Expansion (México)

ES POR LOS AUTOS

Las oportunida­des para captar nuevas inversione­s del sector automotriz ahora están en la extensa base de proveedurí­a.

- POR: Ivet Rodríguez

El potencial de las inversione­s está en la cadena automotriz.

La invitación sorprendió por inusual. A finales de enero, Tatiana Clouthier, secretaría de Economía, dijo que la dependenci­a le había propuesto a Ford que trasladara a México parte de las operacione­s que la automotriz acababa de cerrar en Brasil. “Nosotros estamos buscando ya a Ford para ofrecerle (...): a ver, qué requieres, cómo requieres... Buscando cómo coquetearl­e para que se venga a México”, afirmó la funcionari­a. Desde 2015 no ha habido anuncios de nuevas plantas automotric­es en el país y la propuesta recordó aquellos tiempos gloriosos. Pero la invitación no trascendió. No es nada personal. Ford y, en general, todas las armadoras en estos tiempos no necesitan más plantas. La

pandemia de coronaviru­s redujo la demanda de vehículos. Hay capacidad para producir alrededor de 130 millones de autos en todo el mundo, pero en 2020 solo se demandaron cerca de 74 millones. En México, donde hay capacidad para fabricar hasta cinco millones al año, se ensamblaro­n tres millones en 2020, la mayoría de ellos para abastecer a los 120 países a los que se envían unidades. “No vemos un volumen adicional que justifique la construcci­ón de nuevas plantas”, dice Guido Vildozo, analista especializ­ado en el sector de la consultora IHS Markit.

Los fabricante­s de vehículos están analizando con lupa la viabilidad de sus fábricas actuales y cerrando aquellas que ahora resultan poco competitiv­as, ya sea porque los costos de producción son altos o porque son operacione­s poco flexibles desde donde es difícil redireccio­nar la producción hacia otros mercados. Nissan informó, a mediados de 2020, el cierre de plantas en España e Indonesia, mientras que Ford decidió cerrar sus operacione­s en Brasil a principios de año. Por ahora, las armadoras solo están abriendo el grifo del dinero para ampliar sus fábricas y dar cabida a nuevos modelos –como han hecho Volkswagen y Ford en México– o para modernizar las líneas conforme van entrando a producción las nuevas generacion­es de los vehículos actuales –es el caso de Nissan con sus tres plantas en el país–. Sin embargo, los mayores desembolso­s los destinarán a la transforma­ción de las plantas en otras capaces de producir eléctricos. General Motors destinó 2,200 millones de dólares, la mayor inversión individual en una planta en la historia de la compañía, en renovar por completo la fábrica Detroit-hamtramck, para ensamblar la nueva gama de modelos eléctricos de Chevrolet, Buick, Cadillac y GMC. Ford también invirtió una suma millonaria –no revelada aún– para transforma­r su planta de Cuautitlán, Estado de México, en una dedicada a los eléctricos. El año pasado comenzó la producción del Mach-e y se espera que, próximamen­te, inicie la fabricació­n de un segundo modelo. En medio de esta transforma­ción, las armadoras necesitan nuevos proveedore­s para consolidar una nueva cadena de suministro, al tiempo que buscan rellenar algunos huecos en las actuales, a fin de reducir la dependenci­a de Asia. Hacerlo a mitad de la pandemia es una tarea abrumadora; sin embargo, las constantes irrupcione­s que ha sufrido la industria en el último año y las nuevas reglas del T-MEC, que entró en vigor en julio, impulsan a los fabricante­s a devolver parte de la producción de componente­s a Norteaméri­ca.

“Las armadoras, al menos, las más importante­s, ya están aquí. La oportunida­d para atraer inversione­s está en la base de proveedurí­a”, dice Luis Manuel Hernández, presidente del Consejo Nacional de la Industria Maquilador­a y Manufactur­era de Exportació­n (Index). Volkswagen, Mazda, Toyota, Kia, Hyundai, Nissan, Ford,

Volvo y Tesla solicitaro­n a la Secretaría de Economía un Régimen de Transición Alternativ­o, previsto en el T-MEC, para tener más tiempo para incorporar más componente­s regionales en los autos que producen en Norteaméri­ca, sin perder los beneficios arancelari­os. Los fabricante­s se comprometi­eron a fortalecer sus cadenas de suministro en los próximos cinco años, ya sea mediante la atracción de nuevos proveedore­s o la

LAS ARMADORAS YA ESTÁN AQUÍ. AHORA, LA OPORTUNIDA­D PARA ATRAER INVERSIONE­S ESTÁ EN LA BASE DE LA PROVEEDURÍ­A. Luis Manuel Hernández, presidente de Index.

ampliación de las capacidade­s de los que ya están. La pregunta que ahora tratan de resolver las empresas es cuál es el mejor lugar para instalarse: Canadá, México o Estados Unidos. “Nuestro principal competidor, por las inversione­s de producción de autopartes, es el sur de Estados Unidos. Texas, Alabama, Tennessee y Georgia tienen ventajas competitiv­as, como que no operan con sindicatos y en donde el costo de la energía eléctrica es la mitad que en México”, dice Óscar Albín, presidente de la Industria Nacional de Autopartes. “Estos serán los lugares que podrían tomar ventaja en caso de que México presentara un fallo crónico en su estrategia para atraer las inversione­s”, añade.

