EN BUSCA DE VIAJEROS CHINOS
El turismo de China a México cayó en 2019, tras crecer a doble dígito. El brote de coronavirus y la falta de conectividad aérea no traen buenas noticias para un nicho estratégico para la Sectur.
El turismo de China hacia México atraviesa un momento crucial, con una dinámica ya lastimada desde 2019, que podría empeorar en los siguientes meses, pero que no deja de ser una oportunidad para la industria nacional. China, el principal emisor de turistas desde Asia a México y la mayor fuente de viajeros del mundo, tuvo una contracción de 0.3% en su flujo de turistas en 2019, según datos de la Secretaría de Turismo (Sectur). Es una disminución marginal, pero adquiere relevancia, ya que venía de una racha de crecimiento a doble dígito que se extendía desde 2012, y cayó por primera vez desde la crisis financiera de 2009. Es importante también porque la Sectur tiene como meta aumentar el número de visitantes asiáticos.
Parte de esta desaceleración se debe a la percepción de los turistas del país, explica Gerardo Herrera, académico de la Universidad Iberoamericana. “Aunque algunos incidentes se den en estados que no están en el top turístico, el turismo internacional no distingue”, dice. La disminución de las actividades de promoción turística, agrega, también afectó la llegada de visitantes.
A estos factores se suma que México tiene cada vez menos puente de conexión aérea con China. Mientras que Aeroméxico anunció la cancelación de su vuelo a Shanghái para fortalecer su ruta entre Ciudad de México y Barcelona por la entrada de Emirates, China Southern Airlines suspenderá sus operaciones a partir de marzo por cuestiones comerciales, y Hainan Airlines dejará de volar entre febrero y mayo, debido a obras en el Aeropuerto de Tijuana.
El costo de oportunidad es significativo si se considera que está en juego un turista que realiza un gasto promedio de 2,700 dólares a nivel mundial, que baja a 1,900 dólares en el caso de turistas chinos en Latinoamérica, con un desembolso promedio de 130 dólares diarios, según la consultora Asialink Spain.
De acuerdo con estimaciones de la Sectur, de los 124 millones de turistas del gigante asiático, 22 millones son de alto poder adquisitivo, y la Organización Mundial de Turismo prevé que, el próximo año, generen un gasto de 429,000 millones de dólares.
¿OPORTUNIDADES? SÍ, PERO...
Si la situación no fuera lo suficientemente vulnerable, la epidemia por el nuevo coronavirus supone un factor adicional al turismo chino. De acuerdo con el Consejo Mundial del Viaje y el Turismo (WTTC, por sus siglas en inglés), el impacto económico del brote se asemeja a otros como el provocado por el H1N1 en 2009, que se estimó en 55,000 millones de dólares, con una pérdida para la industria turística mexicana valorada en 5,000 mdd.
Aunque el deseo de viajar no se acabará por esta crisis, los turistas chinos se enfrentarán a una falta de destinos por el brote, que puede ser aprovechado por industrias como la mexicana. “Sí creo que habrá un cierto sentimiento ‘antiturista’
chino, pero México puede aprovechar eso y presentarse como un destino. (…) La coyuntura alentará el ritmo de crecimiento de turistas chinos, pero después podría tener un efecto acumulado, y el turismo que se guardó regrese. Y quizá tenga más ganas de viajar”, indica Herrera.
En este escenario, el desafío radica en ser lo suficientemente atractivo para los viajeros del país asiático, no sólo en cuanto a oferta de destinos, sino también como anfitriones. “Es un turista difícil, pero se debe a que es un segmento nuevo. Antes, casi no había turistas chinos, no salían por asuntos económicos e ideológicos. Además, suelen viajar en grupos por cuestiones culturales”, explica el especialista de la Universidad Iberoamericana
Un análisis de la Federación Mundial de Ciudades Turísticas (WTCF, por sus siglas en inglés) da cuenta de ello. Un estudio sobre el flujo de turistas chinos hacia Latinoamérica, señala que su estadía tiene una duración promedio de 15 noches y la distancia es el primer factor para optar por un destino, seguido de las preocupaciones sobre seguridad y las barreras de idioma, y con un claro gusto por el turismo cultural, étnico y de compras.
No obstante, posicionarse y promocionarse en este mercado puede ser difícil.
Laura Chavarro, especialista de la WTCF, explica que hay rutas digitales muy marcadas para aproximarse a estos viajeros en lo que se refiere a métodos de pago.
“Un 66% de los turistas paga con tarjetas emitidas por Unionpay, mientras que 41% gasta en efectivo y 38% hace también compras con tarjetas Visa”, explica Chavarro.
Incluso, la aplicación Wechat funge como método de pago: 9% de los turistas chinos en el mundo pagan con Wechat Pay.
En el rubro de la promoción también hay un desafío, ya que, al no contar con redes sociales, como Instagram o Facebook, las agencias tienen que promocionarse en los sitios que la población utiliza, como Weibo y Qzone, que, además, tienen la desventaja de no ofrecer herramientas de difusión como las habituales, agrega
Chavarro.
Trabajar en estos ámbitos será decisivo para llegar a un turismo chino que podría tardar en recuperarse alrededor de
19 meses, según estimaciones de la WTTC con base en datos de otras epidemias, un plazo que, con la respuesta y el manejo adecuados, podrían reducirse a tan sólo
10 meses.
LA SECTUR TIENE COMO META INCREMENTAR EL NÚMERO DE TURISTAS CHINOS POR SU ALTO PODER ADQUISITIVO.