EL ESPECTÁCULO DEBE TERMINAR
Sin duda, la pregunta recurrente entre los emprendedores durante estos últimos meses ha sido: ¿Qué le depara a México en materia económica para poder tener certidumbre, invertir y apostar al crecimiento de nuestros negocios en el país? Si la situación en el arena política –aunada a la inestabilidad– continúa con la tendencia del último año, entonces nos espera muy poco. Analicemos la situación: México fue uno de los países de todo el mundo que invirtió menos de 1% de su PIB en estímulos fiscales para que las empresas mantuvieran su liquidez ante las medidas de confinamiento y la caída de la producción.
El argumento de las autoridades mexicanas para no brindar más estímulos fue que no había márgenes de maniobra en las finanzas públicas como en las grandes economías.
Este abandono, según el INEGI, provocó el cierre de 1,010,857 pymes en el país y de los 3.85 millones sobrevivientes, 47.9% considera que si el panorama no cambia, solo podrán mantenerse en operaciones los siguientes tres a 12 meses.
La inversión también resultó afectada. Por segundo año consecutivo, México quedó fuera del ranking de los 25 países más atractivos como destino para la inversión extranjera directa, que cayó 11.6% respecto del mismo periodo de 2019.
Otro factor de nerviosismo es el aumento de la inflación interanual, la cual, según datos oficiales, fue mucho más alta de lo esperado: 4.12% a tasa anual, su mayor nivel en casi dos años.
Todos estos factores generan incertidumbre, impiden que haya un crecimiento en el consumo, en la inversión y en la recuperación del país, en donde se le ha dado más protagonismo a la retórica política que a las acciones de desarrollo económico. Es mejor hacerse a la idea de que el salvavidas no llegará a las empresas mexicanas a través de apoyos, actores públicos o externos, sino que es algo que debemos tomar en nuestras manos. Lo más importante hoy es aprovechar el impulso de mercados extranjeros, favorecido por los estímulos fiscales, así como sacar partido del aumento en la demanda global. En los últimos años, Estados Unidos ha ido abandonando su papel como ‘policía global’ para centrarse en socios comerciales claves, como México. La guerra comercial con China nos convirtió en el primer socio de productos del vecino país, con un intercambio comercial de 48,500 millones de dólares tan solo en febrero de este año, según datos del Departamento de Comercio. Pero lo que es una amenaza y que no tolerará Estados Unidos es que no haya un Estado de derecho en México, donde no se aplique la ley, y que no se respeten las reglas establecidas en el T-MEC. Esto derivará en que dirija sus inversiones a Centro y Sudamérica. Apostar por mercados extranjeros les permitirá a las empresas ser rentables, tener liquidez y escalar mucho más rápido. Esta también es una gran oportunidad para modificar el modelo de negocios de las compañías mexicanas para lograr una gran eficiencia operativa que pueda atender las nuevas necesidades del consumidor. La crisis eliminó a los competidores menos preparados, ahora resta aprovechar el mercado con empresas fuertes y eficientes, con una visión digital que saque partido de las nuevas tecnologías y con una cultura sólida de trabajo remoto con equipos altamente calificados.
Como líderes empresariales tenemos que liderar la recuperación económica del país, aprovechar el impulso de otras economías y buscar la forma de hacer negocios en una economía global de 88 trillones de dólares. Si no puedes hacer dinero en una economía de este tamaño, entonces algo está mal con tu modelo de negocios.