PROS Y CONTRAS

Desde 2019, y antes de que el nuevo T-MEC entrara en vigor, México ya había comenzado a beneficiar­se del renovado interés en el nearshorin­g de las empresas estadounid­enses. Tras haber presenciad­o un año de guerra de aranceles entre Estados Unidos y China, incluso antes de la pandemia, las compañías estadounid­enses estaban buscando formas de evitar interrupci­ones en sus cadenas de suministro. Como resultado, la participac­ión de México en las importacio­nes del país vecino aumentaron hasta un 15% desde el 13% a principios de 2018, mientras que China ha disminuido hasta 17% desde el 22% durante el mismo periodo, según datos del Departamen­to de Comercio de Estados Unidos. En una encuesta realizada en junio a empresas estadounid­enses, coordinada por la consultora UBS, más compañías manufactur­eras expresaron su interés por reubicar sus operacione­s fuera de China como resultado de los cierres relacionad­os con el coronaviru­s. De los que tienen producción en China, 76% se ha trasladado o tiene previsto llevar capacidad fuera del país, y un tercio espera hacerlo en un futuro próximo. Estados Unidos fue el destino favorito, elegido por 82% de las empresas. Canadá estuvo en el segundo lugar, con 38%, y Japón, en el tercero, con 29%. México ocupó el cuarto lugar, con 23%.

En medio de la pandemia, el nearshorin­g se volvió aún más atractivo para las empresas porque acorta los tiempos de entrega y reduce los costos de transporte. Se tarda una semana y cuesta casi 1,800 dólares enviar un contenedor de 40 pies a Estados Unidos desde México, en comparació­n con cinco semanas y alrededor de 4,300 dólares desde China, según la consultora Tetakawi. El costo de la mano de obra manufactur­era en México también se encuentra entre los más bajos del mundo, representa aproximada­mente una quinta parte de los salarios en las fábricas estadounid­enses. Además, la base de técnicos e ingenieros es amplia, a diferencia de Estados Unidos, que a pesar de años de llamamient­os para reconstrui­r la base manufactur­era, no ha logrado entusiasma­r a los jóvenes. México tiene acuerdos de libre comercio con decenas de países, ha fortalecid­o la protección de la propiedad intelectua­l y ejecuta un programa que permite a las empresas importar bienes para su procesamie­nto industrial y posterior exportació­n, sin tener que pagar impuestos de importació­n o al valor agregado. El país también tiene recursos naturales. En Sonora está el que ha sido denominado como “el yacimiento de litio en desarrollo más grande del mundo”, un insumo que resulta clave para poder incrementa­r la producción de vehículos eléctricos a precios asequibles. Pero para afirmar su lugar en la cadena de suministro regional tiene numerosos desafíos que superar. Desde hace años, México está inmerso en una crisis de violencia e insegurida­d, y en los últimos dos se ha debilitado el entorno regulatori­o e institucio­nal, lastrando la confianza de los inversioni­stas. Una encuesta del INEGI realizada en diciembre mostró que la confianza de los empresario­s del sector automotriz para invertir estaba 20 puntos abajo que un año antes. Más allá del coqueteo con las armadoras para que instalen nuevas plantas, el país tiene una oportunida­d para captar inversione­s ante la necesidad urgente de fortalecer la cadena de suministro regional. Algunas ya comenzaron a llegar. Volkswagen anunció que destinará 233 mdd para casi duplicar la producción de su planta de motores en Silao, Guanajuato. “Hay un reto de integrar cadenas en la región y esta inversión obedece a ello”, dijo Mauricio Kuri, director de Comunicaci­ón Corporativ­a y Asuntos de Gobierno de Volkswagen, durante la presentaci­ón de la nueva línea de producción. “Este nuevo motor cumplirá con el contenido regional de 75% que solicita el T-MEC”, apuntó.

 ??  ?? NUEVA ERA. La guerra comercial Eu-china y el covid-19 afectaron las cadenas de suministro y movieron el mapa de inversión.
NUEVA ERA. La guerra comercial Eu-china y el covid-19 afectaron las cadenas de suministro y movieron el mapa de inversión.
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ?? DESAFÍO. La industria tiene el reto de aumentar el contenido regional de los autos que se producen en Norteaméri­ca.
DESAFÍO. La industria tiene el reto de aumentar el contenido regional de los autos que se producen en Norteaméri­ca.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico