El peso mexicano paga el costo de ser atractivo en el mercado.
La pandemia de COVID-19 y la caída del precio del petróleo afectan a la economía mexicana y los estragos se dejan ver en el tipo de cambio.
SSer una de las monedas favoritas del mercado tiene sus ventajas: es fácil de comprar y de vender –la llamada liquidez– y atrae a capitales extranjeros al país. Sin embargo, nada es perfecto y esas ventajas pueden llegar a jugar en su contra, sobre todo, en momentos de alta volatilidad.
La moneda mexicana es una de las 10 más negociadas del mundo y la más líquida de los países emergentes, según el Banco Internacional de Pagos (BIS, por sus siglas en inglés). Esta facilidad de negociación hace del peso una moneda atractiva para especuladores, quienes suelen apostar en un corto plazo a que el peso se aprecie o se deprecie.
En periodos de alta volatilidad –como el actual–, los inversionistas –especuladores o no– se deshacen de los activos más riesgosos, como las acciones, y compran los que consideran más seguros: oro, bonos gubernamentales y dólares.
El aumento de la demanda de dólares –al igual que cualquier otra cosa– trae un incremento en su precio y un menor valor de las monedas consideradas menos seguras, como el peso. En el primer trimestre la divisa mexicana se depreció 26% respecto de la moneda estadounidense, su peor descenso desde 2008, de acuerdo con Banxico, y uno de los peores desempeños entre las divisas mundiales, según datos de Bloomberg. Cada vez más inversionistas se alejan del peso ante el riesgo de que el país entre en una profunda recesión debido a las medidas aplicadas para tratar de disminuir los contagios de coronavirus.
“Parece que el peso mexicano podría pasar por momentos difíciles si el brote de coronavirus se intensifica. México tendrá una recesión y aumenta la preocupación de que podría terminar siendo una de las regiones más afectadas en
UN NUEVO RECORTE A LAS CALIFICACIONES DE MÉXICO Y DE PEMEX PODRÍA DERIVAR EN DEPRECIACIONES ADICIONALES DEL PESO MEXICANO. Gabriela Siller, de Banco Base.
esta pandemia mundial”, comenta Edward Moya, analista de OANDA.
A ello se le suma la caída en el precio del petróleo (de donde proviene buena parte de los ingresos de México) porque Rusia y la OPEP se han enfrascado en una guerra de precios (aumentando su producción y bajando el valor del barril) para robarse el mercado. Entre el coronavirus, el precio del petróleo y la debilidad de la moneda, las agencias calificadoras, como S&P y HR Ratings, han recortado la nota crediticia del país. “De ver recortes adicionales en las calificaciones de México y de Pemex, se podría observar una salida de capitales y depreciaciones adicionales del peso mexicano”, advierte Gabriela Siller, directora de Análisis Económico-financiero de Banco Base.