LO QUE AMLO DEBE DECIR
A pesar de que las conferencias son un medio natural para el presidente, Rubén Aguilar duda de que los mensajes diarios, al final, funcionen positivamente para el gobierno federal.
Consultor, académico, jesuita, periodista y hasta guerrillero, Rubén Aguilar siempre demostró buenas habilidades de comunicación que aprovechó para salir adelante en diferentes momentos difíciles del sexenio foxista, en donde se desempeñó como vocero de la Presidencia. Ahora, ve a la comunicación presidencial centrada únicamente en Andrés Manuel López Obrador, lo cual, dice, no le sorprende en nada. Desde que en 1994, cuando perdió por segunda vez las elecciones a la gubernatura de Tabasco ante Roberto Madrazo Pintado, AMLO se convirtió en un personaje sumamente mediático, recuerda Aguilar.
“Se caracterizó por tener un tipo de comunicación que siempre provocaba interés de la prensa, tiene esa habilidad, siempre ha sido muy buen publicista y con frases muy pegadoras”, describe el también académico y consultor en comunicación. En el año 2000, cuando López Obrador ocupó la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, inició con las conferencias matutinas. “En ese momento, para él era fundamental tener un adversario claro y ése fue Vicente Fox. Se metía a opinar de temas generales y hacía muy poca referencia a las acciones de su propio gobierno”, apunta Aguilar, quien dice que con los resultados positivos que tuvo con esas conferencias, era natural que las retomara al llegar a la presidencia y las aprovecharlas para criticar y buscar confrontaciones. “Es un hombre muy autoritario y aprovecha ese espacio para hacer valer su única verdad en los medios y la opinión pública”, asegura. “Cualquier otro medio de comunicación o actor social va a ser descalificado como conservador, reaccionario, neoliberal o fifí”. No obstante, Aguilar duda de que los mensajes diarios del presidente funcionen positivamente, pues dice que no hay evidencias sólidas para pensar que estar en la agenda de los medios y en la “opinión publicada” necesariamente esté generando opinión pública y condicionando la manera de pensar de la gente. “El primer impacto (de las conferencias) pudo haber sido positivo, pero se ha ido perdiendo. Sin embargo, el presidente no puede prescindir de esta plataforma porque dar estos pequeños sermones y lecciones de historia patria primitiva y que revelan un enorme desconocimiento, son parte de su manera de ser”.
López Obrador nunca ha dado conferencias de prensa, hace comparecencias. Hay reglas muy claras de lo que es una conferencia de prensa y él no sigue ese esquema. Rubén Aguilar.