LOS VIAJES A LA CIMA
Crecer junto a dos hermanas y dos hermanos le dio a Laura Cruz, directora de Mastercard México, la concepción de que entre mujeres y hombres no hay diferencias en la manera de ser tratados ni en el empeño que deben poner las personas para obtener sus metas. “Somos cinco hermanos. Yo soy la quinta. Somos tres mujeres y dos hombres, con poca diferencia de edad. Siempre nos educaron en un ámbito de mucha igualdad, no recuerdo que hubiera diferencias entre el trato a las niñas y a los niños, a los chicos y grandes. Había un trato con mucha sensibilidad, siempre había que apoyar, adaptarte y convivir. Nos llevamos muy bien, era una casa divertida, siempre había amigos de todos, era el centro de reunión”, recuerda en entrevista la economista egresada del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).
A la par, no había diferencias en el esfuerzo que debía hacer cada uno de los hermanos para conseguir sus metas: una calificación, una carrera, una beca, un auto, un viaje.
“Todos requeríamos hacer nuestro propio esfuerzo, cualquier viaje te lo tenías que ganar, trabajar por ello; nos enseñaron a trabajar, pagar nuestras becas, el esfuerzo de cada uno era lo que te iba llevando; ‘chambea y cómprate un coche’. Como es parte de la vida cotidiana, lo ves y lo prácticas de manera natural, te acostumbras muy rápido a tratar a las personas sin distinción, por quién es y cómo es, eso facilita y marca algunos de los procesos”, detalla la hermana menor de la familia Cruz.
LOS NÚMEROS
Su interés y su pasión por los números le vienen de su madre, quien estando al cuidado de cinco niños estudió la carrera de Actuaría. A Laura siempre le gustaron los números, siempre estuvo convencida de que estudiaría matemáticas aplicadas para hacer modelos matemáticos. Su mamá siempre le decía que era una persona firme en sus ideas, algo testaruda. Pero otro destino le aguardaba y fue marcado por un viaje a Europa. Para Cruz, este viaje no fue el único que ayudó a darle un giro a su vida. Terminando la preparatoria, llegó el verano y 18 amigas se reunían para organizar un viaje por 60 días por toda Europa. “Yo no iba a ir porque no tenía dinero, a una de esas reuniones fueron mis padres; de regreso, mi papá me dijo: ‘Se te caen las muelas por ir, ¿verdad? Hagamos un trato, yo te pago el viaje con la condición de que, antes de irte, te quedes inscrita en la carrera’”, rememora.
Como parte del trato, Laura fue a inscribirse a Matemáticas Aplicadas al ITAM, pero las inscripciones para esa carrera iniciaban en la primera semana del viaje a Europa. –Entonces, ¿qué tiene que me pueda inscribir hoy? –preguntó la joven en la ventanilla de servicios escolares. –Economía –respondió la persona que atendía la ventanilla.
–Suena interesante, me voy a Economía –decidió la joven.
“En tercer semestre vi que la carrera no correspondía a mi visión de hacer modelos y cálculos actuariales para resolver grandes programaciones”. Entonces, para tener un mayor acercamiento con la economía en práctica y ver qué hacían los economistas, la estudiante buscó hacer su servicio social, iniciada la década de los 90, en el Centro de Estudios Económicos Banamex y se quedó a trabajar ahí seis años más.
“Ahí le encontré el amor y la pasión a la economía”, cuenta en charla por videoconferencia. De su trabajo en Banamex le gustó visitar a los ejecutivos de cuenta, tener interacción con las empresas; entonces, decidió estudiar una maestría en Administración de Empresas en la Universidad de Georgetown, Washington.
LA TRAVESÍA
En Banamex, Cruz siempre se desempeñó en un ámbito de equidad de género, en un área donde trabajaban muchas mujeres, incluyendo directoras. Y esta visión se complementó en la Universidad de Georgetown, una institución jesuita progresiva en el sentido de la diversidad, de temas LGBT y de riqueza cultural. Después de dos años, la directiva de Mastercard México regresó al país para trabajar en Mckinsey & Company, donde asesoró a Directv a inicios del año 2000, desarrollando toda la estrategia de costumer experience. Al cabo de tres años, trabajó directamente para Directv durante seis años.
