EL CASO AIRBUS
La inédita sanción a la que se hizo acreedor el fabricante europeo por actos de corrupciónmuestra la robustez de las instituciones y del marco jurídico para combatir las prácticas desleales a nivel global.
En fechas recientes, el fabricante global de aeronaves Airbus fue sancionado por autoridades extranjeras con multas que, en total, exceden 3.9 billones de dólares, por la realización de actos de corrupción en varios países. Ello representa la sanción económica más alta de la que se tenga registro por actos de esa índole. Fue posible, en parte, por la evolución exponencial de la coordinación internacional entre autoridades para develar esquemas muy sofisticados de corrupción.
Con ello se estableció un nuevo hito en los esfuerzos globales en el combate a la corrupción, comparable con el famoso escándalo de la petrolera brasileña Petrobras (Odebrecht-lava Jato), en la que participaron el Departamento de Justicia de Estados Unidos, el fiscal de Francia y el Departamento de Fraudes de Reino Unido. Según los documentos revelados por las autoridades estadounidenses, de 2008 a 2015, Airbus cerró varios contratos con intermediarios en China, Arabia Saudita, Malasia, Sri Lanka, Taiwán, Indonesia y Ghana, a través de los cuales acordó realizar pagos de soborno a funcionarios públicos de esos países para la aprobación y obtención de contratos relacionados con la compraventa de aeronaves militares por empresas con participación estatal y compañías estatales. El esquema de corrupción incluyó la utilización de cuentas bancarias en Hong Kong y en otras naciones para la distribución de los pagos a través de terceros. Las autoridades estimaron que, en total, la empresa pagó sobornos por unos 14 millones de dólares. La magnitud de la sanción tuvo sustento en que las infracciones cometidas violaron múltiples normas del FCPA (Foreign Corrupt Practices Act) relacionadas con el pago de sobornos por conducto de transferencias bancarias, y la utilización de intermediarios en el extranjero para sobornar a funcionarios con el fin de obtener beneficios indebidos, aunado a la acreditación de la entrega de regalos y agradecimientos, tales como viajes, comidas e invitaciones a eventos de entretenimiento a funcionarios del gobierno chino, entre otros.
Los hechos, que se tuvieron por demostrados, apuntan a la violación de las leyes internacionales que regulan la exportación de armas y equipos de defensa, pues, de acuerdo con esta regulación, es necesaria la obtención de permisos para su venta y distribución a fuerzas extranjeras, situación que la empresa no cumplió. Con motivo de las sanciones, Airbus tuvo que pagar 537 mdd a las autoridades estadounidenses, 2.29 billones de dólares, a las francesas, y 1.09 billones, a las de Reino Unido. Asimismo, la compañía deberá invertir al menos 500 mdd para implementar medidas de compliance anticorrupción al interior y al exterior de la firma para garantizar que haya un programa basado en mecanismos aptos y suficientes para la prevención, control, mitigación y sanción de actos de corrupción. Cada vez es más complicado que las empresas corruptas se salgan con la suya. El robusto entramado de normas nacionales e internacionales en la materia, el aprendizaje de casos paradigmáticos recientemente sancionados y el incremento de los esfuerzos de coordinación internacional para la investigación a nivel global, derivado de los mecanismos de comunicación y las tecnologías de la información, son sólo algunos de los factores que permiten sentir optimismo en torno a la eficacia creciente en la compleja encrucijada del combate a la corrupción.
En México, el Sistema Nacional Anticorrupción y la normativa específica de la materia obligan a las empresas a implementar políticas, directrices y medidas de recursos humanos y a capacitar a su personal para combatir este flagelo, y vamos avanzando.
La tecnología, el Big Data y la gestión de grandes volúmenes de información son algunos de los principales desafíos que enfrentan las empresas valuadoras. Luis Leirado Campo, director general de Tasvalúo, recuerda los inicios de la empresa en México en 2010, cuando se fundó como una unidad de valuación que ahora ha logrado amplia solidez y presencia.
En este sentido, el directivo explica que un avalúo es un dictamen técnico para obtener o estimar el valor de un bien y “dicho valor se establece en función del mercado, por lo que debe elaborarlo un especialista”. Además, recalca la importancia de que el sector valuador se profesionalice cada vez más, por factores como: las exigencias del entorno, la normatividad de la Sociedad Hipotecaria Federal (SHF), el Infonavit, Fovissste, bancos y otras entidades financieras. Por otra parte, Luis Leirado señala que una vivienda es la inversión más grande que el 95% de las personas y sus familias hacen a lo largo de su vida, por lo que es un patrimonio que debe ser valuado de forma seria y responsable.
“Con el fin de vender o comprar una propiedad, la figura del avalúo es fundamental para dar claridad sobre el valor del inmueble”, expone el directivo.
Este documento de avalúo, agrega, es un referente confiable tanto para vendedores como para compradores, facilitando el proceso de negociación. Por lo que el informe emitido por la compañía determina y respalda que la propiedad vale lo que el vendedor asegura que vale.
En el caso de Tasvalúo, Luis Leirado señala que además de la valuación de bienes inmuebles de las familias (que pudiera ser una de las actividades más significativas por el número de operaciones al año) las empresas pueden conocer el valor real de sus activos fijos por medio de los avalúos. De igual manera, la firma ofrece la realización de otras actividades, desde informes de factibilidad, análisis de costes y rentabilidad para desarrollos inmobiliarios, servicios de consultoría empresarial, estudios personalizados hasta estudios de mercado, entre otros.
Para realizar estas tareas, Tasvalúo cuenta con un equipo de aproximadamente 400 peritos, quienes atienden tanto en el corporativo en la Ciudad de México como en las siete oficinas divisionales, para brindar cobertura a nivel nacional.
Esta fuerza laboral facilitó llevar a cabo 64,000 informes individualizados por un valor concluido de 128,00 millones de pesos (en 2019) y más de un millón de avalúos desde la creación de la empresa que, a partir de 2016, valora todo tipo de bienes, desde inmuebles, naves industriales, hoteles y barcos, hasta piezas de arte y joyería.
Tasvalúo tiene un equipo de aproximadamente 400 peritos, que atienden tanto en el corporativo en la CDMX como en las siete oficinas divisionales para una cobertura a nivel nacional, con un valor concluido de más de 128,000 millones de pesos.