la referencia 5520P un nuevo movimiento de cuerda automática que combina las funciones de alarma y Travel Time. También destacaron con la ref. 5235/50R, un calendario anual con indicación de tipo regulador. Y se lucieron con la ref. 5168G, que, en idioma mortal, es nada menos que un Aquanaut en versión “jumbo” con esfera verde caqui. Para los amantes del deporte motor, Porsche Design llegó con buenas noticias. El modelo 1919 Globetimer UTC se convierte en una de las mejores piezas del año, gracias a que con sólo pulsar un botón permite sincronizar la manecilla con la hora local. También destacó gracias a la renovación del clásico 1919 Chronotimer Flyback.
Entre los nombres que buscan abrirse espacio, pocos tan originales como Reservoir que, además de sus propuestas que parecen parte del tablero de instrumentos de un auto clásico, presentó Hydrosphere, su primer reloj de buceo. El gigante Rolex sabe cómo sorprender con piezas como el Oyster Perpetual Sea-dweller en versión Rolesor amarillo –combinación de acero Oystersteel y oro amarillo de 18 quilates–, que supone la llegada de un nuevo metal precioso a esta gama. O bien, el Oyster Perpetual Gmt-master II con bisel en cerámica azul y negra, llamado “Batman”. Y para las mujeres, el Oyster Perpetual Day-date 36 con esferas inéditas y, en algunas casos, biseles engastados. Otro protagonista de la feria fue TAG Heuer gracias a la nueva colección Autavia, así como al nuevo Carrera Calibre Heuer 02T Tourbillon Nanograph, que integra la vanguardista espiral de carbono que regula el movimiento y que re
presenta uno de los mayores avances tecnológicos recientes. Pero también consintió a los amantes del golf con una versión del Connected para registrar, paso a paso, todos los movimientos dentro del campo de juego. Tudor fue una de las firmas más arriesgadas con el Black Bay P01 que dividió opiniones. Es claro que está enfocado en los fans de la marca que dominan su historia y aprecian el homenaje al prototipo P01 desarrollado en los 60. También causó emoción el Black Bay Bronze, símbolo de la tradición naval de Tudor, ahora, en color gris, así como el Black Bay Chrono S&G, esta vez, disponible en acero y oro. Terminamos con Zenith y tres modelos alucinantes: el Defy Inventor, un rockstar de la relojería mecánica; el Inventor Pilot Type 20 Adventure, muy versátil con sus correas intercambiables, y el Pilot Type 20 Extra Special Silver, el primer reloj de la firma en plata.