Ahí fueron muy pocas las mujeres con las que Cruz trabajaba. “En grupos de consultores y clientes siempre era la única mujer en la mesa, todos con una estructura de pensamiento muy consolidada, pero cuando tú traes una perspectiva diferente, cuando tienes una serie de argumentos con otro ángulo, las personas voltean, consideran tu idea”, asegura.
“Ahí te das cuenta de que, simplemente, es la complementariedad o la diversidad
“CUANDO TRAES UNA PERSPECTIVA DIFERENTE, CON OTRO ÁNGULO, LAS PERSONAS VOLTEAN Y CONSIDERAN TUS IDEAS”.
de opinión la que nutre mucho el debate, la que hace que la toma de decisiones sea más profunda, la que fortalece procesos de negocio”, comenta.
EL VIAJE DE LA OPORTUNIDAD
Cruz estaba afinando los detalles para la venta de Directv México a News Corporation, y en este proceso hizo un viaje a Monterrey. Ese vuelo lo compartió con Lizbeth Hasfield, quien, en ese momento, era directora de Mastercard México, y su amigo Javier, con quien estudió en el ITAM.
A punto de terminar su misión con Directv, la pasajera, sin saberlo, fue entrevistada durante ese viaje por Hasfield y, posteriormente, fue invitada a trabajar en Mastercard. “Estamos abriendo el negocio de Advisors, lo queremos empujar. Es un negocio de consultoría en medio de pagos. Me gusta tu background, que seas mujer, tu presentación, tu experiencia, tu apoyo sería importante; si te interesa, me dará mucho gusto que te vengas con nosotros”, le dijo Lizbeth.
A Laura le encantó la idea, y haciendo honor a su “ser testaruda” apostó a llegar a la cima.
En su camino a la dirección asumió cuatro roles: primero, como jefa de consultoría en Advisors; después, en el área de Planeación Estratégica y Finanzas; luego, en el área comercial como vicepresidenta de Ventas y en el área de Producto para América Latina, operando en Miami.
Diez años después, el 21 de agosto de 2019, Mastercard informó el nombramiento de Laura Cruz como directora general para México.
“El reto de la dirección general es tener una visión completa de la empresa, poder tener un entendimiento de las diferentes áreas, de cómo articulas todas las áreas en conjunto, de cómo se ve la organización en un ámbito más amplio en la región, de cómo tienes interacción crítica con tus clientes y con tus socios. Es un camino que vas construyendo cada vez más con una visión más completa, de habilidades, de skill sets más profundos, visión 360 en todos los ámbitos”, señala.
Ahora, a cargo de un equipo de 189 personas, en el que 55% son hombres y 45%, mujeres, y en el que los puestos directivos están mayormente ocupados por mujeres, celebra trabajar en una empresa con piso parejo para hombres y mujeres, en el que el talento y las habilidades son los principales elementos para ascender y no el ser mujer u hombre, preferencia sexual, carrera o posición económica.
A la par de la dirección general, Cruz lidera en México la iniciativa mundial del Club del 30%, que pretende que, al menos 30% de los consejos de administración de las empresas en México que cotizan en bolsa, esté integrado por mujeres en 2025. Se trata de una organización que nació en Reino Unido con el fundamento de que la diversidad promueva el buen desarrollo de los negocios y la mejor toma de decisiones y, por tanto, la rentabilidad y la maximización de los beneficios en las organizaciones. “Con ese objetivo, se decide que, si en la punta de un consejo de administración hay diversidad, es más fácil ‘cascadearlo’ hacia toda la organización, por lo tanto, se pone un objetivo y no una cuota”, concluye.
En la actualidad, de acuerdo con información del Club del 30%, solo 6% de los consejos de administración en México está ocupado por mujeres.