CREDIBILIDAD EN RIESGO
PEMEX Y CFE SON EMPRESAS QUE LLEVAN A CABO ACTIVIDADES ECONÓMICAS Y QUE TAMBIÉN NECESITAN SER REGULADAS.
LOURDES MELGAR, exsubsecretaria de Hidrocarburos y Electricidad de la Secretaría de Energía.
Me preocupa que el presidente tenga como política pública deshacerse de las instituciones que han sido creadas como contrapesos, no solo para el gobierno federal, sino, en algunos casos, para gobiernos estatales y locales, aludiendo austeridad y la corrupción para justificar cualquier acción que lo lleve a tener una mayor concentración del poder. Específicamente, en el caso de los órganos autónomos, los beneficios generados son mucho mayores, en términos de resultados, que el gasto que tienen estas instituciones.
La Cofece y los reguladores del sector energético, por ejemplo, trabajan para asegurar que haya competencia y eso va en contra del plan del presidente de tener un sector energético de dos actores, Pemex y CFE, y donde el gobierno define y decide todo. Por eso ve a las instituciones como innecesarias. No es un tema de austeridad, tampoco de corrupción porque no han podido demostrar muchas de las acusaciones para justificar estos cambios. Más bien es una cuestión ideológica y política de concentración y poder. Preocupa, particularmente, la CNH, que es un organismo muy técnico que, siendo del Estado, le hizo un contrapeso a Petróleos Mexicanos, que, supuestamente, se autorregulaba. La comisión hace que Pemex emita datos verídicos o, al menos, verifica que sean correctos, en cuanto a la producción de petróleo o reservas. Es importante tener un regulador que cuide activamente si los recursos de la nación se aprovechan adecuadamente.
Además, si cambiamos a la comisión y la forma en que toma decisiones, daremos elementos a las compañías con las que el Estado mexicano firmó contratos en exploración y producción de crudo, para poder ir a un proceso de arbitraje internacional. La CNH puede asegurarse de que esos contratos se cumplan y si hay algo indebido, aportará elementos técnicos y jurídicos para tomar las medidas necesarias, incluso, y si fuera el caso, rescindir el contrato. Pero si modificas este órgano técnico con factores políticos, pierdes credibilidad y la independencia que se requiere.