Expansion (México)

Dile adiós al empleado tóxico.

Despedir a un empleado no es fácil. Lo mejor suele ser dejar de lado los sentimient­os y tomar una decisión objetiva.

- POR: Iván Salomón Rodríguez

Lessly Dianna García Mucharraz tuvo que realizar su primer despido hace dos años. No fue fácil. La ahora coordinado­ra de atracción de talento de Alsea tenía una relación cercana con el colaborado­r e, incluso, iban a comer juntos ese día. “No dejas de ser humano y empático con la persona. Solemos ponernos en su lugar y pensar en cómo le va a hacer con sus gastos, la hipoteca. Creo que todas las personas que despedimos a alguien siempre vamos a tener miedo por su reacción”, reconoce. Pero no tomar la decisión a tiempo puede derivar en que la empresa no cumpla sus objetivos: el perfil equivocado en un puesto clave provoca desde problemas de productivi­dad hasta malas relaciones con los colaborado­res, proveedore­s o clientes. Decidir el despido de alguien es difícil. Pero hacerlo con un

proceso objetivo puede allanar el camino. El primer paso es, justamente, dejar de pensar con el corazón y tomar una decisión libre de prejuicios, positivos o negativos, hacia el colaborado­r. Para ello, lo mejor es analizar los reportes e indicadore­s clave de desempeño (en inglés, KPI), que permitirán valorar si, por ejemplo, hubo retrasos en entregas o quejas de clientes y de otros colaborado­res. La decisión será más meditada y sentirás que es más fácil de tomar. Una vez que se cuenta con los documentos necesarios para respaldar la decisión y explicarla al colaborado­r, es hora de la planeación, dice Alejandra Vera, gerente senior de Relaciones Públicas de Occmundial. Es importante que la persona que dejará la empresa comprenda bien el proceso y aclare cada una de sus dudas. Vera recomienda que una tercera persona asista a la conversaci­ón, por si hubiera algún incidente. García Mucharraz agrega que la reunión no debe tomar más de cinco minutos. Y aunque el desempeño del empleado haya sido malo, la especialis­ta recomienda reconocer sus fortalezas. Javier Vargas, vicepresid­ente regional para América Latina de Right Management, división de la consultora Manpowergr­oup, advierte que no es bueno que un excolabora­dor salga molesto por un mal trato en su despido, ya que ésa será la imagen de la marca que proyecte al exterior. Sin embargo, el principal consejo para evitar despedir a alguien es sencillo: no contratar. Un buen proceso de selección evita reclutar a elementos que no cumplirán las metas. “Muchas veces queremos contratar muy rápido y demoramos bastante en despedir a la gente. Debemos tener claro qué perfil y qué competenci­as se necesitan para el puesto”, apunta Vargas.

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