CON LA FE PUESTA EN EL VECINO
Cerca de 100,000 pymes están en una situación financieramente delicada por falta de solvencia. El sector empresarial se ha acercado al estado para externar su necesidad de tomar acciones más contundentes, como diferir el IVA y el ISR y las cuotas obrero patronales al IMSS y el Infonavit, pero se han encontrado con una sola respuesta: está en manos del gobierno federal y ahí no hay disposición.
Por ello, Nuevo León optó por su propio plan: detener el gasto presupuestal para redireccionar recursos a salud y a la reactivación económica. Para este año, el presupuesto de la entidad es de 100,000 mdp. “Todos los esfuerzos posibles se están realizando para que la cuarentena no se extienda más de lo previsto, pues se pondría en riesgo el trabajo y el bienestar de las familias”, advierte Roberto Russildi, secretario de Economía y Trabajo.
El funcionario estatal, más que en el centro del país, tiene los ojos puestos en Estados Unidos, ya que su PIB depende de la manufactura y de las exportaciones.
“Lo importante es que contengamos el contagio, para que no sea este mismo el que nos evite tener producción. Dependemos más de la exportación a Estados Unidos que del mercado interno, entonces, en la medida en que EU se recupere, nosotros también vamos para arriba”, expresa Russildi.
¿Las grandes empresas podrán sobrevivir? Yo creo que sí, señala el funcionario, pues tienen la capacidad, tienen líneas de crédito, las medianas también van a poder salir adelante, pero tenemos un grave riesgo con las pymes, con menos de 50 trabajadores, que representan un porcentaje muy fuerte del PIB y del empleo. Esas son las que hoy están en una situación muy delicada, pues en el estado hay más de 100,000.