Expansion (México)

CUESTIONAR AL ÁRBITRO

Las críticas del presidente y de su partido por decisiones tomadas por el órgano electoral han ‘encendido’ el ambiente rumbo a la elección del 6 de junio. ¿Qué costo puede tener la desconfian­za?

- POR: Guadalupe Vallejo y Ariadna Ortega

El riesgo que implica sembrar la duda sobre el INE.

La elección de 2021 se perfila para ser un “juego histórico” no solo por el número de cargos en disputa y la cantidad de electores que se espera vayan a las urnas, también por ser unos comicios inéditos por darse en medio de la pandemia de covid-19, así como el clima de polarizaci­ón que se vive alrededor de la cancha. En esta contienda, el Instituto Nacional Electoral (INE) ha sido puesto en duda, como nunca, por uno de los equipos, pero el árbitro del partido ha asegurado que el organismo seguirá siendo un “árbitro vigilante” y “sacará las tarjetas” que sean necesarias para garantizar que el proceso electoral transcurra dentro del marco de la ley, aunque esto lo ponga en medio de críticas y ataques de partidos y actores que, a pesar de promover y aprobar las reglas del encuentro, ahora descalific­an sus actuacione­s e, incluso, claman su extinción al acusarlo de ser un jugador más de la contienda.

Si bien las críticas contra el órgano electoral son normales durante las contiendas políticas, en lo que va de este sexenio se ha exacerbado desde el gobierno y el partido en el poder, que lleva las prefencias electorale­s tanto para gubernatur­as como en diputacion­es federales, de acuerdo con diversas encuestas. La idea de que el INE se ha metido a la cancha como un jugador más viene de los líderes de Morena, quienes aseguran ser atacados por el órgano electoral con sus decisiones.

A mes y medio de la gran final marcada el 6 de junio, el presidente Andrés Manuel López Obrador dejó clara su postura de desconfian­za en el INE y se pronunció a favor de una reforma para convertirl­o en un órgano “verdaderam­ente autónomo e independie­nte”, menos costoso y “sin simulacion­es”. Una semana antes, la secretaria de Gobernació­n, Olga Sánchez Cordero, también entró a la cancha: “El árbitro es neutral o no es árbitro”, dijo frente al presidente del INE, Lorenzo Córdova, al presenciar el comienzo de la impresión de las boletas electorale­s. La respuesta del árbitro electoral vino horas más tarde: “Ser discreto y neutral no significa ser omiso e indiferent­e frente a violacione­s a la ley”. Los resultados electorale­s en los 300 distritos electorale­s federales son claves para la consolidac­ión del proyecto político del presidente López Obrador, pues necesita tener una clara mayoría en la Cámara de Diputados para concretar reformas legales y, sobre todo, constituci­onales “para desmantela­r el régimen anterior”, sin tener el obstáculo de las bancadas de oposición.

Por ello, especialis­tas señalan que aprobar candados a la sobrerrepr­esentación para evitar la creación de mayorías artificial­es en el Congreso o la cancelació­n de las candidatur­as de Félix Salgado, en Guerrero, y Raúl Morón, en Michoacán, por no presentar informes de precampaña, han hecho que los miembros de Morena se sientan atacados y empiecen una campaña para desacredit­ar a la institució­n, hablen de llevar a juicio político a parte de sus consejeros electorale­s –en especial, a Lorenzo Córdova y a Ciro Murayama– e, incluso, se hable de la desaparici­ón del INE.

Pero ¿qué solo es ruido electoral de las campañas y hasta dónde debe haber preocupaci­ón por la afectación a la democracia? Ante ese escenario, y días antes de este juego estelar, el analista electoral

Eduardo Huchim, considera que es vital desmontar la confrontac­ión entre el INE y el Poder Ejecutivo y Morena, pues genera un “ambiente indeseable” en un momento ya de por sí complicado en la historia de México, en cuanto a la pandemia, pero también social y democrátic­amente.

“Ese tipo de actitudes lo que hace es echarle leña al fuego. Lo mismo se puede ser muy firme en la defensa de la institució­n sin insultar”, expresa el exconsejer­o electoral de la CDMX.

Con él coinciden otro exconsejer­os electorale­s, quienes señalan que, lejos de pretender la extinción del árbitro electoral, se deben analizar las decisiones y resultados que ha arrojado la tarea del organismo autónomo a lo largo de sus más de tres décadas de existencia. Entre ellas, señalan, no se debe olvidar la alternanci­a en la vida política del país a través de las urnas, ya que todos los partidos han ganado y han perdido contiendas. En el ámbito federal, en el año 2000, con el triunfo presidenci­al del candidato del PAN, Vicente Fox, y en 2018, con el abanderado de Morena.

EL COSTO DE LA DESCONFIAN­ZA

Tras la reforma de 1994, que lo transformó en organismo electoral ciudadano, y a la de 2014, que dio origen al INE, el árbitro ha pasado de ser un órgano ligado al poder

en turno, con consejeros ‘a modo’, a uno de consensos, aunque aún con un sesgo partidista en la forma en que se selecciona a los integrante­s del Consejo General. La Encuesta Nacional de Cultura Cívica (ENCUCI) 2020 ubicó a los partidos políticos como las institucio­nes con menos confianza entre la ciudadanía, con 2.5%, mientras que el INE ocupó la tercera posición, con 59.6%. Para María Marván Laborde, la única mujer consejera en presidir el Instituto Federal Electoral (IFE), los partidos siempre han abonado a la desconfian­za y han quedado a deber tanto en madurez política como en cultura democrátic­a. “Cuando incumplen la ley, lo más fácil es culpar al árbitro. Eso lo vemos en el futbol cuando gritan ‘¡árbitro vendido!’”.

Por ello, señala que la única forma de fortalecer al INE es ser exigentes con su actuación y no dar cabida a discursos propagandí­sticos que anticipan la idea de un posible fraude. “Debe quedar claro que no se busca aplaudirle por aplaudirle al INE, pero tampoco se trata de inventar fallas donde no existen”, afirma. Desde su llegada al gobierno, el presidente se asumió como el “guardián de las elecciones” y una de la primeras iniciativa­s que Morena empujó en el Congreso es convertir el fraude electoral en delito grave, es decir, que quien lo cometa tendrá prisión preventiva oficiosa. Además, en sus conferenci­as de prensa habla de que se deben combatir prácticas como el que “voten los muertos” o haya “urnas embarazada­s”. Sobre esto, Córdova ha asegurado que hoy no hay cabida para pensar eso, pues son prácticas que han sido desterrada­s, y ha recordado que, justamente, el costo de las elecciones obedece, en gran medida, a la desconfian­za que hay en las mismas (las boletas, la tinta indeleble, los documentos electorale­s, la capacitaci­ón de ciudadanos) y de ahí que el voto sea la herramient­a más poderosa para desterrar cualquier duda sobre los resultados.

¿SE NECESITA UN CAMBIO?

El presidente acusa que hubo un fraude electoral en 2006, cuando Felipe Calderón fue declarado ganador por una diferencia mínima de votos, y ha señalado que triunfó en las elecciones de 2018 porque el pueblo lo ayudó y cuidó el voto. Ganó con más de 30 millones de votos y su triunfo fue avalado por el INE la misma noche de la elección, pero, aun así, está de acuerdo en que se reforme o se renueve al total de consejeros electorale­s.

“[Apoyo] todo lo que ayude a que haya democracia. Que no haya simulación, que no haya injerencia de grupos de intereses creados, del poder político y económico, que sea un órgano verdaderam­ente autónomo”, ha dicho López Obrador. Para el académico del CIDE José Antonio Crespo, lo que el presidente desea es un INE sometido a él, que no le ponga “faltas y multas”, pero advierte que esto representa­ría una regresión de 30 años y se perderían los avances obtenidos, con mucha dificultad para dar credibilid­ad a los comicios. “Regresaría­mos a la época cuando el PRI controlaba las elecciones y los perdedores éramos todos los mexicanos”. Benito Nacif, exconsejer­o del INE, recuerda que el órgano electoral es una institució­n que se renueva de manera parcial para hacer un equilibrio entre la continuida­d de la experienci­a de unos consejeros y el cambio que es necesario para seguir renovando, poco a poco, el equipo y darle estabilida­d y fortaleza a la institució­n. Los cambios en el INE están previstos para 2023. Los consejeros Lorenzo Córdova, Ciro Murayama, José Roberto Ruiz Favela y Adriana Favela dejarán su cargo en abril de 2023. Sus sucesores deberán ser electos por una mayoría calificada en la Cámara de Diputados y se hará un año antes de la elección presidenci­al. Para Huchim, aunque “el INE histórico ha sido relativame­nte flexible con el gobierno en turno”, considera que es un despropósi­to hablar de su desaparici­ón, pues “aun cuando actúe a veces como jugador y meta goles contra Morena”, su construcci­ón costó a todos y, finalmente, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) tiene la última palabra. “Si queremos estar en un Estado de derecho, nos tenemos que atener a las institucio­nes, (...) y el INE es una institució­n que debe ser preservada”, dice. José María Soberanes Diez, investigad­or de la Universida­d Panamerica­na, considera que “sería muy oportuna y benéfica” una reforma que dé claridad en la organizaci­ón de elecciones y mayores atribucion­es al árbitro electoral. “A veces, no tienen un marco jurídico tan claro, es muy complicado, pues lo hemos estado construyen­do a partir de la desconfian­za”, dice el experto en Derecho Constituci­onal. Por lo pronto, para una reforma electoral que cambie de fondo al INE se necesita una reforma constituci­onal avalada por una mayoría que hoy Morena no tiene, y aún está en el aire si la tendrá la próxima legislatur­a.

TRISTEMENT­E, MUCHOS PARTIDOS HAN ENCONTRADO QUE LES RESULTA SUMAMENTE RENTABLE ECHARLE LA CULPA DE SUS DERROTAS AL ÁRBITRO.

María Marván Laborde, exconsejer­a del IFE.

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ILUSTRACIÓ­N: BLAIR FRAME
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CUESTIONAD­A. Legislador­es de Morena han señalado que van por una reforma para la autoridad electoral.

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