LA SEGURIDAD DE COMUNICAR
El exvocero de Seguridad con Felipe Calderón dice que la conferencia mañanera no es un ejercicio real de rendición de cuentas, sino d un método para fijar una agenda política.
La tarde del 25 de agosto de 2011, un grupo delictivo atacó el Casino Royale, en Monterrey, provocando un incendio que dejó un saldo de 52 personas muertas. Esa misma noche, el vocero de la Estrategia Nacional de Seguridad de Felipe Calderón salió a dar una conferencia de prensa con los pormenores del caso. Alejandro Poiré era el encargado de comunicar las acciones del área más sensible de la administración: la seguridad. A diferencia de lo que pasa actualmente, señala, la comunicación del gobierno en ese sexenio era parte de un proceso y no el centro de la gestión.
En el sexenio de Calderón, dice, la comunicación del gobierno era parte de un proceso de trabajo de todo el gabinete. “Había una agenda muy detallada, con mucho seguimiento de los distintos gabinetes, como el económico, social, de infraestructura y de seguridad”, recuerda quien también fue secretario de Gobernación con Calderón. A más de un sexenio de distancia, para el hoy decano de la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno del Tecnológico de Monterrey, las “mañaneras” de López Obrador, son un método para fijar una agenda política y hacer propaganda gubernamental. “En otros sexenios se trataba de ofrecer información muy puntual, precisa, sistemática y, desde luego, estar abiertos a cuestionamientos”, señala el académico, quien resalta que, en actual gobierno, casi no se presentan datos concretos, información corroborable ni mecanismos de funcionamiento de políticas públicas. Para Poiré, que el gobierno esté personificado por el presidente es un riesgo innecesario en términos políticos, pues señala que , de haber un error en conjunto con una baja en su popularidad, la falta de resultados o los errores serán atribuidos a él. “El equipo del presidente López Obrador está confiado en que su estrategia funciona y el propósito político es tenerlo todo el tiempo en los medios de comunicación (...) sin embargo, no es lo mejor y probablemente después sea costoso”, advierte el académico, quien señala que la mejor manera de cumplir la obligación de informar es que hubiera un portavoz, eso me parece una conquista de la vida democrática”, expresa.
Si con el desgaste natural del sexenio baja la popularidad del presidente, al ser él quien está a cargo de toda la comunicación, parecerá que él es el único responsable ante la sociedad. Alejandro Poiré.