APOSTAR A LARGO PLAZO
Al invertir en obras de arte y otros bienes de colección se esquiva la volatilidad de la economía, pero hacerlo requiere de especialización y visión de largo plazo.
La plusvalía de invertir en arte y en artículos de colección.
Las obras de arte, los autos antiguos o de colección, las piezas inéditas de joyería y relojes tienen algo en común: son alternativas de inversión que van más allá de los activos tradicionales. Pero como toda inversión hay que saber realizarla y, ante todo, estar consciente de que también implica riesgos.
Si bien esta clase de activos no tiene tanta liquidez como las acciones de una empresa –que se pueden comprar y vender al instante–, aporta valor al portafolio de inversión, pero si se hace de la manera correcta. Invertir en pinturas, esculturas y otras piezas artísticas, por ejemplo, requiere que la obra, ante todo, sea auténtica. “Si es falsa, su precio caerá a cero”, alerta
Rafael Matos, director general de Matos Casa de Subastas.
Pero hay otros factores que inciden en el precio final, como la calidad de la obra, la técnica, la época en que fue realizada, los antecedentes de venta y lo que piensa la crítica especializada sobre la pieza o sobre el artista.
“Recuerdo obras que subastamos de Ángel Zárraga, pintor mexicano nacido en Durango. Si bien en 1970 se vendían pocas obras de él, las que se le colocaron en esa época, para 1995 ya valían hasta 20 veces más de lo que habían pagado por ellas”, señala Matos.
Eduardo López Morton, director general de Morton Subastas, agrega que, a diferencia de un estado de resultados, la relación con esta clase de inversión es mucho más íntima: “El primer paso para invertir en arte es que te guste… El segundo es informarse”. En 2019, el cuadro Dándole de comer a una mesa, de Leonora Carrington, estableció máximos históricos. La obra tuvo un precio de salida de 6.5 millones de pesos, de acuerdo con información de la agencia EFE, y se subastó en 16.6 mdp, es decir, 156% más. Carrington fue una pintora inglesa, nacionalizada mexicana, considerada una de las artistas más influyentes del arte surrealista.
OTRAS ‘PINCELADAS’
Los autos antiguos o clásicos, es decir, los que tienen 35 o 50 años, con características originales, también son codiciados por el público y, por ende, son parte de las alternativas de inversión.
A la lista se suman autos de ediciones limitadas, como un Volkswagen Última Edición, de 2004, del que solo se hicieron 3,000 unidades, o un BMW M1 AHG, del que solo se fabricaron 10 en la década de 1980. “Los autos antiguos, arte, diamantes han tenido y seguirán teniendo mucho valor (…) y las ediciones limitadas pueden impulsar más su precio”, dice Erick Calvillo, socio líder de la Industria de Consumo de Deloitte México. “La rareza y la procedencia de la pieza influyen mucho en su precio”, comenta López Morton. A manera de ejemplo, el valor de un auto que pertenecía al papa Francisco será mayor que el de otros automóviles, pese a tener características similares o si llega a ser el mismo modelo.
Es el caso de un Ferrari 250 GTO de 1962, del cual solo se ensamblaron 36 unidades. Su diseño interior, la carrocería y la cantidad de premios que ganó influyeron para que, en 2018, alcanzara un precio final de 48.4 millones de dólares en una subasta realizada por RM Sotheby’s, en Monterrey. Es considerado como el automóvil rematado con el monto más alto de la historia. “Los relojes son otra línea de inversión de artículos de lujo. Mucha gente los ve como inversión y hasta como un legado del capital de una familia. Hay marcas que son emblemáticas, como Patek Philippe y Rolex, y se perciben como una garantía de que preservarán su valor”, dice Calvillo.
UNA REALIDAD
De acuerdo con especialistas, una persona que decide agregar a su portafolio este tipo de ‘activos no tradicionales’ suele tener un panorama de inversión de largo plazo. Además, se consideran activos muy defensivos, es decir, que no están expuestos a crisis económicas o vaivenes del mercado.
Uno de los puntos relevantes que hay que considerar al momento de invertir en este tipo instrumentos es el mantenimiento y resguardo de los artículos, sobre todo, porque la plusvalía depende, en gran medida, de las condiciones en que se haya mantenido el objeto a lo largo del tiempo. Paola Madrazo, gerente de proyecto de Deloitte México, explica que, a diferencia de una inversión tradicional, en la que hay cuotas de mantenimiento y comisiones por usar los instrumentos o por utilizar la plataforma de una casa de bolsa; en inversiones alternativas, los problemas pueden ir desde no encontrar a la persona que daba mantenimiento a los artículos hasta que los activos se vuelvan obsoletos o que las piezas sean difíciles de conseguir.