APRENDER DE LIDERESAS PARA SORTEAR LA CRISIS
Sir Isaac Newton dijo una vez: “Si he logrado ver más allá es porque pude pararme sobre hombros de gigantes”. El concepto de alcanzar la grandeza apoyándose en los demás sigue siendo fiel a este día. Como emprendedor y consultor he tenido la oportunidad de rodearme de gigantes: líderes que me guiaron, enseñaron e impulsaron más allá de lo que hubiera podido y que, en estos momentos de crisis, me ayudaron a no dejarme llevar por el miedo al tomar las decisiones correctas.
Es por eso que quiero compartirte dos de los aprendizajes más importantes que me han permitido escalar mi empresa para superar la situación actual. El primero fue sobre liderazgo con un enfoque multiplicador por parte de la asesora y autora de Multipliers, Liz Wiseman. Cuando comenzó la pandemia era muy fácil dejarse llevar por el pánico, estresar a tu equipo, microadministrarlo al tratar de mantener las operaciones y drenar su energía con tal de lograr que la empresa sobreviviera.
Liz me enseñó, a través del liderazgo, cómo hacer más inteligentes y capaces a las personas a nuestro alrededor. El enfoque multiplicador hizo que mi equipo se sintiera empoderado y con la autonomía necesaria para lograr sus objetivos, evitando así el liderazgo disminuidor que pretende abarcarlo, solucionarlo todo, microgestionar y reprimir las habilidades del personal. Gracias a este enfoque, mi equipo ha podido operar a distancia con mucha eficiencia y, aunque al principio tuve temor por el cambio, brindarles confianza y aprovechar sus habilidades nos hizo un grupo más sólido, alineado y productivo.
Liz descubrió que el liderazgo disminuidor requiere el doble de recursos para crear la misma cantidad de trabajo. En una situación en la que necesitamos reducir costos, lo mejor es aprovechar al máximo los recursos con los que se cuenta y potenciar las capacidades del equipo. La idea de ser un líder multiplicador es que escales tu empresa sin un incremento de recursos y los aproveches antes de salir a buscar más. La segunda lección crucial que aprendí fue de la CEO del Center for Executive Women y profesora de la Universidad Kellogg, Victoria Medvec, quien me enseñó la importancia de saber negociar en estos tiempos turbulentos. Cuando el caos y el estrés se apoderaron del entorno empresarial en los primeros meses de la pandemia, fue decisivo saber comunicarse correctamente con clientes, accionistas y proveedores.
En lugar de ser pasivo con mis stakeholders, me acerqué a ellos y les pregunté en qué podía ayudarles en el entorno de crisis. Conocí sus problemas y pude fortalecer relaciones que hoy son cruciales para escalar mi empresa. También pude renegociar contratos e implementar un modelo variable en el que, si aumentan mis gastos, es porque aumentaron mis ventas. En otro momento hubiera sido imposible negociar este tipo de acuerdos, pero todos prefirieron asumir el riesgo con tal de no perder una oportunidad comercial. Esto, a su vez, me permitió reducir costos e, incluso, aproveché para negociar y deshacerme de activos que había querido vender desde hace mucho tiempo, pero no tenía el apoyo para hacerlo. Hoy cuento con un flujo de caja de seis a ocho meses de gasto fijo que me permitirá atravesar cualquier complicación que se presente en 2021.
La crisis genera el entorno propicio para modificar el statu quo. No queremos terminar la crisis y solo haberla sufrido, sino sacarle el máximo provecho. Gracias a estas gigantes de los negocios cuento con un equipo sólido y con toda una nueva estructura comercial que me ha permitido escalar como no lo imaginé hace un año. Y tú, ¿cómo te estás apalancando de la situación para hacer cambios en tu empresa?