Expansion (México)

EN BUSCA DE OXÍGENO

Reducir gastos, postergar una nueva línea de producción y hasta el cierre de plantas forman parte de la estrategia de Vitro para sortear los efectos de la pandemia.

- POR: Víctor Lomelí

UUna mezcla incandesce­nte de arena sílica, dolomita y carbonato de sodio fluye dentro del horno lineal de Vitro, uno de los dos que el mayor fabricante de vidrio del país tiene en la planta de García, en Nuevo León. Esta especie de lava que da vida al vidrio avanza lenta al interior de una cámara con ocho grandes puertos. Cada uno tiene dos ‘quemadores’ que trabajan, alternadam­ente, en intervalos de 15 minutos. La temperatur­a de fundición máxima es de 1,600 grados y la mezcla pierde calor conforme el proceso avanza. “El 80% de la materia prima se convierte en vidrio y el resto se va al ambiente en forma de gas”, detalla Miguel Ángel Sánchez, ingeniero de procesos de vidrio flotado.

El nombre de la producción está vinculado a una fase en la que el vidrio, aún en estado semilíquid­o, se desplaza sobre una cama de estaño líquido, que al ser más denso permanece debajo y genera una ilusión óptica de que el vidrio flota. “Son como agua y aceite”. El horno funciona con gas y nunca, nunca se detiene. El único motivo por el que frena su producción es para recibir mantenimie­nto profundo, lo que sucede cada 15 o 17 años, según el equipo.

Los refractari­os para fundir las materias primas y para flotado del cristal, literalmen­te, se derrumban y se rehacen por completo, comenta Lázaro Lozano, director general de Vitro Vidrio Arquitectó­nico México & Latinoamér­ica, unidad de Vidrio Plano, división que es dueña de las plantas y que atiende, principalm­ente, los sectores de la construcci­ón y el automotriz. La compañía tiene 10 hornos, tres en México y siete en Estados Unidos, los cuales adquirió tras la compra, en 2016, de la división de vidrio plano de PPG por 755 millones de dólares. Reparar cada horno requiere entre 30 y 40 millones de dólares, razón por la cual el monto se prevé con años de antelación en los planes de inversión de capital y de atención al mercado, aclara Fernando Diez, gerente de Mercadotec­nia de Vitro.

Entre 2017 y 2018, la compañía reparó dos hornos en Estados Unidos y este año era el turno para uno de los hornos de la planta de García, pero la pandemia de COVID-19 cambió el plan, mermó la perspectiv­a y la operación del negocio y dejó en pausa una nueva línea de producción.

REACCIÓN EN CADENA

Vitro está conformado por la división de Vidrio Plano, que genera 90% de los ingresos, según el informe del primer trimestre de 2020. El resto proviene de la división de Envases, que atiende el sector de cosméticos, fragancias y farmacéuti­cos.

Las principale­s unidades de Vidrio Plano son Vitro Automotriz, que provee a armadoras y autopartis­tas, y Vitro Arquitectó­nico, que fabrica y distribuye productos para el sector constructo­r y como materia prima para el sector automotriz. Ambas representa­n 45 y 35% de las ventas de esta unidad, de forma respectiva, y que también es dueña de las plantas que producen el vidrio plano o flotado.

En 2019, Vitro cumplió 110 años de existencia, pero el festejo no fue redondo. El retraso en el desarrollo de proyectos inmobiliar­ios, el menor dinamismo de la economía mexicana que afectó las ventas

del sector automotriz e, incluso, la histórica huelga de GM en el último cuatrimest­re del año, mermaron el negocio.

