LAS EMPRESAS TIENEN “OTRAS PROPUESTAS”
Para la mayoría de los líderes de los negocios, las medidas anunciadas por el gobierno son insuficientes. El tiempo no juega a su favor.
Nadie llegó a prever la magnitud de lo que se avecinaba cuando, a inicios de diciembre, se comenzó a hablar de casos de neumonía atípica en la provincia china de Wuhan. En México, aunque los primeros efectos sanitarios del coronavirus tardaron en llegar, con el primer contagio confirmado el 28 de febrero, las consecuencias económicas avanzaron rápido y enfermaron a una economía ya golpeada, que cerró 2019 con una contracción del PIB de 0.1% y un crecimiento del consumo de apenas 1%. La suma de los efectos del COVID-19 y la reducción de los precios del petróleo por la menor demanda formó la tormenta perfecta. De ahí que el sector empresarial no esperara a que el gobierno lanzara su paquete de medidas para hacer frente a la crisis y, a inicios de marzo, le presentó las suyas. La respuesta del gobierno no ha sido la esperada por las organizaciones empresariales, encabezadas por el Consejo Coordinador Empresarial (CCE). Es más, según Carlos Salazar, presidente del organismo, nunca llegó.
El 5 de abril, en su informe trimestral, el presidente Andrés Manuel López Obrador solo mencionó una medida de apoyo: un paquete de un millón
de créditos para pequeños negocios formales e informales. En respuesta, el CCE volvió a plantear un plan a 90 días, que incluye “suscribir un gran convenio nacional entre gobierno, empresarios, trabajadores y el sector social”. Desde Palacio Nacional, la respuesta ha sido repetida casi a diario por López Obrador: “Nosotros ya tenemos un plan”. Para el sector privado, es insuficiente. “Los apoyos anunciados hasta el momento por el gobierno federal son insuficientes y no reflejan una estrategia integral”, afirma Ángel García-lascurain Valero, presidente del Consejo Directivo Nacional del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), que critica la canalización de más recursos públicos a Pemex o la confianza del gobierno en la utilización del Fondo de Estabilización de Ingresos Presupuestarios. “En otros países, vemos medidas extraordinarias, como en Estados Unidos, donde equivalen al 10% del PIB para apoyar a las familias y empresas con apoyos fiscales y apoyos directos para generar la liquidez necesaria para sortear esta crisis”, dice. Para Enoch Castellanos, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), que representa a 53,200 empresas que generan 3.5 millones de empleos, faltan medidas que permitan producir liquidez para poder sostener los empleos. Por eso, las compras de gobierno y la sustitución de las importaciones serán claves para que las pymes puedan sobrevivir. “Se pueden perder entre 500,000 y 1.4 millones de empleos, según qué tan grande sea la caída del PIB. Podría disminuir con un paquete de medidas para salvar a las empresas de menor tamaño”, dice.
De ahí que, ante el eco que venía de Palacio Nacional, el CCE haya impulsado un plan de apoyo entre las propias empresas, especialmente enfocado en pymes, tratando de convocar a la solidaridad entre el sector e integrar mejor las cadenas de valor.
LA BATALLA POR SOBREVIVIR Y CONTARLO
Para el sector turístico, pensar en el futuro es hasta una apuesta arriesgada. Con 85% de las operaciones aéreas detenidas, 21,000 de los 23,000 hoteles del país cerrados y todos los cruceros fuera del mar, el tamaño del golpe se calcula en casi 240,000 millones de pesos tan
“No habrá desabasto de medicamentos en las áreas terapéuticas que atendemos, muchas de ellas, prioridades del sistema de salud, y cuyos pacientes siguen acudiendo al sistema público”. FERNANDO CRUZ, presidente de Grupo Novartis México.
solo durante abril, por lo que el reto inmediato es sobrevivir a la pandemia. “Es una crisis sin precedentes”, advierte Braulio Arsuaga, presidente del Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET), quien considera que la crisis financiera de 2009 “le queda chica” al brote de coronavirus.
