Cemex genera valor a partir de rehabilitar canteras en Europa.
La reforestación de canteras y el reuso de materiales a partir de desperdicios de obras permiten a Cemex generar datos, más ingresos y avanzar en la economía circular.
A20 minutos de la Universidad de Cambridge, en Reino Unido, está la cantera de Barrington, de donde Cemex obtiene materiales como arena, grava y piedra. Es una de las 36 que la cementera mexicana posee en ese país para extraer ese tipo de agregados del sector de la construcción, y uno de los 55 habilitados por la compañía en los tres países europeos donde está presente, para recibir los desechos de obras o de demoliciones.
Forma parte del servicio de Waste Management para clientes y el mercado en general, para recolectar los residuos y utilizarlos, principalmente, en la ‘reforestación’ de sus canteras. “Tenemos zonas donde pueden depositar sus desperdicios bajo algunas condiciones”, comenta Azeneth Ferrer Russell, directora Global de Evolución y Consultoría y responsable del Centro Europeo de Desarrollo Digital de Cemex. La regulación ambiental de la comunidad europea, que incluye el Catálogo Europeo de Desperdicios, establece restricciones para los sitios que reciben este tipo de desechos con el fin de evitar más daños al ecosistema del lugar. En Barrington, por ejemplo, es posible depositar mezclas de concreto, cerámica y ladrillo, pero no materiales de sitios contaminados o tierra con una gran carga orgánica (suelo de turba). El catálogo contiene códigos para los desechos del sector que aplican en la región europea con los que garantiza que la actividad sea sostenible. “Si por alguna razón se excede la presencia de algún químico, lo tenemos que remover del sitio”, explica la también responsable de los programas de transformación digital para la compañía.
Para evitarlo, la empresa hace una inspección visual y toma una muestra de los materiales que recoge del lugar, ya sea con su propia flota o bien, del cargamento que el cliente envía a las canteras u otro de los depósitos intermedios de Cemex. Los datos se registran en un formulario denominado Waste Information Form, para validar la calidad, la cantidad y la procedencia de los desechos. “Este proceso lo tenemos habilitado en nuestro sistema transaccional de SAP”, dice Ferrer, al asegurar que la tecnología se ha vuelto clave para la viabilidad del proceso a largo plazo; sobre todo, ante el volumen de datos generados. “Antes de 2019, el registro era manual y en Excel”. La información recabada en el sistema permite tener una trazabilidad de los materiales y agilizar cualquier auditoría. Así, “si en el futuro fuera necesario saber qué tipo de producto se tiene en cierta zona (cuadrante de la cantera) por algún proyecto urbano que vaya a tener lugar en la cantera, con la tecnología utilizada se transparenta el proceso para saber si se incumple con los requisitos de obra y tomar así mejores decisiones de edificación”, según el documento ‘Tecnología, llave para el desarrollo sostenible’, divulgado por SAP a finales de 2020 donde expone varios casos de éxito.
El servicio está disponible en tres de los cuatro países europeos donde Cemex tiene operaciones: Alemania, Francia y Reino Unido. Ahí, más de 115 clientes han depositado desperdicios –principalmente, suelo y rocas– provenientes de casi 2,100 obras, de las cuales 91.3% eran francesas. No es casualidad que el país galo sea el que más ingresos ha tenido por esta estrategia, un 15% de las ventas totales de agregados, seguido por Alemania, con porcentaje similar, pero con menores ventas en el segmento, y de 3%, para Reino Unido, según información compartida por la firma.
Pero el valor monetario es apenas el primer eslabón de un negocio anclado en la tecnología y la economía circular. El siguiente paso, dice Ferrero, está en los datos y en tener análisis predictivos en cuanto a la mejor gestión de los desechos. “Hay elementos tecnológicos que pueden ser bastante más efectivos, como el reconocimiento por image recognition y sensores para hacer la clasificación y revisión de los materiales”, expone.
La Fundación Ellen Macarthur, organismo británico que impulsa una economía circular, reconoce que los controles digitales permiten el seguimiento de los materiales de construcción de un extremo a otro y ayudan a identificar insumos para su reutilización a medida que llegan al final de su [primera] vida útil. Es por ello que la infraestructura de reutilización y reciclaje de estos materiales “es una atractiva oportunidad de inversión circular que podría contribuir a garantizar una recuperación pospandemia, más competitiva y limpia”, según un reporte sobre las oportunidades de inversión circular publicado en septiembre de 2020. Para Ferrero, es claro que la pandemia acelerará los esquemas de digitalización y de negocio incluyendo la gestión de desperdicios.