UNA ‘DIVISA’ SIN PALABRA
La moda ha llevado al bitcoin a valer más de 40,000 dólares, pero aunque ha ganado popularidad aún está lejos de ser considerado un activo de refugio.
El bitcoin, el criptoactivo más popular del mercado, logró unir dos términos que no tienen mucho en común entre sí: esperanza y moda. Sin embargo, esta unión poco habitual fue el catalizador para que cotizara por encima de los 46,300 dólares en febrero de 2021. El ADN del bitcoin se jacta de ser un activo descentralizado, ya que ningún banco central, institución financiera o gubernamental lo respalda. No obstante, hasta inicios del año dio señales de ser percibido como un activo de refugio con ‘altos rendimientos’. En 2020 su precio avanzó 305% y para los primeros días de enero, el avance acumulado superó 450%, según información de la plataforma Coindesk. “El alza se sostiene únicamente en la esperanza de las personas que invierten en él. El problema vendrá cuando el mercado lo deje de ver como atractivo y se desencadenen las ventas”, alerta Cipactli Jiménez, cofundador de snowball.mx, plataforma de inversión.
Y es que el riesgo de volatilidad es evidente. El 12% de las 391 sesiones –de finales de 2019 al 25 de enero de 2021–, el bitcoin se movió más de 5% hacia cualquier dirección. En contraste, solo 2% de las últimas 391 jornadas del NASDAQ Compuesto, uno de los índices accionarios más emblemáticos de Estados Unidos, se desplazó más de 5%, ya sea al alza o a la baja. Tan solo entre el 8 y el 21 de enero, el bitcoin pasó de 40,041 dólares a 32,701 dólares. La baja en su cotización reavivó el nerviosismo que acompaña a esta moneda digital. “Personas que no se dedican a inversiones se quieren meter al bitcoin, ‘el activo de moda’; y esto te empieza a hablar de una posible burbuja”, comenta Luis Gonzalí, director de Inversiones de Franklin Templeton México.
SIN REFUGIO
La volatilidad que tiene este activo lo aleja de ser considerado como de refugio, a diferencia del oro. El metal es el activo de refugio por excelencia y su principal característica es que los inversionistas acuden a él en momentos de elevada incertidumbre, para salvaguardar el patrimonio, no para especular. Lo anterior sin contar que los bancos centrales y gobiernos tienen reservas en oro. Incluso, si el sistema financiero colapsara, el oro –sea en joyería, monedas o lingotes– tendría un valor para la sociedad. “La diferencia entre el oro y el bitcoin, como activo de refugio, es que el segundo solo será una sensación de existencia o de un activo intangible”, dice Jiménez, de snowball.mx.
“El bitcoin luce más como un activo especulativo que como uno de refugio. A lo anterior se suma un gran problema de inversionistas nuevos, que podría ser la generación millennial, que buscan retornos rápidos”, afirma Gonzalí, de Franklin Templeton México. Así, la volatilidad que hace atractivo el bitcoin para especular impide que una persona invierta en él con la expectativa de que, a largo plazo, será seguro.