Pese a las condiciones, los capitales extranjeros llegaron a México.
El 2019 se estrenó con una entrada de capitales extranjeros a la bolsa mexicana, pese a las débiles expectativas de los analistas.
El cambio de gobierno y la renegociación del Tratado de Libre Comercio era el caldo de cultivo perfecto para la salida de capitales, pero en un giro inesperado, los inversionistas extranjeros comenzaron a voltear a ver a México y a apostar por el país. En abril, los inversionistas extranjeros trajeron flujos de capitales a la bolsa mexicana por 300 millones de dólares, se trata del cuarto mes consecutivo con entradas al mercado, en el que se acumulan 2,463.4 MDD, 23% por arriba del mismo periodo de 2018, de acuerdo con datos de Banxico. “Los flujos de entrada obedecen a que, en este periodo, los grandes temas que generan volatilidad en los mercados internacionales parecieron estar en camino a una solución. En este sentido, el rezago que presentaba nuestro índice accionario comparado con los de otras regiones, así como a que el nivel de las valorizaciones de las empresas hacían atractivo a nuestro país”, explican analistas de SURA Asset Management México.
Con esta entrada, el valor de la posición de los extranjeros en la bolsa ascendía a 151,600 MDD, que representa 35% del valor de mercado total de la bolsa en México, un máximo histórico, según Citibanamex. “Los datos nos sorprendieron. Se esperaba que con la entrada de esta administración (la de Andrés Manuel López Obrador) los flujos iban a salir, sobre todo, por la polémica que hay en torno a cómo se maneja López Obrador, pero no, los inversionistas comenzaron a dar su voto de confianza”, dice Octavio García, analista de Citibanamex. Hay varias razones detrás de este desempeño. En primer lugar, disminuyó la aversión al riesgo a mercados emergentes, y es que en medio de una guerra comercial, estas economías comenzaron a verse atractivas. Además, México pesa 2.7% en el índice de acciones de mercados emergentes, “entonces, para el inversionista extranjero que invierte en emergentes el riesgo de tener a México en su portafolio es cercano al 3% de su cartera total. Cuando tu exposición a un país es más baja, el inversionista puede ser más tolerante al riesgo”, explica Gabriela Soni, Chief Investment Officer de UBS Asesores México. En segundo lugar, se estaba esperando una debilidad del dólar contra todas las divisas a nivel global, porque se acercaba un acuerdo entre China y Estados Unidos. El dólar es considerado un activo refugio, cuando la incertidumbre disminuye, los inversionistas dejan de comprar dólares para apostar en otros activos, lo que baja su precio. En el tema local, la valuación de la bolsa, que cotiza 16% debajo de su promedio, es una oportunidad para los inversionistas, a lo que se suma el abaratamiento de las acciones de la bolsa en pesos, por la caída de la divisa frente al dólar. En cinco años, el peso se ha depreciado 53% frente al billete verde, lo que hace las acciones en México más baratas para quienes las compran en dólares. No sólo es cuestión de oportunidades, las características del país también lo hacen atractivo ante los ojos foráneos: ubicación geográfica privilegiada, competitividad en manufactura muy atractiva en cuanto a mano de obra y costo de transporte. Además, en comparación con otros países emergentes, la economía de México está diversificada en varios sectores: industrial, consumo, financiero, telecomunicaciones, energía. Otra de las cosas que aumenta el atractivo de México es que hay sectores con un mercado poco penetrado, como en el financiero. Según Soni, el crédito en México es de alrededor de 35% del PIB, mientras que en otros países es de hasta 90%, “eso te habla de que tienen un gran potencial de crecimiento”. Pero la euforia está por terminar con el recrudecimiento de la relación comercial entre México y Estados Unidos, luego de que el presidente Donald Trump amenazó con poner aranceles a los productos mexicanos, si no se detenía la migración de personas sin documentos; así como por el desempeño de la economía luego de un primer trimestre de menor dinamismo, y a la evolución de la aprobación del T-MEC, opinan los analistas de Sura. “Con el escalamiento de las tensiones comerciales puede que los inversionistas se tornen más cautelosos y que, aun cuando las valuaciones de las acciones parezcan atractivas, hay que tener en cuenta que la prima de riesgo es mayor”, asegura Soni, por lo que los capitales internacionales podrían hacer las maletas y salir del mercado mexicano.