Para mitigar el impacto, el CNET –que representa a 90% de la industria– emitió una serie de medidas en dos fases, para ejecutarse durante y después de la emergencia sanitaria. Las ocho opciones de la primera fase consisten, en su mayoría, en prórrogas de deberes fiscales y contribuciones sociales, así como de exenciones en el pago de derechos y uso de carreteras. El resto contempla una continuidad en las facilidades impositivas, además de la creación de grupos de trabajo para identificar más apoyos. Que prácticamente ninguna de estas propuestas haya cristalizado en un apoyo por parte de la administración preocupa, sobre todo, a industrias como la aérea, cuyas peticiones conllevan limitar el cobro del uso del espacio aéreo, el plazo de pago de combustibles, así como tarifas por servicios
migratorios y uso aeroportuario, que podrían ayudar al sector a sobrellevar la crisis e, incluso, recuperarse, indica Luis Osorio, director general de la Cámara Nacional de Aerotransportes (Canaero). La situación se agrava para los negocios más pequeños. La Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles (AMHM) advierte que 80% de las 100 agrupaciones que concentra está compuesta por micros, pequeñas y medianas empresas, que suponen una fuente de empleo para más de 200,000 familias y que mantienen importantes gastos fijos. “Nunca se habían cerrado los hoteles en la historia del país, es un evento único”, indica Rafael García, presidente de la Asociación de Hoteles de la Ciudad de México. La Secretaría de Turismo (Sectur) y las cámaras empresariales han planteado una estrategia digital de promoción, pensada para mantener a México en la mente del turista antes, durante y después de la pandemia, con una inversión de 300 mdp. “Es un punto interesante para que se empiece a calentar el motor una vez pasada la pandemia, y también el acompañamiento que se ofrece”, dice Arsuaga, quien, no obstante, enfatiza que no ha habido medidas mayores. Borja Escalada, CEO de RLH Properties, firma dedicada a la adquisición y gestión de activos hoteleros de lujo, como Mayakoba o Four Seasons, afirma que es importante enviar las señales correctas al mercado internacional para generar confianza en el país como destino. “Llevamos mucha gente recluida, es posible que eso permita aplanar la curva (de contagios), y habrá que venderlo bien”. De ahí que la realización del tianguis turístico, reagendado en septiembre, sea tan importante, dice José Manuel López Campos, presidente de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (ConcanacoServytur). “Que sirva de escaparate para lanzar grandes campañas de difusión de los grandes atractivos de México”. También busca medidas inmediatas el sector automotriz, que no viene precisamente de su mejor momento. La venta de autos en 2019 tuvo su mayor caída en la última década. Y, en 2020, antes de esta
crisis, el comportamiento había sido similar, señala José Román, CEO de Nissan Mexicana, que tiene cuatro plantas en el país y genera 15,000 empleos. La automotriz no ha sido considerada por el gobierno actividad esencial, por lo que las plantas estarán detenidas, si nada cambia, hasta el 30 de mayo. “No tenemos inventario suficiente para vender, necesitamos que se reactiven”, dice Román. Incluir al sector en las actividades que pueden operar durante la contingencia es uno de los principales reclamos de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA). No solo para abastecer el mercado local, cuyas ventas están paradas, también el de exportación. Para este mercado nacional detenido, el sector está dando facilidades a los compradores con el fin de impulsar el consumo, como la congelación de pagos o el diferimiento de cuotas en los créditos, explica Daniel Echeverri, director de Finanzas de Renault México. También Toyota y Ford han diseñado esquemas para diferir el pago hasta tres meses. Adicional a ello, explica Claudia Márquez, CEO y presidenta de Hyundai México, sería necesario digitalizar los trámites para la obtención de placas y cambios de propietario, para dar continuidad a las ventas e impulsar el e-commerce.
¿REVIVIR LAS RONDAS?
Las empresas petroleras en México, que comprometieron inversiones por más de 4,600 millones de dólares para este año, tienen una petición clara: volver a reabrir las rondas petroleras que se pusieron en marcha durante el sexenio pasado. Solo así se alcanzarán las “ambiciosas” metas en materia enegértica del gobierno, afirma Alberto de la Fuente, presidente de la Asociación Mexicana de Empresas de Hidrocarburos (Amexhi). La fuerte caída en los precios internacionales del crudo y el golpe de la pandemia, tanto en lo económico como en el cierre de dependencias del gobierno, impactarán en los planes de exploración, desarrollo y producción de las petroleras privadas en México, que deberán evaluar si retrasan parte de sus inversiones o realizan recortes para afrontar esta crisis, señala el también presidente y director general de la petrolera Shell en México. “El 70% de los contratos son de exploración y están lejos de producir. Con motivo de la contingencia, algunos de estos planes se empiezan a retrasar, ya sea porque las agencias están cerradas, porque no podemos meter papeles,
“El gobierno debería tener un claro rol de facilitador en la coordinación eficiente de las propuesta hechas por organismos como el CCE, en el que colaboremos entre trabajadores, el sector privado, el mismo gobierno y la sociedad”. MARIO STETA, vicepresidente y director Ggeneral de Driscoll’s para América Latina.
“Hemos insistido en que el reto y la ambición que tiene este gobierno son tan grandes que, sin duda, los Contratos de Servicios Integrales de Exploración y Extracción (CSIEE) serán importantes, pero, como país, deberíamos utilizar todas las herramientas a nuestra disposición, incluidas la de tener nuevas rondas y farmouts”. ALBERTO DE LA FUENTE, presidente de la Asociación Mexicana de Empresas di Hidrocarburos (Amexhi) y de Shell Mexico.
“CONFÍO EN QUE LA CRISIS DESEMBOCARÁ EN UN RENACIMIENTO HUMANISTA, SOLIDARIO Y EMPÁTICO, PERO NO SERÁ FÁCIL NI AUTOMÁTICO”. SALVADOR ALVA, presidente del Tecnológico de Monterrey.