¿UNA UTOPÍA LABORAL?
Un modelo que luce ajeno para las empresas en México.
Julia Condomí trabaja de lunes a viernes. Un día a la semana hace home office y, desde casa, se dedica a contactar talento que está en busca de una oportunidad laboral o a diseñar estrategias para asegurar un sano clima organizacional. No es sencillo. Condomí es gerente de Recursos Humanos de la plataforma de renta de inmuebles Homie y, entre sus funciones, está adecuar los beneficios que reciben los 120 colaboradores de la empresa mexicana. Y aunque cada trabajador tiene necesidades particulares y metas distintas, señala que todos quieren más flexibilidad. Pero una cosa es tener un esquema de horarios flexibles y otra, pensar en semanas laborales de cuatro días.
“Las industrias deben irse adaptando, paulatinamente, a las nuevas tendencias. Los cambios drásticos pueden resultar complejos. Estamos implementando otras estrategias primero, no tenemos en el corto plazo el plan de implementar este tipo de jornada”, explica.
La semana laboral de cuatro días no es una idea tan nueva, aunque los primeros intentos de implementarla sí lo sean. En Japón, por ejemplo, el gigante tecnológico Microsoft permitió que sus empleados trabajaran de lunes a jueves durante un mes, sin reducir su salario. El programa ‘El desafío de la elección de vida laboral 2019’ se llevó a cabo durante el mes de agosto y sumó a 92% de la plantilla. Los resultados fueron positivos: un incremento de 40% en las ventas, una reducción de 23% del consumo eléctrico y un 59% en la impresión en papel. Sin embargo, no ha llevado a la firma a implementar la medida de forma permanente.
¿ RESISTENCIA EN MÉXICO?
En México, la posibilidad se ve lejana. La Ley Federal del Trabajo establece que la semana laboral actual es de ocho horas diarias, seis días por semana, o bien, 48 horas semanales. En total, 2,255 horas al año por trabajador, la cifra más alta dentro de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Por eso, Jon Messenger, líder del Grupo de Condiciones de Trabajo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), advierte que, para implementar esta jornada, primero debe haber un cambio regulatorio y hacer pruebas piloto. “Las empresas deben estar dispuestas a aceptar una reducción de horas de trabajo, sin modificar el salario. No es aconsejable que las jornadas diarias sean de 12 horas, debido a los mayores riesgos para la salud. Un horario laboral más corto puede alentar a los empleados a utilizar su energía de manera más eficiente”, agrega.
A pesar de esto y de que las tecnologías de movilidad han impulsado políticas de trabajo más flexibles, 44% de los trabajadores mexicanos cree que su empleador nunca estará dispuesto a implementar estas semanas reducidas, según el estudio ‘El futuro de la semana laboral’, realizado por la multinacional Citrix en nueve países, entre ellos, México. Y no sólo eso, 74% se siente más cercano a una semana laboral de seis días que a una de cuatro. Para Saskia de Winter, socia fundadora y directora general de la firma de capacitación empresarial Saskia de Winter Training, esto ocurre por la cultura laboral. “Hay una resistencia en las organizaciones porque no todas están listas para eso. Ni en sus procesos ni en su comunicación interna. Y esto incluye tanto a empleadores como a empleados. Si bien hay mayor apertura a la flexibilidad, todavía no les queda claro cómo ser más eficientes. Las empresas de otros países que han conseguido recortar su semana laboral es porque ya están en otro nivel de maduración. Ahí está la diferencia”, menciona. Salvador de Antuñano, director de Recursos Humanos de Adecco, coincide en que aún falta para llegar a ese nivel. “Si la economía nacional estuviera más desarrollada, ya tendríamos casos de éxito. Por ahora, me parece muy complicado pensar que estamos listos para una modalidad como ésta”, señala.