EL VALOR DE TUS RECURSOS
SEÑOR Q encuentra la solución a los problemas que rodean la vida profesional. Si él no tiene la respuesta, seguramente, nadie la tendrá.
Estimado Señor Q: Hace seis años inicié una start-up que cobró protagonismo internacional y que me ha dejado rendimientos económicos. Tengo inversiones y un buen límite de crédito, además de un sueño: ser conferencista internacional. Hace seis meses, le presté dinero a mi papá para un negocio, que no le resultó. Meses después, le presté más, para saldar una deuda, y apenas hace unos días le presté para una inversión que resultó una estafa. ¿Por qué no le salen las cosas? Siempre soy yo el que pierde y me molesta que el buen manejo que yo hago de mi dinero se vaya por la borda. Además, esos recursos los podría usar para lograr mi sueño. ¿Qué hago? HIJO AMOROSO
QUERIDO HIJO AMOROSO:
Tu caso me recordó la historia de otro padre y otro hijo. El primero, un empresario sin suerte; el segundo, un hombre muy talentoso que nunca abandonó sus sueños y que escribió: “Cuando un padre da a su hijo, ambos ríen; cuando un hijo da a su padre, ambos lloran”. El padre era John, el hijo, William, y ambos se apellidaban Shakespeare. Para que tu historia no se convierta en un drama isabelino, toma nota. Piensa en esos préstamos como lo haría un inversionista contigo. ¿Te permitirían tomar riesgos extremos? Define un presupuesto para inversiones (préstamos) y plan de pagos. No dudes en contarle de tus sueños y que valore ese préstamo. DRAMATURGO. Estimado Señor Q: Últimamente, dos compañeras y yo nos hemos sentido muy inconformes en nuestro trabajo. Pertenecemos al departamento de Operaciones como supervisoras de centros de distribución. En los últimos meses, nos han asignado más centros y, al mismo tiempo, nos han recortado los días de supervisión. Esto ha generado un incremento en la carga de trabajo que se contrapone con nuestro sueldo, que no aumenta. Hemos hablado con la empresa sobre un aumento, además de solicitar herramientas para desempeñar mejor nuestro trabajo, como un mejor equipo, plan de datos de telefonía, etc. Pero nada cambia. ¿Qué podemos hacer? ENOJADA
QUERIDA ENOJADA:
Tus jefes necesitan una clase de física, empezando por las leyes de Newton, principalmente, aquella que dice que a toda acción corresponde una reacción. A mediano plazo, aumentar la carga de trabajo, sin un alza recíproca en los salarios y sin las herramientas necesarias, generará supervisiones deficientes, que, a su vez, implicarán pérdidas en la empresa. Explícales eso, el objetivo es que comprendan que una mejora en las condiciones de trabajo de las supervisoras los beneficia más a ellos que a ustedes. Si no funciona, es mejor que busques un sitio en donde valoren un trabajo bien hecho. CERTERO. Estimado Señor Q: En este espacio siempre leo historias de personas con empleos muy absorbentes y salarios muy bajos. Mi caso es distinto. Tengo un trabajo muy sencillo y muy bien pagado. Mis horarios son flexibles y hay días en que voy a la oficina un par de horas y mis jefes ni siquiera preguntan por mí. Suena como el trabajo ideal, pero yo no lo veo así. Me siento desaprovechado e improductivo. Aunque al principio tenía mucha iniciativa, la cultura de la empresa mata la motivación. Ahora, paso mis días calentando el asiento o leyendo, para tratar de justificar un salario que incluso ahora siento excesivo. ¿Qué hago? CONFUNDIDO
QUERIDO CONFUNDIDO:
El empleado sobrepagado y desocupado es como los unicornios, un animal mitológico. Pero el problema con los mitos es que, cuando se convierten en realidad, nos dificultan ver los hechos. Por ejemplo, pueden hacerte rechazar ofertas por temor a perder un empleo fácil y bien remunerado. Así que primero ocúpate de los hechos. Tus responsabilidades actuales, ¿son las mismas que cuando llegaste? Algún día la carga de trabajo podría aumentar. ¿Cómo están los salarios en tu industria? Tal vez el tuyo esté dentro del promedio o, incluso, por debajo. ¿Has pedido un ascenso? Si aun así te sigues sintiendo igual, quizás es hora de sacrificar dinero a cambio de tu felicidad.