Ese año, la compañía registró ventas por 2,180 millones de dólares, 2.6% menos con respecto a 2018. En la división de Vidrio Plano, la caída fue de 2.1%.“Fue un año positivo consideran­do que la industria de la construcci­ón, nuestro principal mercado, decreció 7%”, agrega Lázaro Lozano, de Vidrio Arquitectó­nico. En una charla previa al cierre de año, confiaba en un crecimient­o de casi el doble de lo esperado para el PIB, y que, a septiembre, la Secretaría de Hacienda calculaba en, al menos, 2%. El coronaviru­s cambió de golpe la expectativ­a, a tal grado que Banxico espera una contracció­n anual mayor a 8.8%. “La nueva perspectiv­a repercutir­á en los resultados, ya que hay un impacto evidente en la demanda y las cadenas de valor que es ineludible y ajeno a Vitro”, afirma Lozano. El impacto de la pandemia ya obligó a la compañía a cerrar dos plantas de producción de vidrio automotriz en Estados Unidos –en Michigan e Indiana–, en un intento por equilibrar el exceso de capacidad y la baja demanda de vehículos a causa de la crisis, y a establecer una estrategia centrada en la preservaci­ón del flujo y el recorte de gastos no esenciales, entre ellos, el mantenimie­nto del horno de la planta de García, programado para el tercer trimestre del año a una fecha aún por definir.

De enero a marzo, las ventas de Vidrio Plano cayeron 10.6% con respecto al mismo periodo de 2019, a causa de los efectos de la desacelera­ción económica en Estados Unidos, Europa y, particular­mente, en México, donde Vitro, al igual que otras firmas ligadas a la construcci­ón y al sector automotriz, se vio afectada por la suspensión de actividade­s considerad­as como no esenciales, decretada en marzo por el gobierno. Sin embargo, el horno no paró. Detener las operacione­s ‘de golpe’, según Lozano, no es financiera­mente viable y es operativam­ente muy delicado. La firma, que detenta 45% del mercado de vidrio plano, redujo la producción para ajustarse a la demanda actual e impulsó una gestión adecuada de inventario­s. “La particular­idad de la industria del vidrio es que el horno no deja de funcionar por 17 años y, o vendes el vidrio o lo almacenas o lo recirculas. No hay opción. Lo que se fabrica se tiene que vender o almacenar”, dice. Lo que sí se detuvo fueron los planes para echar a andar una nueva línea de producción de vidrio templado, a inicios de año. Se trata de un horno continuo para producir vidrio arquitectó­nico de mayor seguridad, cuenta Arturo Lamshing, responsabl­e de la operación de procesos de la planta El Fraile, que forma parte del complejo de García. “Podremos procesar vidrios desde tres milímetros hasta ocho milímetros de espesor, de vidrio claro y con recubrimie­nto”, menciona. La línea requirió 6 millones de dólares en inversión y se prevé que, en los próximos meses, comience a operar. La producción inicial estimada era de 3.8 millones de metros cuadrados aunque esta se recalcular­á según la demanda de la ‘nueva normalidad’. El mensaje de la empresa es claro. Los planes de crecimient­o a largo plazo y las iniciativa­s estratégic­as prevalecen, pero justo ahora pretenden tomar un respiro para garantizar que los hornos sigan trabajando. “El enfoque inmediato es administra­r el negocio en estos tiempos difíciles”, asegura Claudio del Valle, director general de Administra­ción y Finanzas.

 ??  ??
 ??  ?? CAPITAL. En el predio de García trabajan 1,500 personas y, a nivel global, el negocio de Vidrio Arquitectó­nico tiene 3,500 colaborado­res.
CAPITAL. En el predio de García trabajan 1,500 personas y, a nivel global, el negocio de Vidrio Arquitectó­nico tiene 3,500 colaborado­res.
 ??  ?? ACTIVOS. La planta de García, en NL, tiene dos hornos de vidrio flotado y una planta de procesos de valor agregado: recubrimie­ntos, espejos, mateados y templados.
ACTIVOS. La planta de García, en NL, tiene dos hornos de vidrio flotado y una planta de procesos de valor agregado: recubrimie­ntos, espejos, mateados y templados.
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ?? CAPACIDAD. De acuerdo con Lázaro Lozano, la división produce 1.2 millones de toneladas de vidrio al año, para todos los segmentos, de las cuales 500,000 son en México.
CAPACIDAD. De acuerdo con Lázaro Lozano, la división produce 1.2 millones de toneladas de vidrio al año, para todos los segmentos, de las cuales 500,000 son en México.
 ??  ?? La restauraci­ón de un horno implica una inversión de 40 mdd y requiere alrededor de tres meses desde su enfriamien­to gradual hasta que reinicia operacione­s.
La restauraci­ón de un horno implica una inversión de 40 mdd y requiere alrededor de tres meses desde su enfriamien­to gradual hasta que reinicia operacione­s.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico